El fabricante prevé un incremento del 6% en sus ingresos para 2022
PepsiCo ha cerrado el ejercicio 2021 con una facturación de 79.474 millones de dólares (unos 69.700 millones de euros), lo que supone un incremento del 12,9% respecto al año anterior, cuando la cifra de negocio fue de 70.372 millones de dólares (61.714 millones de euros).
Asimismo, el beneficio neto atribuido de la compañía presidida por Ramón Laguarta ha sido de 7.618 millones de dólares (6.681 millones de euros) en 2021, frente a los 7.120 millones de dólares (6.244 millones de euros) de 2020, es decir, un 7% más.
Las ventas del negocio de bebidas en Estados Unidos han totalizado 25.276 millones de dólares (22.166 millones de euros), un 12% más que en 2020, mientras que la unidad Frito Lay Norteamérica ha elevado la facturación un 7,8%, reportando a la empresa 19.608 millones de dólares (17.196 millones de euros).
Por su parte, los ingresos de PepsiCo en Europa han crecido un 9,4%, hasta los 13.038 millones de dólares (11.434 millones de euros), y en Latinoamérica un 16,8% hasta los 8.108 millones de dólares (7.111 millones de euros).
La facturación de PepsiCo se ha disparado un 12,9% durante 2021, mientras que el beneficio neto atribuido ha crecido un 7%
En cuanto al cuarto trimestre del año, las ventas del fabricante estadounidense de refrescos y aperitivos se han disparado también a doble dígito un 12,4%, sumando 25.248 millones de dólares (22.142 millones de euros) mientras que el beneficio del fabricante durante estos tres últimos meses del año se ha situado en 1.322 millones de dólares (1.159 millones de euros), un 28,3% menos.
“Nuestro crecimiento de ingresos netos se ha acelerado durante 2021, lo que nos da confianza en que las inversiones realizadas en nuestros empleados, marcas, innovación, cadena de suministro, sistemas de comercialización y digitalización están funcionando”, subraya el presidente y consejero delegado de PepsiCo, Ramón Laguarta.
Para 2022, la compañía espera lograr un crecimiento orgánico de sus ingresos del 6%, lo que implicaría “un fuerte impulso en el crecimiento de los ingresos orgánicos en los últimos dos años”, según puntualiza Laguarta.
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