El futuro oficialismo protestó por lo que consideran un "repentino interés" del Cambiemos en obras que estaban cajoneadas. También tomaron nota del pedido de Vidal a las entidades del campo para que exijan al nuevo gobierno la continuidad de los trabajos en el Río Salado y de la reparación de caminos en la Provincia.
El recambio de gobierno en la provincia de Buenos Aires se desarrolla en un clima de cordialidad y colaboración, según confirman los gestos que muestran los que se van y los que llegan a la Gobernación bonaerense.
Sin embargo, más allá de la transición en marcha y del intercambio de información, desde el Frente de Todos observan con preocupación algunas decisiones y mensajes lanzados desde el todavía oficialismo a poco de abandonar el poder, y que -según evalúan- intentan condicionar el inicio de la gestión peronista.
Así quedó evidenciado, por ejemplo, en la Cámara de Diputados, donde los legisladores del espacio que llevó al triunfo a Axel Kicillof y Verónica Magario acusaron a Juntos por el Cambio de impulsar leyes cajoneadas durante meses con el objetivo de generar una carga financiera a la gestión entrante.
Ocurrió en la última reunión de la comisión de Obras Públicas en la Cámara baja, donde se dio el OK a dos proyectos que demandan una fuerte inversión para el Ejecutivo que llega, como la finalización del tramo de la autopista que conecta el Puerto La PLata con la Ciudad de Buenos Aires y la reparación de la Ruta Provincia N°19, conocida popularmente como "Camino Negro".
La gobernadora Vidal en la última reunión del año de la Mesa Agropecuaria.
“Hace dos años presenté esos proyecto y Cambiemos lo cajoneó. Ahora, a 15 días de irse del gobierno que deja tierra arrasada, aprueban proyectos para comprometer al nuevo gobierno que asume en la Provincia. Son de manual”, aseguró la autora de las iniciativas, la diputada Susana González.
Un segundo elemento ha dado pié a los peronistas para sospechar de una maniobra para poner en aprietos las finanzas de la Provincia, ya jaqueadas por una deuda que consideran desmedida y precupante, y que tuvo a la mismísima María Eugenia Vidal como protagonista horas atrás.
Fue durante la última reunión de la Mesa Agropecuaria Provincial de la gestión vidalista, de la que participaron, además de la mandataria bonaerense, el ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís, y representantes de las entidades del campo.
Allí, Vidal pidió a Carbap, Sociedad Rural, Coninagro y Federación Agraria, que exijan al gobierno de Kicillof la continuidad de las obras del Río Salado, asegurando que "todos los fondos están garantizados".
"Sólo falta adjudicar un tramo de la última etapa. Esto no le va a representar más gastos" a los gobiernos nacional y provincial, y va a cambiar radicalmente la producción de la Provincia. Sería una pena que esa obra que está en ejecución se detenga. Desde nuestro lugar vamos a seguir defendiéndola ya que es una política de Estado que todos deberíamos empujar”, aseguró la gobernadora ante las organizaciones rurales.
Los pedidos hacia el campo continuaron, para que pidan firmemente al gobernador electo la ejecución del plan para mejorar 12 mil kilómetros de caminos terciarios, especialmente en la denominada zona lechera. Al respecto, Vidal señaló que “la mayor inversión para los caminos rurales ya la hicimos al comprar las máquinas. Ya están. Sepan que está todo listo para que se continúen los trabajos para mejorar los caminos rurales”.
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