El secretario de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, Carlos Zonza Nigro, destacó el trabajo realizado “junto a un equipo de profesionales, técnicos y camarógrafos que se han apostado en diferentes puntos de la Península, desde playa El Doradillo -bajada Punta Flecha, a sólo 7 u 8 kms. de Puerto Madryn- hasta Puerto Pirámides, para llevar al mundo este evento único con el que comienza la temporada de avistajes de ballenas”.

Junto al subsecretario de Información Pública del Chubut, Daniel Taito, el secretario de Turismo cerró, junto a todo el equipo de televisión y guardafaunas de la zona, el comienzo de esta tarea única en el mundo que presentó la temporada 2015 de la llegada de ballenas a nuestras costas, con trabajos de superficie y de profundidad que lograron mostrar el arribo de ejemplares adultos -madres con sus pequeñas crías en algunos casos- que inician la época de apareamiento de los cetáceos.

Zonza Nigro agradeció también el permanente trabajo conjunto con el grupo de balleneros de la provincia que, como eslabón fundamental en el trabajo turístico y de conservacionismo, permiten sostener una actividad que atrae a miles de personas de los más diversos rincones del país y del mundo, para observar la majestuosidad de los mayores mamíferos acuáticos del planeta, prácticamente al alcance de la mano o surcando las aguas por debajo de las mismas embarcaciones desde donde se realizan los avistajes.

La denominada “Vigilia de Ballenas 2015” también fue puesta en valor por el propio gobernador Martín Buzzi, destacando precisamente la calificación realizada por la Nathional Geographic en cuanto a la calidad y particularidades ambientales de nuestras costas para la observación de ballenas y el pronóstico de la UNESCO respecto al crecimiento de la visita anual de ejemplares a Península Valdés y la recuperación de la especie a un ritmo del 7,5% anual.

La recorrida por las aguas de Puerto Pirámides o por las costas de El Doradillo permitió observar los primeros ejemplares que llegan a la zona, esperándose que desde esta fecha hasta octubre o noviembre, la cantidad de ballenas se acreciente en su visita anual, aumentando considerablemente la posibilidad de avistajes y, con ello, el aumento de la industria turística y las oportunidades de trabajo de los sectores hotelero, ballenero, de transporte o gastronómico, entre otros, que se complementa en la tarea de cuidado y conservacionismo de la especie que ha elegido las costas de Península Valdés para su apareamiento o para tener sus crías en Patagonia.