El ex presidente de Uruguay se refirió a la crisis cambiaria en el país y señaló que “es como si estuviera sometido a una timba”. Además, consideró necesario que América Latina pueda comerciar con sus propias monedas
Luego de los bruscos saltos en la cotización del dólar paralelo, que esta semana alcanzó los $497 y bajó ayer a 474 pesos, el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, lamentó la crisis cambiaria en Argentina, señaló que “es como si estuviera sometido a una timba” y sostuvo que es una “carrera que parece no tener fin” dirigida hacia la autodestrucción.
“Hace muchas décadas que el pueblo argentino perdió confianza en su moneda. Se formó una cultura de desconfianza. La sociedad argentina se ‘autodestroza’ (sic) asimisma por esta locura abrupta del cambio. Le ha pasado tres o cuatro veces por lo menos en su historia, y al parecer, el mal persiste”, definió hoy el ex icónico dirigente del Frente Amplio sobre la inestabilidad del tipo de cambio en el país.
Acerca de los últimos días de zozobra en torno a la cotización del dólar, Mujica graficó: “Es como si el país entero estuviera sometido a una timba. Nos quedamos absortos contemplando esa carrera del dólar que parece que no tiene fin, pero que tiene que tener alguna salida, evidentemente”.
En su columna habitual en Radio 10, el ex presidente y aliado regional de los gobiernos peronistas de la última década planteó que la región debe trabajar en intercambiar bienes y servicios en sus monedas nacionales. “Una de las grandes contrariedades de nuestra América Latina es no haber propiciado a tiempo la costumbre de comerciar con nuestras ‘criollitas monedas’, y haciendo que los bancos centrales trabajen en el arbitraje de las diferencias que pudieran haber entre ellas, y compensarlas”, instó.
Con esa apreciación, Mujica sugirió que Argentina “escape a esa trampa que significa la subordinación a las monedas internacionales”, y que está vinculada a la “historia colonial” y a “la dependencia” de la región con los países centrales desarrollados económicamente.
“Antes estuvo la libra durante más de cien años, hoy es el dólar y pasado mañana será el yuan. Inevitablemente, la disputa y el desarrollo de la competencia internacional va a llevar a la corta o a la larga que la moneda china tercie en el mundo”, subrayó. E insistió: “¿Cuándo nos propondremos nosotros, dos americanos, empezar a comerciar con nuestros pesitos, con nuestras depravadas monedas? Tenemos tratados firmados al respecto que, obviamente, no cumplimos”.
Según la mirada del ex presidente uruguayo, la voluntad de la dirigencia de la región tiene que estar en “aprender y cambiar de parámetro” en la forma de relacionarse porque el tipo de cambio “es un elemento de la economía que está ligado de un forma u otra al ejercicio de la soberanía”.
“Cuando nos tenemos que subordinar a una moneda internacional, nos subordinamos a una relación de fuerzas que en los hechos está impuesta en la economía del mundo. Y es como decir ‘dependemos’”, advirtió ‘Pepe’ Mujica. “Es una forma práctica efectiva y real de suscribir -continuó- todos los días a la subordinación no sólo de la economía, sino de nuestra conciencia de nación a la realidades del mundo”. “¿Cuando aprenderemos a trocar entre nosotros mismos? ¿A intercambiar valor, renunciando a someternos al mundo de monedas que representan a otro? Es que, en el fondo, las monedas establecen mucho más que lo que es el valor de la moneda”, interpeló el dirigente frenteamplista.
Mujica recordó que tampoco existen ámbitos regionales de arbitraje para las disputas comerciales y empresariales. “No tenemos ninguna corte latinoamericana para laudar en los conflictos que podamos tener con las empresas transnacionales. Tenemos que ir a Nueva York, a París o la ‘city’ londinense cuando tenemos algún lío y someternos a su derecho”, lamentó.
Por lo tanto, Mujica convocó a “defender el valor de nuestro trabajo”. “Si vendemos mal, y si jurídicamente defendemos nuestros intereses mal, si nuestro sistema de intermediarios no están amparados por nosotros mismos, van a ser usados en contra de nosotros. Es una consecuencia de la historia colonial”, dijo, y continuó: “El mundo del derecho necesita el respaldo de la fuerza. Y la fuerza de los débiles solo se puede transformar y multiplicar cuando los débiles dejan su tontería y logran juntarse para dejar de ser débiles, sencillamente”.
“A través de la moneda se destila nuestra historia de dependencia y de eterna subordinación. De nuestros intereses defendidos a medias”, concluyó, reflexivamente.
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