La precandidata presidencial del PRO dijo que "los convenios colectivos se tienen que modernizar" y cruzó a la CGT por la propuesta de reducir la jornada. Afirmó que al Estado "le sobran estructuras" y negó que piense "ajustar más" a la sociedad.
Por Ramiro Melucci
Menos Estado, más libertad. Un paquete de leyes con reformas de fondo en varios aspectos, entre ellos el régimen laboral. Un rápido adiós al cepo. La implementación de un sistema bimonetario y diálogo solo “con los demócratas, no con los que extorsionan”. Esas son algunas de las características del país que promete la candidata presidencial del PRO, Patricia Bullrich.
Después de la decisión de María Eugenia Vidal de bajarse de la contienda presidencial, la ex ministra de Seguridad evita remarcar las diferencias con su contrincante interno: Horacio Rodríguez Larreta. Cree que no es necesario porque “la gente sabe comparar”. Y dice que al compañero de fórmula lo va a definir cerca del cierre de listas. Pero avisa: “No quiero tibios”.
–Se bajó Vidal y quedan claramente dos precandidatos presidenciales del PRO. ¿Qué es lo que más la diferencia con Rodríguez Larreta?
–A mí me gusta hablar de lo que nosotros representamos como proyecto. Y creo que nuestro proyecto es un proyecto en el que se plantea un cambio muy de fondo respecto de lo que ha sido el régimen kirchnerista. Estamos absolutamente convencidos de que es un régimen que ha descapitalizado a la Argentina, política, económica, cultural y educativamente. En términos de la construcción de una ideología muy dura, muy en contra de la construcción de una sociedad unida. Es importante hacer un cambio y que ese cambio tenga las condiciones de no aceptar las permanentes extorsiones que te quieren hacer, que las vienen adelantando. En consecuencia, creo que ese cambio es un cambio con coraje, con valentía, con capacidad de romper el molde de un modelo negociador que te lleva a más de lo mismo.
–Entonces es lo mismo votar a Bullrich que a Larreta.
–Yo no dije eso, estoy hablando de mí, que Larreta hable por sí solo. Vos podés sacar una conclusión respecto de sí existe esta misma característica en el otro equipo de Juntos por el Cambio. Pero yo no quiero hacer algo que reproduce algo que a mí me parece que no es bueno, que es transformar lo que es una competencia por modelos que tiene que elegir la gente en una pelea. Si yo contesto sobre Larreta, transformo la competencia en pelea, y para mí la competencia es de cara a la sociedad. Cuando yo explico lo que quiero hacer, creo que la gente me entiende bien y sabe comparar.
–Son tiempos difíciles. El país está endeudado y presenta un contexto de ajuste. Y da la sensación de que viene más ajuste todavía. ¿Qué la estimula para ser candidata a presidenta?
–Yo no estoy de acuerdo con que se viene más ajuste. Tenemos un Estado que ha crecido cien por ciento en los últimos 20 años y se ajustó a la sociedad en un cien por ciento. Si hubiéramos conservado un Estado que pesara 23 puntos sobre el PBI en lugar del 42%, todo ese dinero hubiera quedado en la gente. En mejores casas, en mejores inversiones, en más negocios, en un capitalismo más vigoroso. Se ajustó a la gente. Nosotros vamos a hacer el camino inverso. Al terminar con esa burocracia improductiva, vamos a desajustar a la gente. Hay que invertir el debate.
“A la inflación la bajás bajando el déficit. Ninguna de las cosas que el país tiene que hacer se soluciona porque cambies de moneda”, afirma Bullrich.
–¿Qué le sobra al Estado?
–De todo. Le sobran estructuras, el déficit energético que tenemos, cuando nosotros habíamos dejado al país sin déficit energético; le sobra no haber transformado nunca los planes sociales en empleo; le sobra una cantidad de subsidios que solamente tienen algunas zonas del país y que, en vez de haber subsidiado a quien toma un transporte, se ha subsidiado al transporte, y todos sabemos que ha habido muchas denuncias de retornos hacia funcionarios de esos subsidios al transporte. Hay provincias que pagan la electricidad más cara que otras. Hay desigualdades y se ha subsidiado a un sector con intereses políticos del oficialismo.
–¿Gente también sobra?
–Cada provincia tiene que tener más empleo privado que público. (Guillermo) Montenegro me contaba que acá hay 90% de empleo privado y 10% de empleo público. Bueno, me parece que es razonable. Más razonable sería 5% de empleo público, pero 10% es un número adecuado. Si nosotros tuviéramos todas las provincias con esa proporción, tendríamos mucho más empleo, más calidad de vida, más empresas, más desarrollos, más negocios y menos impuestos, porque habría que sostener menos Estado. Entonces, yo no puedo decir un número (de gente) que sobre, no lo tengo, pero sí sé que, si mirás horizontal y verticalmente el Estado, tiene una cantidad de funciones que puede no cumplir, que pueden cumplir los privados. Una cantidad de empresas que son deficitarias. No es culpa de los trabajadores, pero necesitamos que todas las empresas de la Argentina sean competitivas. No podemos seguir sosteniendo empresas que no son competitivas porque terminamos sacándole la plata a la gente. Y verticalmente, hay reproducción de estructuras generales: un Ministerio de Medio Ambiente nacional, en cada provincia un Ministerio de Medio Ambiente, en cada municipio una secretaría. Bueno, si nosotros podemos generar sistemas mucho más razonables, que se conjuguen en lugar de tener cada uno su raviol, vamos a ser más eficientes. Las municipalidades son lugares importantísimos para ser eficientes.
–¿Por ejemplo en qué?
–Nosotros tenemos municipalidades que han bajado más de 120 tasas y que recaudan más bajando tasas. Bajan burocracia, bajan tasas y recaudan más. Tenemos municipalidades cien por ciento digital, como es el caso de San Nicolás. O Capitán Sarmiento, que bajó 120 tasas. Acá también se bajó una cantidad muy importante. Entonces, vos tendés a un ordenamiento del Estado para que sea al servicio de la gente, y no la gente al servicio del Estado. Por otro lado, hay que terminar con la idea de que el ciudadano tiene que estar bajo control. El ciudadano no tiene libertad. Si va a abrir un negocio, todos creen que lo va a abrir mal, entonces tiene que venir un inspector, que es el tipo de lo puede hacer bien. Mentira. Si vos al ciudadano le decís cómo tiene que hacer las cosas, lo va a hacer. Como en la vida, de cien podés tener dos delincuentes. De cien ciudadanos podés tener dos que abran mal el negocio. Pero si a los cien les tenés que poner un inspector, seguramente muchos van a tener que pagarle al inspector. Entonces, ¡más libertad! Más poder al ciudadano, menos poder al Estado. ¿Por qué se cree que el Estado va a ser mejor que el privado haciendo las cosas? Si vos le das al privado las pautas de lo que tiene que hacer, todos van a tender a hacer las cosas bien para después no tener un problema. El intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, me contó que los negocios se abren en dos horas. Les mandan las condiciones por internet, de acuerdo al tipo de negocio que sea; mandan los planos y pum, abre el negocio.
–Un sistema similar se empezó a implementar en Mar del Plata. Después de abierto va el inspector a ver si está todo en condiciones.
–A mi entender, puede ir a controlar o no; la persona puede mandar una foto o video de lo que está haciendo y listo.
–¿Cuál sería la primera medida que tomaría si fuera elegida presidenta?
–Vamos a presentar un paquete de leyes muy importante, en el que la sorpresa va a ser que vamos a derogar más de las que vamos a votar. Porque la Argentina tiene una contaminación legal y normativa total. En cada cosa que querés hacer, viene alguien y te dice ‘tenés esta regulación que te impide hacerlo’. Vamos a generar un modelo de simplificación, de desregulación, de descontaminación legal. Las leyes positivas van a ser la independencia del Banco Central para dejar de emitir y dejar de prestarle al Tesoro. Un Banco Central con total y absoluta autonomía, con un sistema claro de cómo se seleccionan las personas que van a estar, que pasen los gobiernos y el Banco siga y cuide la moneda de los argentinos. Vamos a sacar el cepo. Muchos dicen que no se puede, pero con cepo todo el mundo va a demorar sus decisiones, entonces vamos a perder tiempo, y no podemos perder tiempo. Vamos a presentar cambios impositivos, cambios en los temas laborales, en los penales. Vamos a hacer un paquete. Vamos a presentar protección para las inversiones, no solamente las extranjeras, sino también las nacionales. Sistemas para que las nuevas inversiones tengan facilidades y puedan competir, por ejemplo, con las que da Uruguay. Vamos a ir generando credibilidad para bajar la inflación. Vamos a bajar el déficit para después entrar en un programa de estabilización.
–Está en desacuerdo con la dolarización. ¿Por qué?
–Nosotros vamos a un sistema bimonetario. Le decimos así porque los argentinos usamos el dólar, pero vos podrías también utilizar el real o el euro. Un sistema en el que las transacciones se puedan hacer con otra moneda. Creemos en este sistema porque las fluctuaciones que tiene el dólar hacen que vos tengas que bajar tu inflación y te comas la inflación norteamericana. Si vos comparás, en los últimos 40 años la inflación norteamericana significó que una casa que vos comprabas a 50 mil dólares, hoy la tengas a 200.000. Cuando vos tenés una moneda muy dura, la competitividad argentina va a caer hasta el punto de aquellos que puedan resistir. Lo que sí vamos a generar es un sistema de anclaje para poder bajar la inflación. A la inflación la bajás bajando el déficit. Ninguna de las cosas que el país tiene que hacer se soluciona porque cambies de moneda. Las cosas que tenés que hacer para no tener inflación igual las tenés que hacer, con el sistema monetario que tengas. En ese sentido, buscamos un sistema monetario que nos permita no comernos las crisis internacionales que siempre han existido. Por otro lado, estamos a dólar cero, vamos a tener reservas negativas, a este ritmo. Entonces, (para dolarizar) tendrías que tener una cantidad enorme. Pero el sistema bimonetario le va a dar a la gente la tranquilidad de que la plata que tiene la va a poder usar en la moneda en que la tiene.
“Yo no voy a gobernar con extorsión. Los que quieran dialogar en buenos términos, no para que todo quede igual, sino para cambiar, bienvenidos”, dice Bullrich.
–¿Qué cambiaría del régimen laboral?
–Los juicios laborales y las indemnizaciones hoy son totalmente inflacionarias. Una persona que trabaja tres meses, por ahí, se lleva 20 sueldos. Y eso es una locura. Ha quedado una ley, que es la 24013, de contratos promovidos, de medio término, de fin de semana. Se derogaron los contratos y quedaron las multas, que hoy se usan para cualquier despido. Una barbaridad, porque eran para situaciones de fraude laboral, no para situaciones normales. La vieja ley de indemnizaciones te dice un mes por año más los intereses. Y se ha hecho una bola de nieve. Entonces, una persona es despedida o se da por despedida en un negocio y el negocio se funde. Eso no puede seguir siendo así. Las empresas chicas tienen que tener un régimen laboral más favorable. Los convenios colectivos se tienen que modernizar. Las personas no pueden pagar cuotas compulsivas porque los empresarios y sindicalistas se pongan de acuerdo en sacarle el 4% al salario de los trabajadores. Hay muchas cosas que hay que cambiar. Y para los que tienen plan social o están en la informalidad, vamos a trabajar con un sistema laboral simple, como es el del servicio doméstico, de las tareas del hogar. Un sistema laboral que va a permitir que sean contratados: van a tener obra social, previsión social y seguro de riesgo de trabajo. Hoy no tienen nada con el plan social. Algunos dicen que hay que llevarlos a la ley de contrato de trabajo, pero nadie los va a contratar. Tenés que tener ese paso intermedio.
–A nivel político, es de las que piensan que no hay que dialogar con todos. Pero para pacificar al país daría la sensación de que ese diálogo es necesario. ¿Cómo procedería?
–¿Te parece que es necesario que vos hoy tengas señores de este gobierno, que serían con los que tendrías que dialogar, que te dicen que desde el primer día van a estar en la calle, que te dicen que con nosotros va a haber sangre, que no se hacen cargo de lo que están haciendo como gobierno y ya están opinando sobre el próximo? El diálogo es con demócratas, no con personas que dicen que las calles se van a regar con sangre si nosotros llegamos al gobierno. O que nos van a obstruir la calle desde el primer día. ¿Eso es respeto al voto popular? No, eso es extorsión. Yo no voy a gobernar con extorsión. Los que quieran dialogar en buenos términos, no para que todo quede igual, sino para cambiar, bienvenidos. Los que te extorsionan, o los que dicen ‘no me cambies las leyes laborales, bajemos la jornada laboral’… En una Argentina que necesita laburo, que necesita trabajar, la única propuesta que hace la CGT es bajar la jornada laboral. Me parece que no es un buen lugar desde donde empezar a trabajar. ¿Qué querés, repartir más miseria y menos sueldo? ¿Creés que por eso van a contratar más gente?
“No quiero tibios”
–¿Cuándo va a definir a su compañero de fórmula?
–Cuando estemos bastante cerca del cierre de listas.
–¿Va a ser radical?
–Por ahora no voy a definir características.
–En algún momento lo deslizó…
–Puede ser. Tengo en claro que va a tener el perfil y las convicciones del proyecto que nosotros representamos. No quiero tibios.
–Le sobran precandidatos a gobernador en la provincia. A los tres que ya tenía parece sumarse Cristian Ritondo. ¿Cuándo lo va a resolver?
–Estamos en el diálogo.
–¿Con Ritondo?
–Con los tres candidatos (N de la R: Joaquín de la Torre, Néstor Grindetti y Javier Iguacel) y bueno, recién acaba de tomar una decisión María Eugenia, así que veremos. En un plazo más corto vamos a definir a nuestro candidato.
–Algunos en Juntos por el Cambio creen que a Kicillof solo se le puede ganar con un solo candidato. ¿Qué opina?
–En principio, vamos a llevar a nuestro candidato. Si el candidato en el que seguramente estás pensando dijo que su candidato a presidente es Horacio Rodríguez Larreta, bueno, yo tendré un candidato que diga: ‘Mi candidata es Patricia Bullrich’. Porque es la manera de generar una competencia en situación de igualdad.
–¿Qué puede decir de Montenegro?
–Es un gran intendente. La verdad que se ganó a la gente. Camina, tiene personalidad. Esta ciudad necesita más autonomía. Una ciudad como Mar del Plata no puede estar dependiendo de La Plata. Hay que modernizar mucho la Ley Orgánica de las Municipalidades y darles mucha más autonomía, que puedan decidir muchas más cosas, no que tengan que ir todo el tiempo a pedir permiso y rezarle a la Virgen de Luján para que el Gobierno de la Provincia les dé algo.
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