Ambos partidos cincelan su ¿nuevo? perfil. Radicales van a las urnas y definen su posición frente a Milei. Kicillof baila la canción de CFK o tira un paso.
Por Macarena Ramírez y Juan Rubinacci
La Unión Cívica Radical (UCR) y el peronismo ingresan en una fase crucial de definiciones en la provincia de Buenos Aires, que resultará determinante para su futuro electoral. El radicalismo elegirá este domingo a su nuevo conductor y decidirá si adopta un perfil dialoguista con el gobierno libertario o si se convierte en una firme oposición a Javier Milei. Al mismo tiempo, el rumbo del clamor para que Cristina Fernández de Kirchner asuma la presidencia del Partido Justicialista (PJ) será decisivo para el futuro político del gobernador Axel Kicillof y las tribus involucradas en la interna peronista.
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Las definiciones en la UCR llegarán en las próximas horas, cuando las urnas revelen quién será el sucesor de Maximiliano Abad. En el peronismo, la espera será más larga, aunque ya hay una fecha clave: el 19 de octubre, último día para presentar candidaturas a la pelea por la presidencia del partido.
La UCR define su conducción (y su futuro)
La UCR dirimirá este domingo en elecciones internas quién conducirá el radicalismo: Miguel Fernández o Pablo Domenichini. El primero es apadrinado por el presidente del comité bonaerense, Abad; el segundo es la carta de Martín Lousteau, titular del partido a nivel nacional y fuerte opositor a Balcarce 50. El acuerdo que alcanzó con Facundo Manes le dio vida a Futuro Radical, la expresión que enfrentará al oficialismo.
Abad fue el promotor de la alianza con el sector de Patricia Bullrich en las elecciones del año pasado, a la que se sumaron una veintena de intendentes bonaerenses y legisladores. El resultado electoral (JxC quedó tercero) es la principal carta que muestra la oposición para pedir un cambio de rumbo en el radicalismo de Buenos Aires. La ministra de Milei acaba de cerrar su incorporación formal -y la de sus legisladores- a La Libertad Avanza y la expresión lustosista pretende mantenerse bien lejos de cualquier acercamiento al Gobierno.
El abadismo repite la teoría de que si hubiesen tomado otro camino, hoy “la UCR estaría como Horacio Rodríguez Larreta”, lejos de cualquier expectativa electoral o de poder. Es un sector que cruza fuertemente al Gobierno por decisiones como el veto a la ley de financiamiento educativo, pero que no se muestra tan crítico como el espacio de Manes y Lousteau respecto a otras políticas de la gestión mileísta.
Las elecciones internas no van a definir sólo la conducción partidaria, sino aquello que el radicalismo decida hacer en 2025: qué tipo de alianzas establecer con otros sectores y qué posición tomar frente a la Casa Rosada.
En todos los casos, ambos espacios aseguran que deben estar juntos una vez superada la elección de este domingo, aunque no pudieron ponerse de acuerdo para conformar una lista de unidad y continúan con bloques separados en la Legislatura.
CFK patea el tablero bonaerense que sostiene Axel Kicillof
El rumbo que tome el operativo clamor que inició La Cámpora el jueves -mientras Kicillof estaba en México- para que CFK presida el PJ será clave para el futuro del gobernador y de la eterna interna que, por acción o inacción, involucra a otro montón de actores.
Una Cristina al frente del partido y más protagonista que nunca podría torcer un poco los planes de Kicillof, quien desde el inició de su segundo mandato comenzó a constituirse como el principal opositor al Presidente, sobresaliendo en uno de los lados de la grieta con la Casa Rosada.
Comandante del principal distrito electoral del país, refugio de un peronismo destartalado, en estos meses sacó chapa de candidato para conducir el movimiento y representarlo en las elecciones de 2027, acaso único destino posible para un dirigente que transitó todos los escalones de la política. Las visitas a otros gobernadores, incluso de otros signos políticos, y fuera del país son parte de esa construcción para hilvanar intereses y edificar la alternativa frente a las fuerzas del cielo.
¿En qué lugar deja al gobernador el regreso de CFK? ¿Qué posicionamiento debe tomar en la interna entre la ex presidenta y el gobernador Ricardo Quintela? ¿Cuánto ensombrece su horizonte la figura de quien reconoce como jefa? Si Cristina conduce al peronismo, el gobernador deberá replantear su estrategia.
Lo mismo deberán hacer las tribus del peronismo bonaerense que orbitan entre el apoyo al gobernador y el alineamiento con La Cámpora. El equilibrismo que practican algunos se hará insostenible.
El operativo clamor partió aguas e hizo mostrar las cartas de varios actores de peso, especialmente las de los intendentes del conurbano. Además del bloque de intendentes del conurbano del camporismo en el que sobresalen la quilmeña Mayra Mendoza y Julián Alvarez (Lanús) y Damián Selci (Hurlingham), otro grupo salió a jugar en favor de CFK.
El primero en postular a la expresidenta fue el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. Lo siguió Gastón Granados (Ezeiza) y se sumaron luego Mariel Fernández (Moreno), Federico Achaval (Pilar) Nicolás Mantegazza (San Vicente), Federico Otermin (Lomas de Zamora), Marisa Fassi (Cañuelas) y Ariel Sujarchuk (Escobar) entre otros.
Al cierre de esta nota no se habían manifestado otros intendentes de peso como Mariano Cascallares (Almirante Brown), Andrés Watson (Florencio Varela), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Juan José Mussi (Berazategui), Julio Zamora (Tigre) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas).
Apenas un pequeño grupo se animó a salir a bancar al gobernador Quintela, quien está plantado en la interna. Los integrantes del gabinete bonaerense que se alinean con Kicillof mantenían el silencio.
La fecha de cierre para la presentación de candidaturas del PJ es el próximo 19 de octubre. En las próximas dos semanas se definirá, no sin fuertes tensiones, parte del rumbo que tomará en los próximos meses y de cara al año electoral el peronismo de la provincia de Buenos Aires.
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