Por Liliana CarusoLa víctima está internada con un cuadro grave de desnutrición. Denunció que la acusada y su marido, que anoche quedó preso, la tuvieron tres meses cautiva, la vejaron y torturaron. Dicen que hay videos.
Cerca del mediodía del lunes, la periodista Alicia Estefanía Heit (29) les dijo a sus compañeros de Canal 4 de Coronel Suárez –donde conduce el noticiero– que tenía que irse por problemas personales. Les explicó que debía acompañar a su marido a la ciudad de Pigüé, habló de inconvenientes de salud de un familiar y se fue con la promesa de que cerca de las ocho de la noche iría a cubrir una nota. Pero unas dos horas después la joven quedaba detenida p or privación ilegal de la libertad, lesiones y reducción a la servidumbre de una mujer . La Justicia sospecha que todo esto habría ocurrido en su casa durante al menos tres meses en complicidad con su pareja, Jesús Olivera (28).
Anoche, a las 22.40, Olivera –que estaba prófugo– fue detenido en la ciudad de Carhué por personal de la Estación de Policía Comunal Adolfo Alsina. Salía de un estudio jurídico de la zona céntrica, en San Martín y Pringles, y no opuso resistencia. Quedó a disposición de la fiscalía 14 de Bahía Blanca, a cargo de Claudia Lorenzo.
La noticia conmocionó a Coronel Suárez, de 40.000 habitantes, ubicado a 175 km de Bahía Blanca. Estalló cuando la empleada doméstica Sonia Marisol Molina, de 33 años, se presentó en una comisaría para denunciar que acababa de escapar de un cautiverio de tres meses en la casa del matrimonio. Aparentemente había conocido a la pareja en un grupo religioso que podría ser una secta.
Molina estaba “en un estado calamitoso, con un alto grado de desnutrición y deshidratación, con debilidad muscular que le dificultaba ambular casi por sus propios medios, con lesiones graves”, dijo el médico policial Francisco Cortalezzi, según Télam . “Si hubieran pasado unos días más, seguramente no la íbamos a encontrar con vida . La propia mujer comentó que le daban de comer polenta mezclada con alimento para perros, y de vez en cuando”, agregó.
El secretario de Gobierno y Seguridad de la Municipalidad de Coronel Suárez, Gustavo Di Battista, indicó en tanto que “hay un video en el cual pide por favor que la dejen libre”.
La mujer afirmó que pudo escapar de su cautiverio por un descuido. Según fuentes policiales, tenía un cuadro grave de desnutrición y deshidratación: habría perdido más de 30 kilos .
Según el examen físico realizado por los médicos, Molina presenta “múltiples hematomas corporales diseminados en cabeza, cuello, tórax, abdomen y miembros; lesiones en dorsos de manos y pies compatibles con quemaduras por cigarrillo y leve edema genital”.
Fuentes del caso dijeron a Clarín que la víctima contó que a menudo era atada con bolsas de nailon y que en la casa sacaban los picaportes de las puertas para que no huyera.
El secretario Di Battista apuntó que tras la denuncia de Molina la Policía se dirigió a casa de Heit. Y que en ese lapso ella los llamó a él y al jefe de Policía local “en calidad de periodista” para saber si había alguna noticia. Enseguida allanaron su propiedad.
“Estaba en su domicilio. Entregó inmediatamente su celular, donde se encontraron las primeras pruebas de las violaciones ”, afirmó Di Battista, en referencia a presuntas filmaciones de los abusos. “Los dos integrantes del matrimonio tomaban parte de las vejaciones y la obligaban a consumir alcohol”, abundó. Y relató que lo primero que hizo Heit al ser arrestada fue guardar “sus maquillajes” y mostrarse preocupada por “terminar el trámite porque al mediodía debía estar al frente del noticiero”.
Fuentes policiales y judiciales dijeron a Clarín que alrededor del caso hay tres hipótesis: una es que hubo sometimientos en el marco de una secta; que fue un extraño abuso; o que todo se inició por una estafa que derivó en otra cosa (Molina habría vendido recientemente una propiedad por unos $100.000).
Heit es una persona muy conocida en la ciudad. Por eso a todos sorprendió lo que dijo un investigador de la DDI: “Su casa parecía adaptada para un centro de detención y había mucha mugre”.
Hasta el intendente, Ricardo Moccero, pareció conmocionado. Fue a ver a Molina al hospital y dijo: “Acabo de escucharla y da escalofríos. No alcanzo a reaccionar de las barbaridades que le hicieron”. El jefe comunal fue más allá: “El miedo mío es que no sea un hecho aislado, que haya una red y que esto pueda estar sucediendo en otros lados ”. El caso, sin embargo, aún tiene aristas confusas.
Informe: Guillermo Villarreal.
Enviado Especial
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