La llamada lista de unidad en el partido justicialista de Lanús que se anunció, con bombos y platillos por todos los medios posibles, no es más que una imposición de Máximo Kirchner, que deja en el distrito centenares de dirigentes y afiliados muy desilusionados, quienes juran por Dios y la Patria vengarse en las urnas por la decisión que se tomó a espaldas de ellos.
Este medio pudo conversar con algunos de los descartados y la respuesta siempre fue la misma, terminaron de destruir el partido justicialista, le niegan al afiliado poder elegir libremente a sus representantes…, pero además no descartan la posibilidad de abrir conversaciones con la conducción de la pata peronista de Cambiemos en Lanús (teléfono para Kravetz), al no sentirse representados por quienes serán las nuevas autoridades partidarias. Pero lo que más dolió, fue la nula participación que les dieron en las negociaciones de la lista, se sienten traicionados y no es para menos.
La fuga de dirigentes peronistas a las filas de Cambiemos no es nada nuevo en Lanús, basta con mencionar algunos nombres, como Omar López, Héctor Montero, Luis García y Noelia Quindimil, entre muchos otros, que de una u otra manera avizoraban y no compartían lo que venía sucediendo en el PJ, y desde hace un tiempo todos fueron encontrando un lugar en el municipio que conduce el intendente municipal Néstor Grindetti, quien siempre, y muy hábilmente supo capitalizar la interna feroz del PJ lanusense.
Hoy nuevamente la historia volvería a repetirse, y desde el ejecutivo municipal esperan tranquilos y con los brazos abiertos a todos los descartados por quienes serán la “nueva dirigencia peronista”, que en realidad sembraron más odio que conformidad.
La guerra ya fue declarada, y los expulsados no se van a quedar de brazos cruzados, las promesas de venganza ya circulan fuertemente por todos los rincones, y mantener la unidad que publicita la lista, es más difícil que mantener el agua entre los dedos.
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