“El niño/ joven -se especifica- que desarrolla su máxima expresión intelectual y es seleccionado para participar y representar al establecimiento, no debe dejar de asistir por limitaciones económicas”, argumentó.

El novedoso e interesante proyecto consta de tan solo 9 artículos, y especifica que el Fondo creado tiene por objetivo procurar que los estudiantes “con rendimiento académico”, puedan participar de las diferentes competencias educativas que se realicen en el territorio Nacional, ya sean Olimpíadas Educativas u otros eventos competitivos similares.

Para ser beneficiario de la beca hay que cumplir los siguientes 3 requisitos:

- Ser alumno regular de un establecimiento Educativo de Gestión Estatal, dependiente de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires; - Cumplir con todos los requisitos exigidos por la Institución u Organización Privada o Pública encargada del evento; y - Presentar nota firmada por la Autoridad Encargada del Establecimiento al que el alumno asiste, certificando que el mismo posee los conocimientos y el nivel académico en el área que aspira competir.

El diputado nacido en Rojas reflexionó que permitir la participación en olimpiadas “implica mejorar también el Sistema Educativo, por cuanto supone que de un modo completamente altruista, los docentes preparan a sus alumnos, actualizando los conocimientos mediante la búsqueda de diversos problemas con contenidos atractivos”.

Asimismo, el legislador que representa a la Segunda Sección provincial, en la Cámara Baja bonaerense, opinó que “brindar una educación de calidad entendida en términos de justicia social, con igualdad de oportunidades y posibilidades, equilibrada en toda la Provincia y otorgándole prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, a través de políticas universales y estrategias pedagógicas, fortalece el principio de inclusión plena de todos los alumnos sin que esto implique ninguna forma de discriminación”.

Las becas deberán solventar íntegramente los gastos que demande la participación del alumno en las distintas competencias, es decir inscripción; viaje y traslados; hospedaje con pensión completa; cobertura médica, fijando por escrito la Institución Hospitalaria más cercana que brindará la atención de salud primaria, en caso que no sea beneficiario de obra social, entre otras cuestiones.

En otro artículo se aclara que los alumnos menores de edad “deberán ser acompañados por un adulto responsable, o docente que determine el Establecimiento Educativo, quien gozará de los beneficios otorgados en el artículo anterior”.

Finalmente, la iniciativa de Santiago deja en manos del Poder Ejecutivo su reglamentación, especificando “la forma en que se instrumentará la percepción de la Beca, debiendo preverse la continuidad para el caso de clasificación a instancias superiores de competencia”.

“Es fundamental -dice Santiago en los fundamentos finales de la Ley- dejar asentado el gran esfuerzo que realizan no solo los alumnos, sino también el personal de las escuelas para lograr que los estudiantes puedan participar. Por tal motivo considero prioritario contemplar la creación de un fondo que permita a los alumnos prepararse y participar en las actividades mencionadas, y articular los procesos de formación específicos con aquellas instancias de cualquier espacio y nivel del Estado y de la sociedad civil, compatibles con los derechos de los niños, adolescentes y jóvenes”.