En los días previos, numerosas agrupaciones habían expresado su acompañamiento a la designación del gobernador Domingo Peppo como presidente de partido, siguiendo con la tradición que establece que el Gobernador presida el PJ.

Hasta ahora solo faltaba que el intendente de Resistencia y presidente con mandato prorrogado, Jorge Capitanich, fijara su posición. Quien finalmente ratificó su intención de disputar espacios en la conducción nacional, pese a no contar hasta el momento con los avales necesarios.

En el caso de las juntas locales, la propuesta que prevaleció –salvo algunas excepciones- es la que establece que el intendente justicialista conduzca el partido, quedando por delante intensas negociaciones para evitar cualquier controversia. La idea que prevaleció es la de la unidad, evitando cualquier enfrentamiento por menor que parezca.

De esta manera queda abierto el camino para que Domingo Peppo se consagre como el nuevo presidente del PJ, con la responsabilidad de mantener una posición crítica hacia el Gobierno Nacional, según algunas opiniones.

El diputado nacional Gustavo Martínez Campos, que abandonó el Bloque del FpV, no fue objeto de críticas de los asistentes, entendiendo que esta decisión respondió a una estrategia de reordenamiento de fuerzas en Diputados. Sin embargo, el que sí fue destinatario de durísimas críticas, fue el senador Eduardo Aguilar, a quien le endilgaron ciertas deslealtades hacia Jorge Capitanich, "a quien le debe todo lo que es". En este aspecto, el propio Peppo asumió su rol de líder, poniendo paños fríos para evitar que la cosa pasara a mayores.