La buena es que el Gobierno ganó la discusión sobre la ley de medios. La mala es que ahora el gobierno… va a tener que cumplirla!! ¡Qué lío!

En principio, digamos que les ganamos y que ya mismo vamos a empezar a desguazarlos (a mí me tocaba el 13, se acuerda, no?). Creo que va a haber muchos interesados. Está Lázaro, el jardinero, el chofer, en fin, compradores no nos van a faltar. De última, Cristóbal se lleva algo más y listo. A propósito Jefa, una de las grandes transformaciones de la década ganada es que cuando se habla de Cristóbal ya nadie piensa en Colón, vio?

Todo esto es la parte buena. La mala es el resto del fallo.

Y ahí es donde me entra el miedito.

La Corte dijo que los medios públicos deben ser “espacios donde se expresen todas la voces y no se conviertan en espacios al servicio de los intereses gubernamentales”. Caramba, qué contrariedad. Ahí se nos complica un poco. No va a ser nada fácil hacer nuestro propio proceso de adecuación. Tenemos un exceso de fachos que se apropiaron de los medios públicos para hacer propaganda del gobierno, atacar a los opositores y escrachar y difamar a las voces críticas. Si los sacamos de ahí ¿Adónde los vamos a poner? Algunos se los podemos mandar a Moreno, ponele. ¿Y el resto?

La verdad Jefa, esto es un problema con derivaciones imprevisibles. Con este fallo, la Corte habilitó para que nos denuncien de todos lados. ¿Usted se imagina? Por ejemplo, nos pueden caer encima todos los gerentes de los canales a los que llamamos por teléfono para ordenarles que tapen temas, escondan noticias, o censuren las voces opositoras. Tal vez los tipos guardaron los mails, o los mensajes de texto. ¿Y si se les ocurre ir a contarle a la Justicia todas las veces que los llaman desde la Casa Rosada para darles órdenes, con nombre, apellido, día, hora y teléfono? ¿Y si alguien consigue los contratos de los programas que tenemos para hablar a favor del gobierno y atacar a todos los críticos? ¿Usted se da cuenta del peligro que significa este fallo?

Es la puerta al abismo. Tengo miedo. Mucho miedo. Pensándolo bien, cuánto mejor estábamos cuando Clarín cuestionaba la ley, no? Podíamos hacer de todo. En cambio ahora no nos van a dejar pasar ni una. Ni un mísero fachito escrachador que nos pueda quedar suelto por ahí. Me temo que ahora vienen por nosotros, Jefa y nadie nos va a defender. Ya lo dijo Bertold Brecht: “Primero vinieron por Majul y no dije nada, luego vinieron por Juan Miceli y tampoco dije nada, ahora vienen por Barone pero ya es demasiado tarde” .

Por otro lado, la Corte exigió transparencia en el reparto de la pauta oficial. Un reclamo ridículo porque, como todo el mundo sabe, el reparto es absolutamente transparente: al medio que habla bien de nosotros le damos la mosca, y al que habla mal se la sacamos. Más transparente, imposible.

La Corte también dijo que la autoridad de aplicación debe ser imparcial y sin interferencias del gobierno, dando a entender que la AFSCA no lo es. Si vamos a cambiar algo, yo sugiero que empecemos por cambiarle el nombre. En español, las palabras no suelen tener tres consonantes seguidas porque son difíciles de pronunciar. Pruébelo usted, Jefa. Despacio: A-F-S-C-A. Es difícil meter la “s” entre la “f” y la “c”, ¿vio? Sólo a un tipo como Mariotto se le podía ocurrir semejante cosa. Tal vez le pusieron AFSCA en represalia porque el Grupo tiene a Zlotogwiazda. O para complicarle la vida aún más a Bonelli, vaya uno a saber.

Por suerte ahí lo tenemos a Sabbatella. Me gusta. El tipo le pone voluntad. Lleva personalmente los papeles, habla y sonríe todo el tiempo, le gustan los flashes, los micrófonos, hace show, mete bardo. Usted lo pone delante de una cámara y garpa. Es un mediático.

En cualquier momento hace temporada en Carlos Paz. Yo creo que una vez que pase la desinversión y el Grupo tenga que vendernos todo, Sabbatella va a terminar trabajando en una tira de Pol-ka, yo sé lo que le digo.

En fin, no la quiero preocupar con todo esto. Lo importante es que ya nos informaron que usted anda mucho mejor, que es una buena paciente, que toma sus remedios cada ocho horas, y que cada cuatro grita: “Ojo con Boudou”.

A propósito, le cuento que el Vice, hasta el jueves, anduvo muy bien. De hecho, el domingo pasado a la noche condujo el Festival del Ojete Roto y lo hizo bárbaro. Eufórico. Parecía Guido Kaczka: “¡¡Y ahoraaa… con nosotroooos… en vivooo…… desde el Chacooo… un ganadoooorrr….Caaapitaniiiich!!!” Sólo le faltaba un “¡¡fuerte ese aplauso!!” como decía Mancera. Y en la semana el tipo venía tranquilo, sentadito en su despacho de la Rosada, frente a su escritorio (no le dejaron ni una sola lapicera, obvio, no sea que se le ocurra firmar algo por su cuenta). Pero el jueves la Justicia validó las pruebas en el caso Ciccone y me parece que otra vez está complicadísimo. No la quiero asustar Jefa, pero yo que usted iría preparando la pilcha (avíseles que sus vestidos se lavan con Skip Black, ¿ok?) y pegaría la vuelta, no sea cosa que en cualquier momento entren los granaderos y se lleven al Vice esposado con la campera de la Harley tapándole la cabeza. Lo único que nos falta ahora es Beatriz Rojkés asumiendo y llenando el despacho con fotos de ella y Alperovich montados en camello. Demasiado menemismo junto.

Fuera de todo eso, no tuvimos muchas más novedades. Hubo una tormenta fuerte, le pusieron de nombre “Berta” y enseguida aparecieron los contreras de siempre diciendo que no tenemos que ser como los yanquis, que le ponen nombre a los huracanes. Un absurdo. Que yo proteste porque le pusieron el nombre de mi vieja vaya y pase, pero que la gente se queje por eso ya es cualquier cosa. Deberían agradecer que esta vez, por lo menos, no le pusieron Tormenta Néstor Kirchner.

Ah, una cosita más antes de que me olvide. ¿Se acuerda del asunto aquel del muchacho de Lomas de Zamora, de las legislativas, de Cabandié, de Forster, y todo eso? Bueno le paso una info que por ahí los muchachos no tuvieron tiempo de comentarle, una pavada, una datito muy menor pero nunca está de más saberlo: perdimos Jefa.