La onda expansiva de la primaria santafesina impacta en la interna Bullrich-Larreta. Tácticas diferentes y perfiles antagónicos. La plancha incierta de la candidata y la gira explicativa del jefe de gobierno. Planteos sobre a quién conviene-daña la candidatura de Sergio Massa. Problemas de cartel en el larretismo y agenda acotada para la exministra de Seguridad. Encuestas y las diferencias de la patria consultora.
Pablo Ibáñez
Desde el ventanal del segundo piso que mira a Plaza de Mayo, Patricia Bullrich puede ver la Casa Rosada. “Estamos a 40 pasos”, es la ironía interna, una humorada ripiosa que remite al spot (el de los 100 pasos) de Fernando De la Rúa en 1999, del que la jefa -con licencia- del PRO fue ministra. Un pasado que vuelve recargado: no solo porque en campaña se desempolva el CV de cada candidato sino porque el menú de baja del gasto que expone Bullrich linkea, sin escalas, con el recorte del 13% de salarios y jubilaciones del gobierno aliancista .
La candidata opera desde un bunker que la ubica a metros del emblema del poder político. Se lo prestó, dicen a su lado, un empresario. Hay un símbolo ahí: la cercanía física, 40 pasos largos en diagonal, cruzando Hipólito Irigoyen, hasta el ingreso a Casa Rosada trasmiten lo que la mesa chica bullrichista busca revalidar con encuestas. En la guerra de la numerología, un ladero despliega siete sondeos en los que Bullrich supera, en las primarias de Juntos por el Cambio (JxC), a Horacio Rodríguez Larreta.
Parece un reflujo: el shock de datos huele a respuesta a un informe nacional de Zuban-Córdoba, el primero presencial tras el cierre de listas, que ubica al jefe de Gobierno unos puntos arriba de Bullrich. Bullrich invoca, en ese espadeo incierto, otra herramienta: entró en una especie de “plancha” en la que su lógica se basa, esencialmente, en no banquinear. “Estamos bien: lo que nos planeamos está ocurriendo, estamos arriba. Lo único que tenemos que hacer es no cometer errores”, dice un entornista y sabe que no es fácil. “Patricia es intensa”, admite.
Gira corta
Hay un ruido entre la convicción de la victoria y el riesgo. Este jueves, Bullrich viajará a Santa Fe para mostrarse con Carolina Losada, rival de Maximiliano Pullaro en la interna por la candidatura a gobernador de JXC. Losada, periodista que saltó a la política -Marcelo Lewandowski, el principal postulante del panperonismo viene, también, del rubro- corre de atrás según los datos que filtra la patria consultora. Pero Bullrich irá, de todos modos, a abrazarse con ella y a caminar a su lado.
Hay un factor personal y otro político. La exministra de Mauricio Macri construyó una empatía personal y política con Luis Naidenoff, senador radical, y pareja de Losada. Formosa, territorio donde Naidenoff buscará reelegir, es la única provincia “chica” que Bullrich tiene previsto visitar en las semanas que quedan hasta la PASO del 13 de agosto. Juega, también, la enemistad pública, un poco coreográfica, que la candidata expresa con Gildo Insfrán. El duelo no le da mal resultado al multireelecto gobernador peronista: días atrás se consolidaron los datos de la elección provincial del 25 de junio, en los que además del octavo mandato de Insfrán, el peronismo ganó los 27 cargos municipales en juego y de las 108 bancas en disputa -entre legisladores y concejales-, el oficialismo se quedó con 100. La pulseada Insfrán-Bullrich regala un win-win: la candidata alimenta su perfil y el gobernador consolida su poder territorial.
En el caso de Losada, la exministra de Seguridad juega otra carta: no solo el respaldo vía Naidenoff sino que decide apostar a pesar de que pueda perder. Santa Fe es un espejo de la pelea nacional: Bullrich respalda a Losada, cuyo vice es Federico Angelini, integrante de la mesa chica bullrichista, mientras que Larreta apuesta a Pullaro. El jefe de Gobierno, por pedido expreso del radical, no irá antes de la elección a la provincia pero a partir de los datos que llegan a su comando, se prepara para viajar el domingo para la foto de festejo. “Patricia tiene liderazgo y eso implica arriesgar”, apunta un campañólogo bullrichista.
Santa Fe siempre estuvo cerca
La elección santafesina se convirtió en un experimento de impacto nacional. Combina varios factores. Uno, determinante, es que como en pocos lados la primaria por la gobernación expresa con tanta claridad la interna presidencial. Losada es Bullrich y Mauricio Macri, Pullaro es Larreta y Martín Lousteau. En la cuenta larretista, hacen una traslación: equiparan a Losada con Bullrich para decir que la periodista arrancó bien pero cuando se aproxima la elección, el votante se vuelve más exigente y reclama capacidad de gestión, por eso en el caso santafesino migraría a Pullaro. Hace un mes, coinciden fuentes del PJ y JxC, Losada se estancó.
Para Larreta, la eventual victoria de Pullaro lo beneficia: no solo porque será un triunfo sobre Bullrich-Macri sino porque, como clima, valida su teorema de que el votante priorizará la experiencia de gestión y los equipos. De hecho, en esta etapa de la campaña, el jefe de gobierno empezó con paquete de anuncios en distintos segmentos que tienen que ver con el “cómo” frente a determinadas situaciones.
Los cómo
El viernes, por caso, en el Conurbano presentará su paquete de medidas económicas donde, explican, saldrá de la consigna básica y lineal del deseo -por ejemplo, bajar la inflación- para anunciar una hoja de ruta sobre cómo hacerlo. Aparece, ahí, otro componente vinculado con los equipos de gobierno Mientras Bullrich casi no se muestra con laderos, Larreta apuesta a exponer un scrum que le de perfil de administración. Debe domar, en ese proceso, celos y egos. Ahora trabajan, por caso, para juntar a Hernán Lacunza, que coordina el equipo económico, con Martín Redrado que se incorporó hace unos meses como asesor estrella. No es fácil.
En el comando de Larreta, como contó elDiarioAR, admiten que están algunos puntos abajo pero confían que en el tramo final de la campaña recuperarán terreno. Hablan, como Sergio Massa, de las mayorías silenciosos y el voto moderado. Hay una tesis puntual: creen que con el ingreso de la UCR y la incorporación de otros sectores, como lo que expresa José Luis Espert y Margarita Stolbizer, se amplió la base electoral de JxC y de ese modo se redujo la incidencia del voto puro y duro del PRO, al que le apunta Bullrich.
La metáfora bullrichista tiene algo de ternura. “Tenemos que ir a juntar las manzanas donde haya más manzanas”. El voto PRO leído en clave frutal y el pragmatismo sobre el peso territorial donde se tiene que enfocar la candidata. Además de Santa Fe esta semana, y un viaje la que viene a Córdoba para apoyar a Rodrigo De Loredo, el resto se la agenda bullrichista será casi exclusivamente en el Gran Buenos Aires. Tiene una lógica brutal: es el peor territorio para la exministra, en parte porque su candidato a gobernador, Néstor Grindetti, depende exclusivamente de la tracción que le haga Bullrich.
En la provincia aparece otro riesgo: la fiscalización. La preocupación operativa sobre el día de la elección figura entre las urgencias que debe resolver el comando de la exministra. En términos puntuales de poder y territorio, esos factores impactan como puede impactar el resultado de Santa Fe. Es dificil, admiten en las dos trincheras, que un votante deje de ir a Bullrich por una potencial derrota de Losada pero como clima puede tener un impacto en el Círculo Rojo o en la propia estructura. Larreta fantasea, por caso, aparece con un Pullaro ganador y sumar otra foto de festejo luego de la que tuvo con Poggi en San Luis y Marcelo Orrego en San Juan.
En paralelo aparece el factor Massa, cuya irrupción como candidato obligó a Larreta a replantear parte de su campaña para tomar distancia del tigrense con quien tiene una relación desde hace tres décadas. En el mundo Bulrrich especulan que la presencia de Massa complica al jefe de Gobierno porque comparten votos entre sí y eso puede hacer que le reste potencia a Larreta en la interna de JxC. En Uspallata asumen que la presencia de Massa supone un debate por el centro que deja a Bullrich como una outsider, sin programa y ni equipo.
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