Tras semanas enteras de cortocircuitos entre el kirchnerismo duro y el albertismo, el Frente de Todos (FdT) parece querer acomodar las piezas del rompecabezas y en ese sentido en la semana que termina hubo un hecho que alimentó la por ahora frágil idea de unidad.
Como informó NOVA, el martes por la tarde el titular del Partido Justicialista (PJ) bonaerense y diputado nacional Máximo Kirchner pisó nuevamente suelo platense para encabezar un acto institucional en el que se designaron las nuevas secretarías del partido, que es manejado por La Cámpora pero tiene una variopinta composición en su estructura operativa.
Según trascendió, se aprovechó el cónclave para consensuar una campaña de afiliaciones de cara al 2023 y fijar en el calendario de corto plazo un nuevo Congreso Partidario, 2 instancias necesarias para recomponer las relaciones de poder dentro del Frente de Todos, cuyos dirigentes empezaron a tomar nota de la necesidad de dejar las veleidades de lado para no cometer otro papelón electoral en los próximos comicios ejecutivos.
Con supremacía camporista, entre las presencias más destacadas del plano local estuvieron la titular del Instituto Cultural, Florencia Saintout, la albertista Victoria Tolosa Paz, el ministro de Justicia bonaerense de Axel Kicillof, Julio Alak y el titular del PJ platense, Ariel Archanco, entre otros actores menores.
Los organizadores del acto se encargaron de que el mismo trascienda a la prensa pero no abrieron el juego a entrevistas ni posicionamientos públicos. “Fue un acto institucional y no de carácter proselitista”, se excusaron, al tiempo que también se encargaron de filtrar algunas “perlitas”, como el malestar de los sectores más tradicionales del pejotismo con la agrupación con sede en el Instituto Patria. “Copan todo y no se dan cuenta que ya tienen techo electoral y nos necesitan”, rezongó un peronista de vieja escuela que acudió a calle 54.
En La Plata, el panperonismo, en sus formatos de Frente para la Victoria, Unidad Ciudadana o Todos, viene coleccionando derrotas en los últimos turnos electivos de mano de Julio Garro, que impuso su estructura de poder y logró ser reelecto en 2019, empresa que posiblemente repita el año que viene.
Con la última performance electoral logró copar el Concejo Deliberante, quedándose con14 bancas propias de las 24 que integran el recinto (Juntos sacó más de 11 puntos de ventaja en las urnas).
Tiene mayoría y quórum propio y como se dice en los pasillos del Palacio Municipal tiene a buena parte del peronismo “domesticado”, una clara referencia a la incorporación en la estructura municipal de dirigentes de extracción peronista con cargos ejecutivos como Luis Barbier, Marcelo “Chuby” Leguizamón o Fabián Lugli, por nombrar algunos.
En ese contexto, el bloque de Todos –con 10 ediles entre albertistas, cristinistas y massistas- se ocupó en las últimas semanas de fijar estrategias conjuntas de cara a la sociedad para evitar mostrar las fisuras que en el orden nacional todavía exhibe el armado ideado por Cristina Fernández de Kirchner.
Más influencia en los barrios
Por el lado del oficialismo de Juntos, lo más destacado de la semana que termina fue en el orden provincial, una nueva incursión de Garro en el interior de la provincia (visitó Tandil donde se juntó con referentes de la quinta sección), donde fue protagonista como armador de “Hacemos Juntos” (armado que ideó con el lanusense Néstor Grindetti).
En el plano local, el armado de una nueva agrupación para fortalecer la presencia barrial entusiasmó a los garristas. Se trata de “La Garra” (sugestivo juego de palabras), un espacio referenciado en la ahora principal referente de la Juventud Pro, la diputada bonaerense Julieta Quintero, quien barrió de un plumazo de la escena al caído en desgracia Fernando Ponce, quien ya había sido “expulsado” de la titularidad del Concejo.
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