Patricia Bullrich y los larretistas intentan ponerse de acuerdo sobre el futuro. Un chat de Whatsapp encendió nuevamente la mecha entre distintos sectores internos.
La reorganización del PRO nacional supuso tensiones internas que aún no logran disiparse. A la mala sintonía que reina entre la presidenta del partido, Patricia Bullrich, y el secretario General del PRO, Eduardo Macchiavelli, hombre de Horacio Rodríguez Larreta, ahora se le suma un nuevo capítulo vinculado al armado partidario en el Interior.
El punto de ebullición se dio ayer cuando, de manera intempestiva, Bullrich decidió eliminar de un grupo de Whatsapp a una serie de ex funcionarios, senadores, diputados y dirigentes históricos. Se trata del grupo denominado “PRO Facilitadores del Interior” que sufrió, desde comienzos de año, un rediseño entre sus integrantes.
Varios dirigentes del Interior, justamente, se vienen quejando del centralismo porteño del rearmado del PRO nacional. “Cometemos los mismos errores del pasado”, apuntan. “Ahora tenemos interventores porteños para armar el Interior. Se volteó al resto. Es difícil construir un partido nacional desde la Ciudad”, agrega una de las fuentes partidarias.
Los facilitadores del Interior, divididos en zonas, son hoy quienes quedaron en el grupo de Whatsapp. Se trata de:
En el NEA: el chaqueño Lucas Figueras, un peronista que trabajó en el ministerio del Interior y luego en Acumar, el organismo que debe sanear el Riachuelo.
En el NOA: el ex diputado Marcelo Weschler, quien venía de trabajar en La Rioja en 2019, y la ex embajadora en la OEA y ex funcionaria peñista de la jefatura de Gabinete, Paula Bertol.
En la zona centro (La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba): los larretistas Ramiro Masjuan (ex funcionario del área de Vivienda en el ministerio del Interior) y Carlos Pedrini, ex viceministro de Desarrollo Social con Carolina Stanley y también de origen peronista.
En Cuyo: la diputada nacional Carmen Polledo, una de las legisladoras más cercanas a Mauricio Macri y ex vicepresidenta de la Legislatura porteña. A ella se le suma el peronista Esteban Garrido, legislador porteño de Vamos Juntos.
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En la Patagonia: Marcelo Cano, un dirigente macrista que trabajó en la Secretaría de Hábitat pero se alejó con fuertes críticas a su entonces jefa, Marina Klemensewicz. Para colaborar con él, Bullrich designó a una dirigente muy cercana a su figura: la ex diputada y ex titular del ENACOM, Silvana Giudici. Será un caso para los libros de Ciencia Política: una histórica radical intervendrá al PRO de Santa Cruz.
Tanto Giudici como Bertol son amigas personales de la presidenta del PRO. La primera logró entablar una buena sintonía con la dirigencia macrista, en especial desde 2015 cuando desembarcó en el ENACOM, en ese momento presidido por Miguel de Godoy.
La segunda arrancó en el Partido Federal pero, desde 2003, se sumó de manera orgánica al entonces CPC, Compromiso por el Cambio, y fue legisladora porteña, diputada nacional y secretaria de Asuntos Parlamentarios cuando Macri llegó a la Casa Rosada.
A ellas se le suman Eduardo Amadeo, un peronista que fue diputado nacional, quien se hizo cargo de la Escuela de Dirigentes en lugar de Bertol (en la dirigencia del PRO aún se preguntan si está afiliado), y Gerardo Milman, ex jefe de Gabinete del ministerio de Seguridad, quien trabaja codo a codo con Bullrich.
En lo que refiere al grupo de Whatsapp que se desarmó, en rigor no tenía mucha actividad, pero sorprendió que no se haya armado otro. “Quedaron los que iban a quedar. Era un grupo viejo, que se armó antes de los facilitadores, se armó en las primeras charlas. Nunca estuvo operativo”, explica una fuente partidaria.
En ese marco, la ex ministra de Seguridad eliminó, en menos de un minuto, a:
. Agustín Garzón: ex director del ENACOM, hombre de Marcos Peña.
. Eduardo Amadeo: ex diputado nacional y ahora con un nuevo rol partidario.
. Esteban Bullrich: senador nacional y quien comenzó a recorrer la Provincia de Buenos Aires como una de las caras visibles del partido. Es un histórico dirigente del espacio y discutió en varias oportunidades con Patricia Bullrich en los Zoom.
. Ezequiel Fernández Langan: es diputado nacional por la Provincia y trabajaba con Marcos Peña. Se enteró por otros dirigentes que lo habían sacado del chat. Ni le importó: se lo tomó con humor.
. Federico Pinedo: ex presidente provisional del Senado. Viene trabajando, desde diciembre en iniciativas de todo tipo para el partido y para el Congreso. No pidió quedarse en el grupo.
. Marta Varela: fue senadora nacional hasta diciembre en el lugar de Gabriela Michetti. Con un perfil bajísimo, se dedicó a los temas ecológicos cuando fue legisladora porteña.
. Pablo Walter: ex vicepresidente de AYSA, la empresa de agua potable y cloacas. Tucumano y ex secretario general del PRO hasta que Macri llegó a la Presidencia. Trabajó en el armado nacional y este año dejó trascender que se despedía de la actividad partidaria con la nueva conducción.
. Santiago Hardie: ex secretario de Agricultura Familiar.
Otras despedidas. De todos modos, los inconvenientes al interior del partido no fueron los únicos. El 9 de mayo, en una carta escueta, dos de las dirigentes de la Mesa Nacional, como Helena de Estrada y Mercedes “Mechi” Miguel, quien venía de ser viceministra de Educación, decidieron alejarse de la actividad partidaria.
En una carta a la agrupación PRO Mujeres plantearon su despedida. Miguel había sido elegida para, además, manejar la Escuela de Dirigentes y, tras armar el bosquejo de cómo debía reconfigurarse, decidió dejar el lugar. De Estrada, por su lado, fue una activa dirigente del G25, el grupo de empresarios que se acercaron al macrismo.
La carta señalaba:
Estimadas compañeras:
Como saben, ambas ya no estamos en la función pública y tampoco tenemos en mente en el corto o mediano plazo estarlo. Nuestra participación en la mesa nacional ha sido y es muy enriquecedora para nosotras, pero creemos que debemos dejar nuestro espacio para otras mujeres. Renovar siempre es bueno y hay muchas mujeres que hacen territorio, y están activas en lo político que pensamos deberían ocupar nuestras sillas.
Quedamos a disposición con nuestros saberes a modo individual y si eventualmente se formara un grupo de asesores, también.
Desde lo emocional, nada ha cambiado. Nos une un amor a la Patria incondicional, solo cambia desde qué lugar. En este hermoso trayecto, además, hemos hecho amigas, compañeras, hazañas que nos han marcado el corazón, y eso no cambia. La sororidad (y humor) de este grupo es único, y para siempre.
Cariños, Helena y Mechi.
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