La intensa interna que atraviesa Cambiemos en Mar del Plata hace que los escenarios cambien semana a semana. El último sábado, el presidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca y la senadora Gladys González estuvieron en la ciudad y timbrearon junto a los diputados Maximiliano Abad y Guillermo Montenegro. Fue todo un gesto: dos altos dirigentes vidalistas apoyaron públicamente a dos legisladores que quieren suceder a Carlos Arroyo.
Parecía la ratificación de un nuevo quiebre en la relación de la gobernadora y el intendente luego de la polémica de los aportantes truchos. Sin embargo, en el entorno del jefe comunal no se desesperan y anticipan una nueva foto con María Eugenia Vidal. El viernes se realizaría la anunciada inauguración de la Estación Depuradora de Aguas Residuales, con el ministro del Interior Rogelio Frigerio. “Es una posibilidad. No está resuelto, seguramente este jueves lo definiremos”, contestaron fuentes del gobierno provincial sobre la posible visita de Vidal.
En estos meses la relación entre el arroyismo y el vidalismo pasó por diversos estados. La tensión constante que se vivía entre los dos mandatarios tuvo una tregua cuando el jefe comunal comenzó a amenazar con irse de Cambiemos y postularse por otro sector. “Los puntos que tenga, sean pocos o muchos, son votos de Cambiemos que no podemos dejar escapar”, razonaron operadores bonaerenses que trabajaron par “contener” al intendente dentro del espacio.
Sin embargo, en medio de ese proceso, Arroyo arrojó una nueva granada al territorio vidalista: “Yo jamás puse plata para la campaña de Cambiemos”, dijo y le dio así un nuevo impulso a la denuncia por aportantes truchos en el partido presidido por la propia Vidal.
Primero fue Montenegro y hace pocos días la propia gobernadora quienes salieron a dispararle al intendente de Mar del Plata. “Es raro que uno sea candidato y no aporte para su propia campaña”, dijeron en medios televisivos.
El timbreo del sábado, con Mosca, González, Montenegro y Abad, y sin los dos aspirantes a la intendencia que más miden en Mar del Plata (Arroyo y Vilma Baragiola), responde a estos sinsabores: Cambiemos quiere en la Intendencia de Mar del Plata a un dirigente de su riñón. El problema es que entre los deseos y la necesidad hay una distancia considerable.
En el plano local, también se profundiza la pelea entre el arroyismo y la UCR. Una lectura política permitiría decir que la pelea es entre Arroyo y Baragiola, aunque no sean específicamente ellos los que se suben al ring a tirar guantazos. Los recelos que antes se intuían hoy son evidentes. Cristina Coria se pelea públicamente con Hernán Mourelle; Guillermo Schütrumpf acusa a Baragiola de haber tenido una gestión “desastrosa” en Desarrollo Social y, por lo bajo, los dardos son todavía más furibundos.
Así, Cambiemos parece avanzar rumbo a 2019 partido en tres: el vidalismo por un lado, la UCR por el otro y el arroyismo por un tercer carril.
Este escenario entusiasma a la oposición. Los problemas de gestión que atraviesan a Mar del Plata, sumados a la crisis económica que golpea al país dejan abierta la posibilidad de ganar el año próximo, algo que tras el contundente triunfo de Cambiemos en 2017 parecía imposible.
“Estamos muy esperanzados”, lanzó uno de los dirigentes de la oposición que el último fin de semana participó de una foto que dio que hablar, durante la charla del exdirector del Banco Central Arnaldo Bocco. Juntos posaron los concejales Santiago Bonifatti, Ariel Ciano, los diputados Alejandra Martínez y Juan Manuel Cheppi, el exconcejal Fernando Maraude y la representante de la Tercera Edad en la Defensoría del Pueblo de la provincia, Carina Ponce.
La foto es la primera muestra tras una intensa agenda de reuniones y charlas, entre estos y otros dirigentes, como representantes del Movimiento Evita y el Socialismo, con el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata Alfredo Lazzaretti a la cabeza. “Decidimos comenzar a charlar porque todos vemos con preocupación la actualidad de Mar del Plata. Entendemos que tenemos una agenda de trabajo en común, más allá de los distintos espacios que representamos cada uno”, confió otro de los integrantes de esa foto.
Este armado depende de diversos factores, especialmente de lo que ocurra a nivel nacional con la oposición. No será lo mismo si se gesta una gran interna opositora, que incluya al peronismo y al kirchnerismo, que si estos dos espacios compiten por separado. Y esa incertidumbre es la que trata de aprovechar Cambiemos.
“En el timbreo muchos nos pedían que mejoremos, que nos iban a votar porque no hay nada enfrente”, contó uno de los dirigentes de Cambiemos que caminó por La Perla este sábado. “Vamos a tratar de construir algo”, respondieron de la otra vereda.
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