En el peronismo ven débil al Gobierno, pero no logran coordinar acciones para capitalizar la crisis

En el peronismo ven débil al Gobierno, pero no logran coordinar acciones para capitalizar la crisis

Los intendentes del PJ denunciados por Bullrich ni siquiera se organizaron para responder en conjunto. Atomizados, comparten un diagnóstico sobre el momento crítico que atraviesa Milei, aunque cada cual atiende su juego.

Por: Lucía Aisicoff.

Las distintas tribus del peronismo comparten el diagnóstico de que el gobierno de Javier Milei está en su momento de mayor debilidad, pero no logran capitalizar la crisis. Si bien coinciden en que la represión a la marcha del último miércoles y el mareo en el que entró el oficialismo a partir del escándalo cripto los impulsa a reordenarse, el nivel de fragmentación y la escasez de liderazgos indiscutidos embarran la posibilidad de coordinar acciones.

El anuncio de la CGT sobre la convocatoria a un paro general de 24 horas antes del 10 de abril generó distintas reacciones en la oposición. Algunos acusaron a la cúpula por su letargo, pero también hubo quienes celebraron el “despertar” de la central obrera. ¿Reaccionará también el peronismo, enredado en sus internas en loop? Hasta ahora, Milei avanzó sobre una oposición fragmentada. El Presidente osciló entre confrontar con Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof; ambos recogieron el guante y buscaron centralidad, en una muestra de la crisis de conducción.

Si bien no hubo dirigentes políticos de peso en la marcha de los hinchas para acompañar a los jubilados a reclamar por sus haberes y la extensión de la moratoria previsional, la ministra Patricia Bullrich apuntó contra el kirchnerismo y señaló a los intendentes de La Matanza, Fernando Espinoza, y Lomas de Zamora, Federico Otermín, como responsables de haber mandado a las “barras” desde sus municipios. También buscó ensuciar al fotógrafo Pablo Grillo, herido de gravedad por un disparo con gases lacrimógenos en la cabeza, al afirmar que se encontraba “detenido” y vinculándolo con el intendente de Lanús, el camporista Julián Álvarez.

Otros tiempos: Sergio Massa, Axel Kicillof, Martín Insaurralde, Federico Otermín, Eduardo de Pedro y Máximo Kirchner, durante un acto en Lomas de Zamora, el 26 de junio de 2023.

Los intendentes le respondieron al Gobierno nacional por separado, sin reunirse o planear una estrategia colectiva. “Nadie habló con nadie, ya no se coordinan acciones, estamos desarticulados”, afirmó a elDiarioAR un jefe comunal del conurbano alineado a la tropa kirchnerista. Quedaron olvidados, con escasa actividad, los grupos de WhatsApp en los que los intendentes peronistas se organizaban entre sí, charlaban y daban posicionamientos conjuntos. Con Otermín alineado al Instituto Patria y Espinoza cercano a Kicillof, la ruptura entre Cristina y el gobernador generó una distancia en todas las segundas líneas.

“Antes teníamos una conducción. Ahora no hay grupos, ni liderazgo, ni motivación”, sostuvo otro intendente, de los pocos que buscan mantenerse neutrales ante la disputa entre ambos bandos. Según su lectura, luego de la debacle de Martín Insaurralde no lograron volver a organizarse. De hecho, recordó que Espinoza está al frente de la Federación Argentina de Municipios (FAM), y opinó que la tiene “completamente dormida, porque no puede hacer nada, ya que le entran balas por todos lados”, por lo que “no hay un marco institucional que pueda nuclear al conjunto de intendentes ante las divisiones del PJ”.

“Bullrich, acusó, primero públicamente y ahora difundiendo una denuncia, a nuestro municipio con absoluta falsedad, de haber convocado y organizado a grupos que fueron mandados a cometer desmanes”, dijeron en un comunicado del municipio de La Matanza, que compartió Espinoza en su cuenta de X. Otermín también se manifestó “sorprendido” por el “nivel de mentiras” sobre Lomas y afirmó: “Nuestro compromiso es con la democracia y con la paz. La verdad es que a los jubilados les cuesta sobrevivir y que reprimen con ferocidad para atemorizar”.

El miércoles, durante los incidentes en las afueras del Congreso, Kicillof también repudió la represión “feroz, ilegal y premeditada”. “Mientras un fotógrafo lucha por su vida, los voceros del Gobierno mienten, justifican la violencia y difunden el odio. Hay que ponerle un límite urgente a este desenfreno autoritario”, lanzó.

Julián Álvarez, intendente de Lanús.

Sin embargo, lejos de que la represión forzara un acercamiento con Cristina, al día siguiente se abrió un nuevo capítulo en la interna. El gobernador le había pedido “celeridad” a la Legislatura para que tratara la suspensión de las elecciones primarias en la Provincia, pero el último jueves, con el inicio del debate en comisión de los distintos proyectos, quedó clara la estrategia de La Cámpora y el massismo -a la que, en rigor, se sumaron sectores de la oposición- para presionarlo a fijar el cronograma electoral antes de dar luz verde al proyecto. Es decir, los sectores del peronismo, que se oponen abiertamente a que se anticipen los comicios bonaerenses, buscan tener incidencia en la decisión final.

Entre cruces y chicanas, desde el axelismo dejan trascender que, si no hay acuerdo político para suspender las primarias, el gobernador podría avanzar de todas formas con el desdoblamiento. La próxima semana será crucial para un debate que se estira hace meses y en el que podría ponerse en juego la unidad del peronismo en la Provincia.

Con esos debates pendientes, el peronismo atomizado muestra sus dificultades para generar una nueva agenda. En el partido admiten que, al menos el último año, estuvieron concentrados en “oponerse a Milei”, con una escasa oferta para entusiasmar a nuevos votantes. Si bien en el Congreso hubo alianzas tácticas con otros bloques, la mayoría de esos acuerdos fueron circunstanciales y buena parte de la oposición aún considera al kirchnerismo una “mancha venenosa”.

Lo dijo sin eufemismos el último viernes Juan Manuel López, diputado de la Coalición Cívica: “El kirchnerismo el año pasado estuvo replegado, en un repliegue táctico. Ahora ven a Milei débil y arremeten, quieren jugar al caos”. En ese sentido, descartó la posibilidad de generar un “frente amplio” para combatir al Gobierno: “Es una elección legislativa, no necesitamos alianzas”, afirmó. En los sectores “dialoguistas”, más cautos, por ahora sostienen la misma postura; le piden al peronismo resolver sus propias grietas antes de, en principio, sentarse a hablar.

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