Con la presencia de 620 congresales que representaron a casi todos los distritos, ayer sesionó el principal organismo partidario, en abierto desafío a la intervención judicial. Rechazaron el acuerdo del Gobierno con el FMI
La sonrisa desplegada en el centro de la tribuna del dirigente de Ferro, Héctor Etchart, que le da su nombre al microestadio del club de Caballito no desentonaba con las de los organizadores del Congreso del Partido Justicialista (PJ). Con 620 congresales que representan a casi todos los distritos del país, el PJ le dio una bofetada al interventor Luis Barrionuevo y a los gobernadores peronistas que le quitaron el cuerpo a la iniciativa de la mayoría de la dirigencia justicialista que apoyó la convocatoria del presidente desplazado por la jueza María Romilda Servini de Cubría, el sanjuanino José Luis Gioja. Se conformó una Comisión de Acción Política con dirigentes de los distintos espacios internos del PJ y se reformó la Carta Orgánica para incluir la paridad de género en la composición de sus órganos de gobierno, además de rechazar y condenar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
“Es para vos, es para vos, Mauricio Macri la puta que te parió”, tronó en el estadio cubierto cuando los organizadores anunciaron desde los altoparlantes que ya habían cumplido ampliamente con el quórum para sesionar. Con una foto de Eva Perón de un lado y de Juan Domingo Perón del otro, el gobernador formoseño, Gildo Insfrán, fue quién presidió el Congreso desde el escenario. “Muchos fueron los problemas que tuvimos para llegar hoy acá. Y queda claro que el órgano superior del movimiento justicialista no está intervenido”, bramó Insfrán mostrando el enojo que provocó el pedido del sector de Barrionuevo y la decisión de darle curso de la jueza electoral. “Nosotros apostamos a la política. Hay otros que como no tiene respaldo popular, buscan atajos y en este caso utilizaron a justicia”, dijo y desafió tanto a Barrionuevo como al ex presidente Eduardo Duhalde que también pidió la intervención del partido que “el PJ sus problemas los resuelve en casa”.
En un ambiente tranquilo y con poca liturgia peronista, el Congreso del PJ sesionó sin mayores sobresaltos. En la puerta del estadio los bombos y las trompetas acompañaban el baile de las banderas del Peronismo por la Ciudad y la agrupación Descamisados entonando la canción de los partisanos anarquistas italianos Bella Ciao que se hizo famosa nuevamente por una serie española. En el medio los congresales rezagados que hacían cola para acreditarse esperaban atentos su turno. Sobre la acreditación estaba puesta gran parte de la expectativa de los peronistas que buscaban ratificar lo que habían elegido en las urnas en el 2016 y asestarle un golpe a la torre de cartas que quiso edificar Servini con su fallo a favor de la intervención. A lo que se sumó el juego que los gobernadores peronistas hicieron a favor del macrismo al no enviar a sus congresales en el que sin darle mayor importancia expusieron su partido especulando con la mirada puesta en las elecciones del año próximo. Pero las intenciones no bastaron para los rionegrinos que de doce congresales enviaron once. El único que pegó el faltazo fue la espada de los mandatarios en el Senado: Miguel Pichetto.
Después de que Insfrán propusiera y se aceptara que el Congreso trabajase “bajo la advocación del general Perón, de Eva Perón y de Néstor Kirchner”, el cuerpo de congresales pasó a tratar el orden del día que se llevó gran parte del acto. Sí se eligió a las autoridades del Congreso en el que formoseño fue reelecto, y se reformó la Carta Orgánica para incluir la paridad de género en el estatuto y acomodarlo a los tiempos que corren. También se ratificó la decisión que había tomado el consejo nacional del PJ de intervenir el distrito de Jujuy que encabezó el ex gobernador de Mendoza, Celso Jaque, y que logró birlarle un senador y un diputado al macrista Gerardo Morales que acordó con el entonces presidente del PJ, Carlos Haquim, hoy vicegobernador de la provincia.
“No hay ni hubo motivos para intervenir el partido”, destacó Gioja cuando le cedieron la palabra retomando su sospecha de que había “una mano negra y también una amarilla” detrás de la decisión de Servini de Cubría. Entre la marea de sillas y congresales se encontraba el presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, que junto al diverso grupo de intendentes del Conurbano como Martín Insaurralde y dando continuidad al mensaje de unidad que le imprimieron al PJ de la provincia de Buenos Aires, le sumaron el mayor respaldo al sanjuanino. “Deben estar calientes como yo, porque estamos viendo una película que ya vimos. Están errando el camino”, señaló Gioja apuntando al acuerdo que el macrismo selló con el FMI recordando los estragos que hizo en la sociedad cada vez que se pidió un préstamo al organismo internacional. “Tenemos que lograr un crecimiento con equidad, no con endeudamiento hasta el tuétano”, señaló con vehemencia.
Kirchneristas, justicialistas, algunos randazzistas, y otros massistas se mezclaron para conformar el Congreso del PJ, priorizando la idea de que el rival no está dentro de las filas de peronismo sino enfrente.
Los tres gobernadores que asistieron al acto, el puntano Alberto Roríguez Saá, Alicia Kirchner e Insfrán fueron saludados con un aplauso y se encaminó la conformación de la Comisión de Acción Política. La mesa que trabajará detrás dela idea de unidad y pensando en las elecciones presidenciales del 2019. El pampeano Rubén Marín, Rodríguez Saá, el bonaerense Menéndez, el camporista Eduardo Wado De Pedro, el ex ministro de Salud Ginés González García, y Agustín Rossi fueron propuestos para el armado. También el matancero Fernando Espinoza, Cristina Alvarez Rodríguez, la rionegrina Emilia Soria, Beatriz Rojkés de Alperovich y Maria Neder Para el final quedó la intervención de quienes suena como posibles candidatos a la presidencia por el peronismo. Primero el santafesino Agustín Rossi levantó las figuras de Néstor y Cristina Kirchner y propuso que “el 9 de diciembre del 2019 sea el último día de gobierno de Mauricio Macri”, y llamó a “militar orgullosos de lo que somos” haciendo foco en la campaña antiperonista sobre la que Cambiemos montó su victoria en las urnas. Después cerró el acto Felipe Solá quien apuntó a “algunos compañeros que decidieron no participar. No soy quién para criticarlos, pero lo que hay que entender es que al peronismo no le sobra nadie”, y pidió volver “a hacer peronismo desde el suelo”.
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