En un alegato de ocho horas, el abogado Pablo Lanusse dio por probada la responsabilidad del portero en el crimen de la adolescente, al que calificó de “femicidio”. Mangeri, con la mirada perdida, no se inmutó por las decenas de veces que fue señalado como “asesino”.
La familia de Angeles Rawson pidió que el portero Jorge Mangeri sea condenado a prisión perpetua por el crimen de la adolescente cometido en junio de 2013 en Palermo. Sostuvo que la víctima fue “una mártir”, que “defendió su dignidad” y “murió como niña demostrando ser una gran mujer”. Luego de varias jornadas de ausencia y por decisión del propio tribunal oral, el encargado estuvo otra vez sentado en el banquillo de los acusados, con la mirada perdida y sin reacción ni siquiera cuando escuchó decenas de veces decir al abogado Pablo Lanusse que él era el asesino.
En su alegato de ocho horas, Lanusse solicitó que se lo condene a la pena máxima por “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa y del que resultara un grave daño para su salud en concurso real de homicidio agravado criminis causa para ocultar un delito precedente y para procurar su impunidad, todo en concurso ideal con el delito de femicidio”.
En segunda fila, atrás de Mangeri, estaban los padres de la víctima, Franklin Rawson –quien intentó pero no pudo cruzar una mirada con el presunto asesino de su hija–, María Elena “Jimena” Aduriz, quien estuvo acompañada por su hijo mayor, Jerónimo Villafañe –hermanastro mayor de Angeles–, y la fiscal Paula Asaro, que fue la investigadora judicial del caso, detuvo al imputado y ayer reapareció para apoyar a la familia.
Ante la atenta mirada de los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero, Jorge Gettas y Rafael Oliden –el cuarto magistrado, que actuó como suplente–, Lanusse aseguró que Angeles “es la única e irreparable víctima” en la causa.
El abogado dio por probado que a las 9.52 del lunes 10 de junio del 2013 la chica de 16 años llegó de su clase de gimnasia al edificio de Ravignani 2360. Aclaró que “jamás pudo ingresar a su casa porque fue interceptada por el señor Mangeri” que, “con algún pretexto”, la condujo a “algún lugar del edificio”, que luego identificó como “la portería del octavo piso” donde desplegó su verdadero objetivo: abusar sexualmente de ella.
Según Lanusse, Mangeri se aprovechó de la edad de la víctima, de su contextura física –él pesaba 108 kilos y ella 50– y el conocimiento previo que tenía de ella, ya que la conocía desde hacía 11 años. Sostuvo que Mangeri actuó en un claro contexto de “violencia de género” y en ello fundamentó que desde su punto de vista el crimen fue un “femicidio”.
“La niña Angeles Rawson no pudo declarar. Pero habló a través de su cuerpo. Habló a partir de la revisión de la autopsia”, dijo el letrado y mencionó que debajo de las uñas de Angeles se hallaron rastros genéticos de Mangeri porque alcanzó a arañarlo con la mano derecha “en forma de garra”, lo que dejó escoriaciones en el cuerpo del imputado. Haciendo alusión al examen de ADN que más incrimina al portero, Lanusse afirmó: “Angeles Rawson indicó con su dedo índice de la mano derecha que el agresor que estaba bajo su uña era Jorge Mangeri. Marcó con su uña al único y verdadero responsable de su muerte”.
Luego, el abogado realizó una descripción de cómo fue el ataque y dio detalles de las lesiones paragenitales que sufrió la víctima en la ingle, los muslos y una rodilla “por haber resistido”. Dijo que Mangeri se montó sobre su víctima “en una posición de acaballamiento”, tras lo cual señaló que el portero la estranguló “con la mano derecha” comprimiéndole el cuello, “y con la izquierda la sofocó” tapándole la boca y la nariz en una maniobra que no duró más de “cinco minutos”. “Luego decidió arrojarla a la basura, es decir, a una cosa inservible que desechamos. A eso redujo Jorge Mangeri a Angeles Rawson. Ese cuerpo molestaba”, dijo el letrado, para quien al elegir este método, el imputado “dejó su ADN laboral” ya que pudo “pasar desapercibido con una bolsa de residuos” porque “era el encargado”.
En el momento de pedir la pena, Lanusse señaló que cuando Mangeri “decidió la ausencia perpetua” de Angeles también estaba eligiendo la pena que le correspondía y pidió ante el TOC 9 que se lo condene a “prisión perpetua”.
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