El jefe comunal, fiel a su estilo, abordó casi todos los temas, tanto instituciones, de gestión, como políticos.
Héctor Gutiérrez
-¿Qué evaluación hace desde lo institucional teniendo en cuenta además que en el medio hubo un año electoral?
-Una de las conclusiones, hablando primero del resultado electoral, ha sido que nos sorprendió. Si bien valorábamos que teníamos posibilidad de ganar la elección, que el triunfo haya sido tan contundente, fue una sorpresa. Esto habla a las claras que por un lado hay una suerte de confianza del electorado por la gestión y hay una expectativa de otra porción del electorado por nuestro trabajo. Por lo tanto, nos propone una gran responsabilidad. Creemos que hemos desarrollado una gestión transparente, de cara a la gente; una gestión con una razonable administración de los recursos. En estos 12 años no hemos tenido quebrantes totales, sí parciales.
-¿Cuáles serían otros méritos, a su criterio, de esta administración; además de los que mencionó, para que la gente siga depositando su confianza?
-Como antecedente creo que otro de los méritos es el cumplir con la palabra empeñada. Cuando dijimos Obra Pública Social, hicimos 1000 cuadras de cloacas y más de 350 cuadras de servicios sanitarios. También creo que el mérito ha sido de la ciudadanía que se organizó, que creó consorcios. Hoy la gente nos demanda y el expediente demora seis meses, antes la gente esperaba 10 años para que se realizaran las obras. Y no le estoy atribuyendo responsabilidad a nadie con anterioridad. Pero creo que hubo un gran acierto de nuestra gestión, que visualizó la necesidad de equiparar servicios entre el centro y las periferias. Y eso nos dio una gran posibilidad de diálogo y de reafirmación de los compromisos. Ahora vamos a incorporar un nuevo servicio como el gas natural. Un 37% de la población no cuenta con este servicio. Y esto aliviará no solamente el bolsillo sino va a beneficiar la calidad de vida de nuestros habitantes. Además vamos a seguir trabajando en mejorar la calidad de vida en los barrios. Los próximos cuatro años vamos a tener una fuerte impronta en la periferia de la ciudad. Tenemos tres programas claves: El programa Tierras. Tratar de hacer de los inquilinos, propietarios. Tres mil lotes que tenemos que poner en manos de la gente, obviamente a cambio de un proceso de compra-venta, donde el Municipio interviene para regular el precio de la tierra y poder beneficiar a gente que hoy están en situación más que angustiante. El programa Jóvenes. Se trata de 1500 ó 1700 becas para que los jóvenes puedan estar aptos para ingresar al mercado laboral. Allí estarán nuestros mayores esfuerzos para estos años. Por supuesto el tema del deporte, seguir construyendo clubes; acompañando las actividades del voluntariado. En cultura la compra del teatro-cine Unión. En este caso aspiramos la compra del inmueble y su inauguración el año próximo. Gestionar el crédito para el cine San Martín. Poner en valor la Casa de la Cultura y asignar fondos para poder sostener este espacio. Deporte y cultura van a ser dos aspectos fundamentales de nuestra gestión. Por otro lado el programa Clikear que vino para quedarse. Nuestros programas son universales y apuntan a la equidad. Allí le pondría el signo a los cuatro años que vienen.
-Usted decía al principio que no esperaba un resultado electoral tan contundente. ¿Por qué pensaba esto?
-Las encuestas nos daban 7 puntos arriba. Pero de todos modos dudábamos un poco de los cálculos. Así las cosas creo que acertamos en la estrategia de campaña. Caminamos toda la geografía del Partido de Pergamino y nos vinculamos con la gente. Llegamos a hacer 7 reuniones en un día. Hubo casos en que la gente nos llegó a esperar hasta las 12 de la noche para poder dialogar con nosotros. Y por otro lado entiendo que hubo una subestimación por parte del proceso electoral de quienes suponían que la Primaria era una suma aritmética, y no resultó así. Muchos votos del Partido Justicialista que participaron en las Primarias, luego nos votaron a nosotros. Nosotros salimos a ganar la calle y mientras hacíamos los actos en las plazas de los barrios o en las esquinas con los vecinos, el candidato opositor lo hacía en el shopping. Había una diferencia de estrategia me parece. Se invirtieron los términos. Creo también que el armado de la estrategia electoral estuvo en la coalición con otros grupos nuevos con quienes nunca antes habíamos trabajado; y que se identifican con la presidenta de la nación, pero en lo local lo hicieron con nosotros. Y luego hubo una sobreabundancia en la presencia de todo el gabinete nacional en Pergamino. Eso creo que terminó empalagando a la población. Vienen ahora cuando antes no lo hicieron. Es lo mismo que nos puede suceder a nosotros si recorremos un barrio 10 días antes de una elección. Hubo un voto rechazo a esa situación del Gabinete. Había casi como una burla para determinados sectores de la población. Y al mismo tiempo la presidenta de un 38 por ciento en la Primaria subió a un 45 en la General con lo cual debió haber traccionado y sin embargo logramos quebrar esa tendencia. Y lo inédito en Pergamino fue el corte de boleta. Significa que cuando la gente quiere cortar porque no le gusta o no conoce lo que le ofrecen del otro lado, lo hace. Recibimos un número importante de votos del FpV que votaron a la presidenta y en algunos casos a Daniel Scioli y por el otro lado de Binner.
-¿Piensa que para el gobierno nacional y provincial era muy importante ganar ciudades como Pergamino y Junín, entre otros distritos?
-Yo creo que sí. Estamos viendo por estos días una fuerte disputa dentro del PJ y el querer imponer determinados candidatos la gente lo rechaza. No solamente pasó en Pergamino y Junín, sino en Mercedes. Allí compitieron dos sectores del PJ y del FpV y ganó el justicialismo tradicional. Creo que esta es la disputa que se viene. Hay una fuerte pulseada del gobierno nacional y los sindicatos. Habrá que ver cómo responde el pueblo. Lo cierto es que en Pergamino la gente también ponderó lo local y los candidatos locales. La gente confía en la gestión de los dirigentes de su ciudad.
-¿Qué observación hace de los partidos políticos tradicionales en la actualidad? ¿Debe haber una recomposición?
-Sí, absolutamente. En el caso del Partido Justicialista es un espacio vigoroso, con un piso del 30 por ciento. Lo que tiene que encontrar es una nueva dirigencia, un candidato. Los viejos dirigentes tienen que saber y aprender que tienen que empezar a abrir las puertas. ¡¡¡Hay dirigentes!!!. Hay un sub cuarenta, un sub cuarenta y cinco que tiene que hacerse cargo del destino del Justicialismo. Yo demuestro con esto que el hombre es contradictorio. Toda mi vida he pensado en la alternancia y voy para 16 años de gobierno municipal. Pero aspiro a competir con un Partido Justicialista que muerda los talones y que pueda en algún momento gobernar, porque así es la democracia.
-Después de cada elección, y si lo tiene como ganador como ha sucedido desde hace bastante tiempo en las generales, se renueva la idea de que usted aspira a ser candidato a diputado nacional o a gobernador como ha dicho recientemente. ¿En esta oportunidad también tiene ese deseo?
-Si bien siempre digo lo mismo, creo realmente que mi ciclo en la intendencia se está cerrando. Me siento integrante de un partido nacional y popular como ha sido la UCR. Hoy en la provincia de Buenos Aires no lo es. Creo también que merece la pena un esfuerzo para tratar de reconquistar una porción del electorado. Sí he dicho que aspiro a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero esto es solo una expresión de deseo. No necesariamente podría ser, pero puede ser una meta al fin. Siempre en la vida hay que proponerse metas. Después se cumplen o no. Voy a trabajar en este sentido sin descuidar lo local, de poner el esfuerzo en esa idea o quizá en otro cargo como usted decía.
-Antes hablaba sobre la UCR. ¿Cómo ve el futuro político de su partido?
-Ningún partido individualmente hoy puede competir. De hecho el gobierno nacional es un frente electoral con una presencia muy fuerte del PJ como espacio central. Pero tiene otros elementos que lo componen. Yo creo que el mapa político del país se va definiendo con el gobierno por un lado y el justicialismo por otro; una centro derecha expresada por Macri y algunos sectores de centro izquierda en la figura de Binner y Margarita Stolbizer. Veo tres o cuatro espacios políticos. De todas maneras tomar definiciones en este aspecto es prematuro porque el radicalismo de la provincia de Buenos Aires tiene que ponerse de pie. El radicalismo nacional está vivo. Hemos perdido las gobernaciones, algo corriente, pero los intendentes son radicales. Hay 8 ó 10 intendentes que van a querer ser gobernadores. Desde luego hay que encontrar un presidente dentro de cuatro años y renovar, insisto, el radicalismo bonaerense.
-Continuando con la línea del radicalismo, Alfonsín ha dicho que quienes se fueron de la UCR no pueden retornar. ¿Qué responde a esas palabras?
-La UCR tiene que abrir las puertas. Y lo digo yo que he sido agraviado por ellos. Tiene que nuclear a todos los sectores y dejar de ser un partido sectario. En estas últimas elecciones el radicalismo solo puso dos diputados en la Cámara. Con lo cual la convocatoria que ha hecho Mario Barletta me parece fantástica. Tienen que volver todos y en las mismas condiciones. Es la única manera que la UCR se vuelva a poner de pie. Si miramos al radicalismo por el agujerito de la cerradura, de los intereses de los grupos que lo integran; seguramente estaremos viendo como el radicalismo se extingue, lamentablemente.
“Si la ley me lo permite habrá arrestos para los reincidentes”
-El tránsito es un tema que le preocupa mucho, ¿es así?
-Sí, es preocupante. Las cifras que brindó el Hospital hablan que se acentuó el riesgo y el número de lesionados desde el 2010 al 2011. Esto significa que la gestión no ha andado bien, no estamos funcionando como deberíamos. Yo soy crítico de nuestra propia gestión en este tema. De modo que es probable que comencemos a abrir espacios de espera. Creo que enero, febrero y marzo serán tiempos de análisis y si no mejora habrá que buscar otros responsables al frente del área. No obstante hay también un no cumplimiento de las normas. He visto que en una moto circulan cinco personas, esto es intolerable. No podemos seguir así.
-La gente no se concientiza del cumplimiento de las normas.
-Así es. Estoy dispuesto, si la legislación me lo permite, a imponer arrestos con el propósito de ir corrigiendo esta situación. Acabo de terminar una reunión con la jueza de Faltas y el lunes (por hoy) lo vamos a analizar.
-¿Cómo se implementa esta idea?
-Firmaría arrestos para aquellas personas que sean reincidentes en faltas de tránsito, ya sea por cruzar semáforos en rojo, la no utilización del casco en el caso de los motociclistas, etcétera. No hacemos caso, somos transgresores, y me incluyo. De manera que la letra con sangre entra.
“Hay que ir pensando en un sucesor”
-Entiendo que hará algunos cambios en su gabinete. ¿O me equivoco?
-No, no se equivoca. Habrá cambios de aquí a marzo. Habrá cambios con vista a un proceso de sucesión donde haya una generación que se vaya haciendo cargo del municipio y uno, con un grado más de libertad pueda dedicarse a trabajar en otros niveles y en otros órdenes. Hay que ir pensando en un sucesor.
-No es fácil encontrar un sucesor en la política actual porque el poder o la aceptación del electorado no es transferible. ¿Usted tiene a alguien en vista?
-Es verdad. No es fácil. No se inventan estas cosas. Creo que hay un grupo de jóvenes de 40 años que tendrán que salir a la cancha. Tendrán que salir a buscar la simpatía y la voluntad del electorado. Esta es la gran apuesta que tengo por delante y por la que voy a trabajar con fuerza de aquí en más. Pero coincido con usted en que las simpatías electorales no se transfieren. Hay que saber ganárselas. Las Primarias, luego nos votaron a nosotros. Nosotros salimos a ganar la calle y mientras hacíamos los actos en las plazas de los barrios o en las esquinas con los vecinos, el candidato opositor lo hacía en el shopping. Había una diferencia de estrategia me parece. Se invirtieron los términos. Creo también que el armado de la estrategia electoral estuvo en la coalición con otros grupos nuevos con quienes nunca antes habíamos trabajado; y que se identifican con la presidenta de la Nación, pero en lo local lo hicieron con nosotros. Y luego hubo una sobreabundancia en la presencia de todo el Gabinete nacional en Pergamino. Eso creo que terminó empalagando a la población. Vienen ahora cuando antes no lo hicieron. Es lo mismo que nos puede suceder a nosotros si recorremos un barrio 10 días antes de una elección. Hubo un voto rechazo a esa situación del Gabinete. Había casi como una burla para determinados sectores de la población. Y al mismo tiempo la presidenta, de un 38 por ciento en la Primaria subió a un 45 en la General, con lo cual debió haber traccionado y sin embargo logramos quebrar esa tendencia. Y lo inédito en Pergamino fue el corte de boleta. Significa que cuando la gente quiere cortar porque no le gusta o no conoce lo que le ofrecen del otro lado, lo hace. Recibimos un número importante de votos del FpV que votaron a la presidenta y en algunos casos a Daniel Scioli y por el otro lado de Binner.
-¿Piensa que para el Gobierno nacional y provincial era muy importante ganar ciudades como Pergamino y Junín, entre otros distritos?
-Yo creo que sí. Estamos viendo por estos días una fuerte disputa dentro del PJ y el querer imponer determinados candidatos, la gente lo rechaza. No solamente pasó en Pergamino y Junín, sino en Mercedes. Allí compitieron dos sectores del PJ y del FpV y ganó el Justicialismo tradicional. Creo que esta es la disputa que se viene. Hay una fuerte pulseada del Gobierno nacional y los sindicatos. Habrá que ver cómo responde el pueblo. Lo cierto es que en Pergamino la gente también ponderó lo local y los candidatos locales. La gente confía en la gestión de los dirigentes de su ciudad.
-¿Qué observación hace de los partidos políticos tradicionales en la actualidad? ¿Debe haber una recomposición?
-Sí, absolutamente. En el caso del Partido Justicialista es un espacio vigoroso, con un piso del 30 por ciento. Lo que tiene que encontrar es una nueva dirigencia, un candidato. Los viejos dirigentes tienen que saber y aprender que tienen que empezar a abrir las puertas. ¡¡¡Hay dirigentes!!!. Hay un sub cuarenta, un sub cuarenta y cinco que tiene que hacerse cargo del destino del Justicialismo. Yo demuestro con esto que el hombre es contradictorio. Toda mi vida he pensado en la alternancia y voy para 16 años de gobierno municipal. Pero aspiro a competir con un Partido Justicialista que muerda los talones y que pueda en algún momento gobernar, porque así es la democracia.
-Después de cada elección, y si lo tiene como ganador como ha sucedido desde hace bastante tiempo en las Generales, se renueva la idea de que usted aspira a ser candidato a diputado nacional o a gobernador como ha dicho recientemente. ¿En esta oportunidad también tiene ese deseo?
-Si bien siempre digo lo mismo, creo realmente que mi ciclo en la intendencia se está cerrando. Me siento integrante de un partido nacional y popular como ha sido la UCR. Hoy en la provincia de Buenos Aires no lo es. Creo también que merece la pena un esfuerzo para tratar de reconquistar una porción del electorado. Sí he dicho que aspiro a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero esto es sólo una expresión de deseo. No necesariamente podría ser, pero puede ser una meta al fin. Siempre en la vida hay que proponerse metas. Después se cumplen o no. Voy a trabajar en este sentido sin descuidar lo local, de poner el esfuerzo en esa idea o quizá en otro cargo como usted decía.
-Antes hablaba sobre la UCR. ¿Cómo ve el futuro político de su partido?
-Ningún partido individualmente hoy puede competir. De hecho el Gobierno nacional es un frente electoral con una presencia muy fuerte del PJ como espacio central. Pero tiene otros elementos que lo componen. Yo creo que el mapa político del país se va definiendo con el Gobierno por un lado y el Justicialismo por otro; una centro derecha expresada por Macri y algunos sectores de centro izquierda en la figura de Binner y Margarita Stolbizer. Veo tres o cuatro espacios políticos. De todas maneras tomar definiciones en este aspecto es prematuro porque el Radicalismo de la provincia de Buenos Aires tiene que ponerse de pie. El Radicalismo nacional está vivo. Hemos perdido las gobernaciones, algo corriente, pero los intendentes son radicales. Hay 8 ó 10 intendentes que van a querer ser gobernadores. Desde luego hay que encontrar un presidente dentro de cuatro años y renovar, insisto, el Radicalismo bonaerense.
-Continuando con la línea del Radicalismo, Alfonsín ha dicho que quienes se fueron de la UCR no pueden retornar. ¿Qué responde a esas palabras?
-La UCR tiene que abrir las puertas. Y lo digo yo que he sido agraviado por ellos. Tiene que nuclear a todos los sectores y dejar de ser un partido sectario. En estas últimas elecciones el Radicalismo solo puso dos diputados en la Cámara. Con lo cual la convocatoria que ha hecho Mario Barletta me parece fantástica. Tienen que volver todos y en las mismas condiciones. Es la única manera que la UCR se vuelva a poner de pie. Si miramos al Radicalismo por el agujerito de la cerradura, de los intereses de los grupos que lo integran; seguramente estaremos viendo como el Radicalismo se extingue, lamentablemente.
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