La historia es típica de pueblo chico. El ahora Senador Provincial, ex Intendente de General Alvarado, estaba viviendo "su" momento visitando al Papa Francisco en el Vaticano. Suena el teléfono. Su esposa desde Miramar le contaba angustiada que habían amenazado a la nena por celular. Una cosa de chicos y el colegio.
Patricio investiga, salta el número de donde salió el llamado. Correspondía a un docente de la ciudad. En realidad había sido el hijo. Patricio Hogan descargó toda su intolerancia, toda su prepotencia en las radios miramarenses. "Es un cagón, un mugriento, se oculta en un llamado, que venga de frente, que se las vea conmigo".
En estos términos se movió Hogan hasta que se comprobó fehacientemente que la comunicación había correspondido al hijo del maestro. El afectado se presentó en la justicia, y la semana pasada Patricio Hogan tuvo que ir a regañadientes a una radio local a leer un descargo escrito por sus abogados donde se arrepentía de las agresiones verbales hacia uno de los maestros más queridos en Miramar.
Mal momento para Patricio, que sigue luchando en el Senado para lograr modificaciones al proyecto de Policía Municipal. Miramar también le aporta estos sinsabores. Parece mentira, porque allí estaba todo controlado: El padre líder, el cuñado intendente, la hermana funcionaria, amigos y parientes repartidos en toda la administración comunal, la justicia, el consejo escolar, etc. Pero es imposible alinear a todo el mundo...
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