El fenómeno se vuelve cada vez más habitual en busca de figuras creíbles y con fuerte arraigo popular; Reutemann fue uno de los pioneros y Scioli, el que más lejos llegó
No importa el partido, la coalición o la alianza. Tampoco, la disciplina que el candidato, sin necesariamente tratarse de la natación, usó como trampolín. La tendencia lleva más de 20 años y, lejos de disminuir, en cada elección, nacional, provincial o municipal, suma capítulos. Cada vez son más fraternales los lazos entre la política y el deporte. Tan anudados parecen que nadadores, corredores, boxeadores y golfistas le dan vuelta tras vuelta. Árbitros de fútbol, ex cracks del mundo de la pelota y rugbiers que hicieron historia retuercen aún más esos lazos. En una buena base, el deporte se convirtió en el semillero de la política. Para los próximos comicios vuelve la apuesta a la fama ganada en competencia para traccionar votos en distritos donde los candidatos de base son ilustres desconocidos. Es en este punto en el que surge la primera conclusión: con vista de águila, los políticos de cuna buscan el magnetismo de aquellos que tuvieron buena inserción popular. En el campo -de juego, claro- es donde hoy se cosechan votos.
-¿Cree que la gente confía más en los deportistas y las figuras populares que en los políticos tradicionales?
-No. No se puede generalizar. Creer eso sería subestimar a la gente -responde Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires (Frente para la Victoria), candidato a presidente en las elecciones del año próximo y ex motonauta.
Scioli es, entre quienes se hicieron conocidos desde la práctica deportiva profesional, el que llegó más alto como funcionario. El 10 de diciembre de 1997 asumió como diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires (PJ), fue secretario de Turismo y Deportes en la presidencia de Eduardo Duhalde, vicepresidente de Néstor Kirchner y cumple su segundo mandato como gobernador bonaerense. Además, hasta mayo de este año presidió el PJ.
-¿Cómo llegó a la política?
-Cuando cumplí con los objetivos en mi carrera deportiva. Fue en el 97. Menem me impulsó en las elecciones parlamentarias.
Scioli, como Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Pro), también de pasado en el deporte, aunque como dirigente -presidió Boca entre 1995 y 2007-, se une a quienes fomentaron esta tendencia.
Ambos reclutaron en las últimas semanas a deportistas para varios distritos. Macri sumó a Julio Cruz, candidato a intendente en Lomas de Zamora; Ramón Díaz, referente de Pro en La Rioja, y se sacó una foto con Julio Olarticoechea en Saladillo, la ciudad del Vasco. Es la segunda gran avanzada de Pro. La primera tuvo nombres como el ex árbitro Héctor Baldassi (Córdoba) y Carlos Javier Mac Allister (La Pampa), hoy diputados nacionales.
Scioli no creyó que los eligieran por un tema de confianza, pero bien puede ser una cuestión de sensibilidad y acercamiento. Muchos deportistas nacieron en un hogar humilde y compartieron la misma problemática de quienes hoy los votan o los buscan. Así, la identificación del pueblo se vuelve impostergable.
"Son gente muy querida en sus lugares de origen. Representan lo nuevo", argumentan los jefes de campaña del partido. "La gente valora que nunca antes se hayan involucrado en la política y se jueguen por un proyecto", agregan los armadores del Pro, que soslayan la nula experiencia de gestión de los postulantes-deportistas.
El macrismo también tiene al golfista Eduardo Romero, cuyo sueño es ser jefe comunal de su ciudad, Villa Allende, en Córdoba, y a Sebastián Neuspiller, médico ginecólogo, pero, sobre todo, ex capitán y goleador de Fénix, el equipo de fútbol del ascenso, de Pilar, donde presentaría su candidatura a intendente.
Scioli se mostró con Carlos "Chapa" Retegui, entrenador del masculino de hockey sobre césped (también lo fue de las Leonas y simultáneamente), y con los ex futbolistas Carlos Tapia y Mariano Dalla Líbera. El "Chapa" podría postularse a intendente de San Fernando. "Nadie habló conmigo. Tengo una relación con Daniel [Scioli], pero no hablé nada. Si eventualmente él o alguien de su entorno me lo sugiriera, yo les diría que primero hablaran con Cristina. Yo soy orgánico y me manejé así toda la vida", dijo Retegui, en la agencia Télam.
Hay más. Mucho más. Tapia, ex River, ex Boca y campeón mundial en México 86, le disputará la conducción del municipio de San Miguel a Joaquín de la Torre. Y el "Loco" Dalla Líbera aspira a ocupar el lugar de Jesús Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas. A diferencia de otros candidatos, el ex futbolista de River y de Racing, entre otros, sí tiene experiencia en la gestión pública: hace seis años que trabaja en la Secretaría de Deportes bonaerense, que comanda Alejandro Rodríguez.
Jorge "Acero" Cali, ex custodio de Guillermo Moreno, quien fue ministro de Comercio Interior, de referente del kick-boxing trasladará sus patadas al ring político: se prepara para pelear la intendencia de Escobar por el Frente para la Victoria. Ya tiene eslogan: "Escobar, con un futuro de Acero". En declaraciones radiales afirmó: "Si el gobernador es Scioli, Insaurralde, Massa, Menem o Cacho Castaña, no me importa, yo quiero ayudar a la gente de Escobar".
Otra gran apuesta del sciolismo puede ser Sergio Goycoechea, sondeado por ese espacio para competir por la intendencia de Vicente López, actualmente en manos de Jorge Macri (Pro).
Justo será decir que algunos parecen más preparados que otros en la formación educativa, la ideología, la cercanía con el partido político y las propuestas con vida propia. Otros tendrán que esforzarse para no quedar como figuras decorativas en un afiche de ocasión ni caer el proselitismo de oferta.
-¿Hay una crisis de dirigentes y por eso aparece la necesidad de buscar figuras en otros lados?
-Es bueno que más gente quiera participar -argumenta Scioli.
Los pioneros fueron el ex piloto de F. 1 Carlos Reutemann, gobernador de Santa Fe por el Partido Justicialista, en 1991, y Hugo Porta, embajador en Sudáfrica, primero, y secretario de Deportes, después, ambos cargos bajo la presidencia de Menem.
"La política internacional siempre me gustó y me apasionó. Incluso, me permitió restablecer las relaciones diplomáticas con Sudáfrica", recuerda el ex apertura de los Pumas. "Sin dudas, mi pasado influyó", analiza el mejor rugbier argentino de la historia. "No habría sido embajador -rememora- si no hubiera sido el jugador que fui; el rugby me puso en ese lugar y por eso el presidente me llamó."
Sobre la proliferación de este modelo, Porta opina: "El deporte es una actividad que sirve para la formación de la gente. Le aporta valores. Quienes han sido deportistas tienen responsabilidad y compromiso. Saben formar equipos". Y sobre un eventual regreso a la función pública, añade: "Poder hacer cosas por la gente siempre me tienta. Por eso tengo expectativas".
La idea de Menem de convocar a un ex deportista para hacerse cargo de la secretaría del área cundió en los gobiernos que lo sucedieron. Poco a poco fueron avispándose. Fernando de la Rúa apostó por Marcelo Garraffo, ex jugador de hockey sobre césped y ex coach de las Leonas (2013) y los Leones (2000). Néstor Kirchner les confió el manejo del deporte a Roberto Perfumo, primero, y a Claudio Morresi, después. Hoy ocupa ese puesto un ex medallista olímpico de yachting: Carlos "Camau" Espínola, cuya escuela como funcionario fue la intendencia de la ciudad de Corrientes.
-¿Qué aprendizajes obtuvo en su carrera y trasladó a la actividad política?
-El método, la voluntad, la planificación, el trabajo en equipo. Eso es política. Lo aprendí desde muy chico y lo fortalecí en los últimos diez años de mi carrera como motonauta, cuando lideré el equipo -explica Scioli, que el 13 de enero cumplirá 58 años.
¿Cuál es la razón que impulsa a los partidos? ¿Qué seducción ejercen los ex deportistas? "Buscan importar prestigio", razona el consultor político Carlos Fara. "Sin embargo, la gente prefiere votar buenos políticos que outsiders. En Santa Fe, por ejemplo, dos ex nadadores de aguas abiertas, Fernando Fleitas y Diego Degano, van por el Partido Justicialista. Y ninguno tiene buena imagen", cuenta Fara.
Y añade: "Los deportistas-políticos están para proyectarse u ocupar un cargo legislativo. La ecuación de los partidos políticos parece ser: «A falta de algo, pongamos a alguien conocido». Suelen ser partidos que no están instalados en esa localidad y no tienen estructura. Alguien conocido les sirve para ganar tiempo", reconoce Fara.
El interés, por supuesto, desconoce añejas rivalidades. El Pro pensó en Ramón Díaz para La Rioja. Hubo foto entre Macri, sinónimo de Boca, y el ex goleador riojano, ídolo de River. Fue en la peatonal de la capital provincial. "Quiero ayudar al proyecto de Pro porque a medida que los lugares crecen, necesitan cambios", dijo Díaz. Sobre su potencial candidatura a gobernador, o a diputado nacional, a la manera de Baldassi o Mac Allister, el DT que fue campeón con River hace cinco meses aclaró: "Jugaré donde sea protagonista".
Otro ex futbolista apadrinado por el macrismo para ocupar un cargo público es Julio Cruz, quien competirá en Lomas de Zamora. "La gente piensa que un jugador no tiene el mérito para ser concejal o dirigir una intendencia, pero me siento capacitado. Hace mucho quiero ingresar. Me gustaba ver el manejo de la gente y tratar de ayudar, y tuve la posibilidad de sumarme con Macri a Pro", dijo Cruz.
Y agregó: "Conozco el partido de Lomas de Zamora desde que tengo 7 años. Quiero ser intendente. Tengo un gran equipo detrás". Obviamente, Cruz, que se dedicaba a la jardinería antes de la pelota -de allí su apodo de "Jardinero"-, se sacó la foto de rigor con Macri y María Eugenia Vidal.
De acuerdo con una encuesta de Gfk Group, las celebridades y los deportistas tienen en la Argentina una valoración popular que excede al 50%, una cifra que supera a la de otros países y está muy por encima de la que se les reconoce a los políticos: apenas llegan al 15%. "Ser famoso en la Argentina contribuye al nivel de confianza. Futbolistas o personajes del mundo del espectáculo obtienen puestos mucho más altos que en el resto del mundo", dice Valeria Bellani, directora general de Gfk Argentina.
"La popularidad puede ser muy útil, pero también tiene sus contras: te subestiman. A mí me llamaban «el motonauta?». Me acuerdo de un debate con Cavallo [Domingo] en el que me decía: «Usted qué sabe, usted maneja lanchas»."
El recuerdo de Scioli todavía retumba entre aquellos que no saben si acercarse. Siempre fueron intrépidos, habilidosos, ágiles y musculosos. Pero la fauna política propone otra clase de desafíos para aquellos que ahora buscan volverse líderes desde el convencimiento, la oratoria y el trabajo social. De las ovaciones a los votos. Porque el recuento ya no será de goles ni de récords.ß.
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