Se mete de lleno en la interna partidaria y llama a hacer una “oposición responsable”. Además, dice que el Pro, al gobernar Nación, Ciudad y Provincia, “ya no tiene excusas” para no gestionar.
José “Pepe” Scioli ya no quiere mirar hacia atrás. A casi cinco meses de la victoria del frente Cambiemos, el titular de la Fundación Desarrollo Argentino (DAR) evita buscar culpables por la derrota de su hermano, el exgobernador bonaerense Daniel Scioli, a quien ayudó en la campaña electoral.
En una entrevista con Noticias Urbanas, el dirigente se mete de lleno en la interna peronista, que ya provocó fracturas y chispazos en el Congreso. Con ese trasfondo, Pepe Scioli deja bien en claro cuál será su papel: tomar distancia del kirchnerismo duro y hacer, dice, una “oposición responsable” al gobierno de Mauricio Macri.
“Yo quiero un PJ de colaboración y construcción, no que piense que le tiene que ir mal a Macri”, avisa. Por eso, se ubica cerca del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, uno de los abanderados de la postura dialoguista en el PJ. También remarca que se identifica con los referentes del frente UNA, Sergio Massa y José Manuel de la Sota, a quienes convoca a participar de la difícil tarea de reconstruir al peronismo. “Massa y Urtubey están pensando en el futuro”, elogia.
Su nuevo perfil político lo lleva a tender lazos con el embajador argentino en los Estados Unidos, Martín Lousteau, pero elude pronosticar cuál será el sector del PJ donde se posicionará su hermano. “Eso lo va a tener que decidir él”, ataja.
Cuando se pone el traje de “opositor responsable”, le pide a Macri, Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal que diseñen “una agenda común” para el área metropolitana: “Tienen los tres gobiernos del mismo color. Ya no tienen excusas”, afirma.
–¿Cuál es su rol hoy dentro del peronismo?
–El peronismo tiene que adaptarse a los tiempos que eligió la ciudadanía. Tenemos que ser una oposición responsable, acompañar al Presidente con las negociaciones para volver a los mercados de capitales y elaborar una propuesta constructiva y valorativa.
–Pero esa postura no es la única en el PJ, el partido está en ebullición. ¿Se va a profundizar la división interna?
–Hay tres peronismos. Uno está representado por Urtubey; hay un sector que no está dentro del PJ, que es el que integran Juan Schiaretti, Sergio Massa y José Manuel de la Sota, y también está el kirchnerismo duro.
–¿Y usted dónde se ubica?
–Yo me siento identificado con Massa y Urtubey, que están pensando en el futuro. Los dos están teniendo una actitud responsable y están defendiendo las banderas del peronismo. Yo quiero un peronismo de colaboración y construcción, no que piense que le tiene que ir mal a Macri.
–Dice que se siente representado por Massa y Urtubey, pero ellos juegan por separado. ¿Cree que van a competir en la interna del PJ en las próximas elecciones?
–Falta mucho. Hay que esperar a la elección de medio término. Veremos cómo se termina de confeccionar la lista del PJ el 8 de abril próximo.
–Massa ya avisó que no quiere volver al PJ.
–Sergio es un actor importante de cara al futuro. También hay que ver otros actores y distritos. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, el actual embajador en los Estados Unidos tiene un bloque importante en la Legislatura porteña. Veremos si en el futuro hay forma de articular con ellos. Incluso acá, en la Capital, hay un kirchnerismo duro que, para mí, está ayudando a Rodríguez Larreta.
–¿Por qué cree que el kirchnerismo porteño apoya a Larreta?
–Eso será parte del acuerdo de gobernabilidad con el jefe de Gobierno. Los principales desarrollos inmobiliarios del Pro fueron acompañados por el FpV el año pasado.
–¿Cuál será la agenda del peronismo que usted aspira a representar?
–Hay que debatir una agenda de la Ciudad de Buenos Aires. Macri, Vidal y Larreta tienen una responsabilidad enorme y deben establecer una agenda común a nivel metropolitano, que incluya la política de transporte, el déficit habitacional, la seguridad, la basura, el puerto… Pueden volver a los mercados de capitales, se vota la autopista ribereña… Tienen los tres gobiernos del mismo color. Ya no tienen excusas.
–¿Afectará al PJ que el Pro administre de manera correcta, digamos, la Nación, Provincia y Ciudad?
–No miro la política con esa mezquindad. Si le va bien al Presidente, le va a ir bien a los argentinos. Lo que sí sé también es que el compromiso es doble. Como dije, ya no hay excusas. Ahora tienen los tres distritos juntos para trabajar.
–Dijo que hay tres peronismos, ¿en qué sector ubicaría a Daniel Scioli?
–Eso lo va a tener que decidir él, estará haciendo una evaluación propia. Yo no hablo por él. Yo me siento muy identificado con el peronismo que representan los gobernadores. Ahora viene la discusión por el 15 por ciento de coparticipación y tenemos que abordar la discusión del Impuesto a las Ganancias en el Congreso.
–Daniel Scioli celebró la visita de Barack Obama y usted participó en una reunión con empresarios estadounidenses. Al final, ¿el gobierno de Scioli no hubiera sido tan distinto del de Macri?
–Un gobierno de Daniel Scioli hubiera aplicado las medidas de forma gradual y con una visión más social. Acá hubo un aumento del 500 por ciento de las tarifas, no se solucionaron los problemas de las economías regionales y hubo una pérdida del salario. Hay que bajar la inflación y mejorar el mercado interno. La visita del presidente de los Estados Unidos es importante y la Argentina tiene una gran oportunidad de ser vista como la gran locomotora de Latinoamérica. Tienen que venir inversiones reales y no especulativas.
–¿Scioli dejó la Provincia quebrada, como denunció Vidal?
–Ella tomó una provincia que está mejor que la que recibió Daniel Scioli. No es bueno ser quejoso cuando uno gobierna. Claro que faltan cosas, pero hoy están ante una gran posibilidad. La gente quiere escuchar cada vez menos esto de “la herencia recibida”. Ahora ya no hay más excusas.
–¿Por qué piensa que Scioli perdió las elecciones? ¿Fue culpa de Cristina?
–Creo que el país de diciembre de 2015 era complicado, que había que corregir variables de fondo. Había una agenda pendiente y la discusión era de forma, es decir, cómo se iba a llevar a cabo. Ahora ya no es tiempo de elecciones, este es un año de poner el hombro.
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