El activista argentino de Greenpeace, excarcelado el viernes último luego de permanecer dos meses detenido en Rusia junto a otros ecologistas, dijo que cuando regrese al país le "gustaría" reunirse con la presidenta "para poder agradecerle el apoyo de su gobierno”
Pérez Orsi está acompañado en Rusia por su esposa Margarita Malig y su pequeña hija Julia, quienes viajaron a ese país durante el fin de semana.
“El haber estado privado de mi libertad durante tanto tiempo fue una constante sensación de angustia, miedo, incertidumbre”, dijo al tiempo que aclaró que “los días en la cárcel fueron todos iguales, armas tu pequeña rutina, limpieza de la celda, lavar la ropa, leer mucho, rezar, escribir, charlar algo con los compañeros de celda en ruso, Uzbeco, inglés, castellano y por señas”.
“Una hora por día me llevaban aun galponcito para hacer ejercicio, tenía televisión en la celda, miraba `Euro News´ a la mañana y los subtítulos que estaban en ingles eran mi fuente de información” dijo.
“Los compañeros de celda me traducían o trataban de hacerlo, las notas referentes a nuestra causa. Nos daban tres comidas al día, desayuno un plato de cereal con leche, almuerzo sopa y guiso de repollo y papa y de cena generalmente o fideos o puré” contó.
El activista aclaró que en Rusia se permiten recibir 30 kilogramos por mes de ropa, libros y comida de afuera “yo pedía fruta, queso y salame”.
“El trato con nosotros fue correcto por parte de la gente del servicio penitenciario”, enfatizó, mientras consideró que “la población carcelaria nos recibió muy bien y nos trataron como hermanos, compartimos siempre lo poco que teníamos”.
Pérez Orsi se mostró emocionado al señalar que quería “agradecer a Dios por haber iluminado las mentes y corazones de la gente que nos tiene cautivos, esto no termino, estoy feliz de poder estar acompañado de mi familia pero lo procesal continúa todo igual”.
Consultado sobre si sabía sobre las campañas, recolección de firmas, campeonatos de surf, recitales que se estaban realizando en Mar del Plata y el país entero, expresó “creo que voy a tener real dimensión cuando vuelva a Argentina, me cuentan todo lo que se ha hecho por allá y solo puedo agradecer a todo el mundo que se ha preocupado por nosotros”.
“El reencuentro físico del viernes pasado con mi esposa Margarita y mi hijita Julia no lo voy a olvidar nunca. La mirada de Julia el abrazo que nos dimos los tres, me hace sentir que espiritualmente nunca estuvimos separados”, afirmó.
Con respecto a cuáles son las cosas que cambiaría en su vida si queda plenamente en libertad en febrero cuando se expida la justicia Rusa, manifestó “en este tiempo creo que es como si alguien me hubiese dado un par de anteojos que hacen que vea las cosas de forma diferente”, “siento que voy a apreciar todas las cosas de mi vida. No tengo lugar en mi corazón para el odio o el rencor, un espíritu que alberga solo amor es un espíritu en paz”.
"El mensaje que les doy desde aquí a todos los argentinos, a mi familia, amigos, funcionarios de cancillería, del Senado de la Nación y al intendente de mi ciudad es un gracias gigante de todo corazón, por haberse preocupado por nosotros y de nuestras familias, es mucha la gente que nos ha apoyado. Tendría que tener brazos gigantes para darles personalmente un abrazo a todos los compatriotas desde cada rincón de mi país que pidieron por nosotros”, dijo.
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