Se prevé que la elección polarizada entre el candidato oficialista y su principal opositor, que centralizará la atención de los dirigentes nacionales y que ponen en juego su futuro político.
Por: Nicolás Fassi.
Con un protagonismo robado a la elección provincial, este domingo se pone en juego mucho más que la intendencia de la ciudad más grande del país. Con más de 1,1 millón de electores habilitados para votar, lo que la transforma en la séptima “provincia” del país.
Tras el ajustado triunfo de Martín Llaryora, los comicios en la Municipalidad abren el abanico de consolidaciones. Para Hacemos Unidos por Córdoba se trata ni más ni menos de la primera parada fuerte para el gobernador electo o bien el inicio de una etapa conocida pero diferente, en virtud de los protagonistas en la relación Provincia-Municipio.
Polarizada a más no poder, la pareja elección que se prevé entre Daniel Passerini y Rodrigo de Loredo también es una muestra de la centralidad que tiene la ciudad a la hora de visibilizar las disputas entre dos modelos distintos que se parecen mucho. De yapa, el picante (¿el que le faltó a las provinciales?) lo pusieron las presencias de precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio.
A tres semanas de las PASO, y en un territorio históricamente muy favorable para el apetito opositor, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se enfocaron en respaldar a De Loredo, trayendo también su interna a flor de piel. Y aunque la disputa por el sillón de la Casa Rosada no tercia en las comunales, las rencillas entre halcones y palomas se hicieron sentir un poco. El plus también lo aportaron María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.
Del otro lado, la escudería de Hacemos Unidos por Córdoba se refugió en la figura de Juan Schiaretti y del propio gobernador electo. “Equipo que gana no se toca”, fue el slogan extraoficial.
De todos los escenarios posibles, el que más enteros suma para el domingo es el de una paridad similar a la ocurrida el 25 de junio. Sin sistema Turing mediante, la noche del domingo promete ser larga, antecedida por una semana con mucho nervio, café, suelas gastadas y dardos de campaña.
Llaryora, como jefe de campaña de Passerini
Un par de días antes de la oficialización de la victoria por escasos 3,33 puntos, Llaryora tomó centralidad. En el lanzamiento de Passerini, el entonces sí gobernador electo ocupó el centro del escenario. Con voz fuerte, no escatimó críticas hacia De Loredo y “aquellos que ya gobernaron”. “Hicieron un desastre. Esta elección es fácil”, bramó el sanfracisqueño. Fue la antesala de cuatro semanas en las que el oficialismo jugó fuerte y al fleje. Una estrategia más parecida a un retador que al dueño del cetro.
En rol de jefe de campaña, el actual intendente, encabezó las recorridas con un doble objetivo: instalar la figura de “Daniel” como el mejor sucesor, y apuntalar a Schiaretti para el 13 de agosto. Devolución de gentilezas pos 25-J.
“La gente que conoce a Daniel lo vota. Simple. Es una elección muy sencilla. Es la continuidad de la oportunidad que nos dieron hace cuatro años”, repitió como mantra. Para Passerini, la tarea fue la de apuntar a los talones de Aquiles de “el candidato De Loredo”: la falta de gestión y la presencia de dos candidatos al Concejo Deliberante salpicados por casos de narcotráfico. Y reforzar lo realizado en la ciudad tras las administraciones de Ramón Mestre (h).
Otra pelota a contrapierna, ya que en la semana posterior a la elección provincial, Luis Juez denunció que hubo reparto de droga para captar votos.
Ese desconocimiento hacia la figura de Passerini también esconde un pase de facturas, muy velado, a la manera en la que la conducción del PJ, Schiaretti y la senadora Alejandra Vigo, se manejó en el año electoral. Muestra, cabal si la hay, de la disputa en torno a la renovación de Hacemos Unidos por Córdoba.
De Loredo, otra ficha
Estudiadamente alejado del escenario al que lo invitaba de manera no tan cordial, De Loredo profundizó sus recorridas por los barrios. Atril y cajón de manzanas en mano esquivó acusaciones, centrándose en una campaña propositiva.
Con el respaldo de halcones y palomas, se movió con la suficiencia de saber que cuenta con el physique du rol preferido del mundillo político cordobés, además de tener un activo adicional producto de sus giras por los medios nacionales: el conocimiento.
En la estrategia también hubo lugar para asegurar que trabajará junto a Llaryora para “defender los intereses de Córdoba”, aunque remarcó que el ciclo de PJ cordobesista está agotado. Y también hubo un cuidado operativo despegue de la figura de Juez, quien sólo estuvo al lado del candidato a intendente lo justo y necesario.
Políticamente, lo de De Loredo está lejos de ser una “patriada” como ocurrió en la elección anterior, donde también fue candidato al palacio Seis de Julio. En aquella ocasión su boleta estuvo pegada a la de Ramón Mestre, que pugnaba por llegar al Panal. “Ramón me tira para atrás”, decía. Y tuvo razón. La división de la oposición facilitó la llegada de Llaryora al poder.
Cuatro años después, curado en salud, estiró hasta último momento la definición en torno a su futuro político. Lectura acertada. En caso de ganar, no sólo quedará como el jefe de una reverdecida Unión Cívica Radical (UCR) sino que también empezará a mirar de reojo al Panal.
En las huestes del centenario partido también analizan como favorable el escenario ante un eventual triunfo de Juntos por el Cambio en las presidenciales. Saben que será el ducto necesario de fondos ante la casi segura confrontación con el Ejecutivo Provincial.
Con este telón de fondo, queda claro que la elección del domingo es mucho más que una elección municipal. Pondrá en juego la fortaleza del naciente liderazgo de Llaryora, como así también podría alumbrar el de De Loredo. En este juego, tampoco hay que desdeñar el efecto que tendrá el intercambio en la Unicameral, donde el margen de maniobra para el oficialismo es acotado. Pero también es un arma de doble filo para Juntos por el Cambio en virtud del excesivo loteo legislativo.
“Cautivos del sistema”
En virtud del artículo 137, inciso 3, de la Carta Orgánica Municipal (COM), la lista ganadora del domingo, por la diferencia que sea, se lleva la mitad más una de las bancas del Concejo Deliberante por la discutida cláusula de gobernabilidad. Con una disputa que se presume voto a voto, el PRO puede presumir de tener asegurada la victoria.
En un pasamanos muy común en tiempos de la construcción del partido cordobés, la fuerza vecinal porteña nacida al calor del “que se vayan todos” ratifica su presencia y centralidad en la Docta asegurándose la viceintendencia.
Por un lado estará Javier Pretto, ex presidente del partido en Córdoba, mientras que del otro surge la figura de la volcánica diputada Soher El Sukaría, de consenso en toda la coalición juntista.
Para variar, ambos cuerpos de concejales tienen varias coincidencias. Los puestos expectables contienen a los posibles funcionarios del gabinete, aunque se cuidaron de excluir a los socios y recién llegados. Es decir que la primacía partidaria se hizo presente. Y otro dato es que apellidos históricos del PJ y la UCR, como Natalia de la Sota y Ramón Mestre quedaron excluidos de casi todo el armado. Apenas si pudieron meter algunos nombres. Distinta es la situación, por ejemplo, de Juan Negri, quien bajó su candidatura para comandar la campaña de De Loredo.
Quedará en la muñeca del futuro intendente el poder gestionar egos, lastimados y los liderazgos legislativos en ciernes. No es poco. Del resto de las fuerzas, la disputa por una banca que rompa con el bipartidismo se cierne entre Laura Vilches (FIT), César Orgaz (Encuentro Vecinal) y Juan Pablo Quinteros (Somos).
Cuántos y quiénes pueden votar
De acuerdo a la información brindada por la Justicia Electoral Municipal de Córdoba hay poco más de 1.100.000 personas habilitadas para emitir su voto el próximo domingo en la ciudad de Córdoba. Se utilizará la Boleta Única de Sufragio (BUS) y podrán votar para intendente, vice, concejales titulares y suplentes, y vocales del Tribunal de Cuentas los ciudadanos mayores de 16 años con domicilio real en el municipio y los extranjeros mayores de 18 con al menos dos años de residencia continua.
Resultados de las últimas dos elecciones municipales
2015
Ramón Mestre (Juntos por el Cambio): 32,3%
Tomás Méndez (Movimiento ADN Córdoba): 23,2%
Esteban Dómina (Unión por Córdoba): 17,3%
Luis Juez (Fuerza de la Gente): 15,7%
2019
Martín Llaryora (Hacemos por Córdoba): 40,2%
Luis Juez (Córdoba Cambia): 21,6%
Rodrigo de Loredo (UCR): 19,3%
Juan Pablo Quinteros (Encuentro Vecinal): 5,5%
Se presentan 11 candidatas y candidatos para intendente:
- Daniel Passerini (Hacemos Unidos por Córdoba)
- Rodrigo De Loredo (Juntos por el Cambio)
- Laura Vilches (Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad)
- Juan Pablo Quinteros (Somos Córdoba)
- Eduardo González Olguín (Partido Humanista)
- César Orgaz (Encuentro Vecinal Córdoba)
- Miguel Bustos (Partido Popular)
- Romina Giménez (Unión Popular Federal)
- Humberto Spaccesi (Creo en Córdoba de Todos)
- Jorge Scala (Partido Demócrata de Córdoba)
- Verónica Sikora (La Libertad Primero)
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