Hay una ordenanza que data desde 2004, pero nunca se instrumentaron los controles.
El estado de balcones, mampostería y marquesinas genera preocupación en la gente que circula por el microcentro de nuestra ciudad y levanta la vista.
El evidente deterioro por el paso del tiempo de algunos acarrea riesgos en la integridad física y, por el momento, a nadie parece importarle para tomar cartas en el asunto.
“De este tema se habla sólo cuando hay algún desprendimiento. El último afectó un automóvil estacionado, pero es un peligro que se está corriendo y que debe solucionarse de alguna manera”, señaló Juan Castronuovo, un comerciante de Chiclana al 400, señalando, precisamente, un balcón de un edificio abandonado en muy mal estado.
Por su parte, Ricardo Kloster, actual presidente del Colegio de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires (Distrito I, con sede en nuestra ciudad), recordó que una ordenanza está vigente desde 2004 pero que nunca llegó a reglamentarse.
“Hace más de una década, desde el Colegio se propuso formular una ordenanza sobre el mantenimiento de fachada y balcones que dan a la vía pública. El Concejo Deliberante la analizó y la sancionó (NdR: en referencia a la ordenanza 12626, sancionada el 29 de abril de 2004). Y el Ejecutivo la promulgó. El tema es que nunca se resolvió cómo ponerla en práctica”, comentó Kloster.
Y añadió: “Incluso, posteriormente hemos enviado notas al municipio para reflotar el tema, tanto en esta gestión como en la anterior (en referencia a Gustavo Bevilacqua) pero no hemos tenido respuestas concretas, porque siempre se esgrime falta de recursos”.
En dicha normativa se declara, con carácter obligatorio, la verificación del estado de conservación y mantenimiento de las fachadas de edificios, incluyendo todos aquellos elementos adosados a la misma que pueden producir un riesgo inminente para la seguridad pública, en la que se incluyen edificios públicos y privados con antigüedad mayor a 10 años, contados a partir de su efectiva habilitación.
“Su puesta en vigencia ayudaría a los consorcios y /o propietarios para prevenir posibles accidentes a terceros, con las consiguientes responsabilidades emergentes”, se esgrimió en aquel momento.
En una recorrida por el micro y macrocentro se pudieron detectar varias construcciones con problemas de este tipo.
“Nosotros proponemos que se realice mantenimiento preventivo sobre toda construcción que da a la vereda. Y de acuerdo al año de construcción, los plazos a presentar el informe técnico de seguridad. Los edificios más antiguos deberían realizarlo cada dos o tres años. Los más nuevos, cada 10. El órgano de contralor debería ser el propio municipio, a través de las oficinas técnicas, esto es Contralor de Obras Particulares y Catastro”, manifestó el presidente del Colegio de Ingenieros.
Según Kloster, la comuna debería instrumentar un aviso a todos los frentistas para exigir los estudios técnicos correspondientes con la firma de un profesional.
“Se podría hacer conocer la normativa con una leyenda en las boletas del ABL. Y quienes crean que están exceptuados, que presenten un descargo”.
Y agregó: “Entendemos que ante siniestros graves producidos por desprendimientos de revoques o mamposterías en fachadas, salientes y/o elementos que estén sobre éstas (aires acondicionados, cartelerías, etc.), será un agravante para el municipio esta situación, pues cuenta con normativa y no la hace cumplir”.
Otro tema a tener en cuenta es la instalación de equipos de refrigeración sobre los espacios aéreos.
“Está sucediendo que muchos edificios instalan los aires acondicionados en las paredes que dan a la vereda. Y eso es un riesgo, porque no se tienen en cuenta posibles desprendimientos de piezas o de todo el equipo en caso de sobrepeso”.
Kloster manifestó que el mantenimiento es esencial para que no se produzcan accidentes.
“El paso del tiempo obviamente que va jugando en contra. Por eso es muy importante que los frentistas realicen trabajos de mantenimiento básicos, que alargan la vida útil de la construcción. Hay muchos edificios en los que se ven ya las planchuelas de hierros, porque el revoque ya se cayó. Y si no se hace ninguna intervención, ese deterioro sigue avanzando. Por eso es muy necesario implementar los controles”.
En la ciudad de Necochea actualmente se está realizando un relevamiento de fachadas y balcones.
“En las ciudades costeras está el problema de la erosión, por su cercanía con el mar. Tienen una ordenanza muy parecida a la de Bahía, con la diferencia que lograron instrumentar los controles de prevención”.
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