Pasa por el diván Rafael Magnanini

Pasa por el diván Rafael Magnanini
El niño bien del kirchnerismo en Tandil echa luz sobre una personalidad caracterizada por el perfil bajo que ahora sólo busca una meta: convertir a un joven peronista en el futuro intendente de la ciudad.
-Hijo y nieto de conservadores, su peronismo necesita una explicación, Magnanini, ¿empezamos?

-Provengo de una familia de conservadores, sí, es verdad. Muy antiperonistas. Mi abuelo vivía al peronismo como el que perseguía a los intelectuales, era la época de aquella frase de ‘alpargatas sí, libros no’. Es más: mi padre se casó el mismo día de la Revolución Libertadora y tuvo que hacerlo medio a escondidas, porque era un lío. O sea que ambos estuvieron signados por la antinomia peronismo-antiperonismo.

-¿Y qué sucedió con usted?

-A los 16 ya empecé a vivir por mi cuenta, me fui de mi casa y comencé a trabajar en un sanatorio. Iba al colegio a la mañana y a la tarde a trabajar. Primero me hice fanático de Racing, cuando en mi familia tampoco había ninguno de Racing.

-Rebeldía pura.

-Creo que me identifiqué con eso del sufrimiento. Y a los 17 años, empecé a militar en el peronismo. ¿Le cuento algo más? Cuando empecé a estudiar agronomía, para costearme la carrera fui acomodador del Mundial ‘78, en la cancha de River. Ubicaba a los plateístas.

-Todo muy lindo, pero no dijo aún porqué el peronismo.

-Porque soy muy sensible al sufrimiento de la gente. Las desigualdades y la inequidad me afectan terriblemente. Por eso me enamoré del peronismo.

-¿Pero alguna vez vio un pobre?

-Puf.

-¿Se brotó?

-No. Siempre fui muy sensible con los que menos tienen. Y siempre fui peronista por convicción, nunca por conveniencia, nunca le pedí nada al peronismo y el peronismo me dio todo, pero, como decía alguien ‘para hacer tortilla hay que romper algunos huevos’, para hacer política hay que pelearse con alguien.

-Hace ruido una cosa: diez años intendente de Benito Juárez. ¿Y Tandil no?

-Hay que respetar las realidades de cada pueblo. Tandil tiene su propia cultura, su propio peronismo.

-Le cuento. Algunos operadores serranos, a la hora de elegir ‘el’ candidato, refieren un ideal: casado, con hijos, católico, bien parecido, apellido tradicional si es posible.

-(Presta atención y se sonríe) Sí. ¿Qué más?

-Con título universitario y cierta fortuna no ganada en el ámbito estatal. ¿Se identifica?

-(Carcajada) Sí, sí, sí. Parece que reúno un montón de condiciones.

-¿Y? ¿Qué pasa? ¿Tiene miedo de que se enoje alguno? ¿No es que siempre hay que pelearse con alguien?

-Sí, pero uno se pelea a los 30. A los 50 se cansa rápidamente. En serio, en la política local hay que estar. Para que funcione, tenés que estar todo el día. Y además soy parte de una corriente migratoria. Llevo 12 años viviendo en la ciudad y me siento tandilense, no nací en Tandil, elegí Tandil...

-¿Es verdad que se odia tanto con Roberto Mouillerón?

-No (categórico). No. Somos cosas distintas. Roberto es un Falcon, un tipo que te va a llevar siempre, es andariego, trabajador y ha sido parte de casi todo el ciclo histórico del peronismo de Tandil con triunfos, derrotas y todo. Es respetable.

-El no tiene, ni linaje, ni título. Pero se animó. ¿Será por eso que no hay empatía? ¿Genéticamente distintos?

-Y, nunca fuimos amigos. Cada uno es hijo de su tiempo. Y él es hijo de un tiempo distinto al mío. Yo sé que cuando uno descalifica, genera un debate que te instala pero soy partidario de instalarse por las cosas que uno hace. Es más lento, lleva más tiempo, pero soy más de la idea del respeto y no me parece bueno el zigzagueo en la política.

-¿Cómo sería eso?

-Y si en la vida lo que uno hace es preguntarse ‘a ver, ¿qué es lo que a la gente le gusta?, ¿Quién es el rubio de moda? Ahí me pongo yo!’. No. Yo nunca seguí al rubio de moda. Es un problema que tengo, nunca estoy a la moda, porque para mí la política son convicciones.

-Sabrá que más de uno sospecha de sus convicciones K.

-Desde que surgió el kirchnerismo en 2003 con un planteo progresista y un Estado mucho más presente, yo adherí al proyecto. Y me quedé cuando vino el lío con el campo. En las malas algunos se van, yo digo que hay que estar.

-Pero usted tiene lindos modales, un rasgo no muy distintivo del kirchnerismo.

-¿Acaso Capitanich no tiene lindos modales? Lo importante es que la política sirva para transformar y mejorar la vida de la gente e invertir en épocas de adversidad, porque cuando hay terreno fértil, todos quieren invertir. Yo siento por ejemplo un gran reconocimiento a Diego Bossio por su inteligencia, su amor por el pueblo y su capacidad de trabajo. Un joven de pasión y de acción.

-Ahora viene la parte que me va a decir que Bossio es el próximo intendente de Tandil.

-En política hay que ser realista. Las comunidades tienen una forma de sentir y de vivir que son complicadas de cambiar. Pero todo en la vida tiene un ciclo. La gran pregunta, la pregunta del millón, es quién tiene la capacidad de intuir en qué etapa del ciclo estamos.

-Un ex intendente de una ciudad del interior, cercana, con una idiosincrasia parecida, lo puede decir.

-Entonces le diría que para una persona como Lunghi, que se dedica con tanta pasión y dedicación, la Municipalidad es muy desgastante. A veces la gente se cansa de uno. Y a veces uno se cansa de la gente. Y a veces suceden las dos cosas simultáneamente. Uno también se da cuenta de que cumple un ciclo. Y en Tandil la política no es hereditaria.

-A ver si el día de mañana se arrepiente de no haber apostado por usted mismo en lugar de otro.

-Y, en la vida las ganas y las oportunidades no están juntas. Las ganas de hacer política las voy a tener siempre, el tema es que las ganas se crucen justo con las oportunidades. Pero no me hace perder el sueño. Hay gente que si no está en el candelero se siente mal. No es mi caso. Lo fulgurante es efímero. Los fuegos de artificio duran un minuto y medio. Yo prefiero ser un farol.

Además, a veces hay que recibir y a veces hay que dar, me siento feliz porque formo parte de un proyecto colectivo. Yo no tengo necesidad de figurar, siempre estoy y hago mi aporte, me interesa más escuchar que figurar. u

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FUERA DE SESION

Mejor que decir es Procrear

“Rafa” como todos lo llaman, insistió en recordar algunos hitos de su historia política para reafirmar su peronismo progresista. La primera fue su militancia universitaria, como creador de la agrupación Línea Agronomía Independiente –LAI- con la cual terminó venciendo al hermano de Coti Nosiglia (Ricardo) para convertirse hacia 1984 en secretario del centro de estudiantes.

Por entonces el porteño Magnanini militaba en la circunscripción 19 de su ciudad, en una unidad básica dirigida por Jorge Argüello que a metros nomás tenía a su adversaria bajo la conducción de Lorenzo Miguel y sus 62 organizaciones. Carlos Grosso fue por aquellos tiempos el político que deslumbraba al futuro ingeniero agrónomo que jura haber tenido una lucha a lo David y Goliat cuando logró convertirse en intendente de Benito Juárez, la tierra donde su familia posee, desde hace tres generaciones, un campo.

¿Dónde está ahora su progresismo? ¿Se puede ser peronista desde una coqueta oficina del directorio del Banco Hipotecario en el microcentro porteño? El jura que ese lugar es el desafío que lo anima a seguir en política. “Hipoteca en español significa crédito para la vivienda y yo estoy nada menos que en el diseño, el trabajo, la instrumentación, de un plan (el Procrear) que refleja una decisión tomada del Gobierno para restablecer el crédito hipotecario.

Basta pensar que antes, como gran cosa, se daban 10.000 créditos hipotecarios por año en todo el sistema financiero. Y este Gobierno tomó la decisión de dar créditos a tasas populares para la clase media y a fin de este año vamos a dar casi 50.000 y de aquí al 2015 la idea es otorgar 180.000 más. En Tandil se ve muy claro: hay más de 3000 personas sorteadas que van a tener la posibilidad de acceder a un crédito.

Acá hay un desafío todo los días y yo soy de acción, no soy de la política de la rosca. A mí siempre me agarró sueño a las 12 de la noche. Y la rosca empieza a las 12”. u

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Ficha personal

-54 años, casado, dos hijos

-Ingeniero agrónomo

-Asesor del directorio del Banco Hipotecario, en el Procrear.

-Fanático de Racing Club, integra la comisión directiva.

-Entre otros cargos fue intendente de Benito Juárez durante diez años, jefe de gabinete del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, ministro de Asuntos Agrarios, director y vicepresidente del Banco Provincia e interventor del Instituto Provincial de Lotería y Casinos.

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