Hay obras inconclusas, plantas inactivas, fábricas cerradas y galpones que se utilizan únicamente como depósitos. El promocionado polo fabril no tiene espacios, servicios ni oportunidades para genuinos proyectos industriales.
Las más de cien hectáreas que tiene el Parque Industrial de Salta están colmadas de edificaciones inconclusas, fábricas cerradas y plantas usadas como depósitos. El 60% de los predios está ocupado por empresas de la construcción, transporte de cargas, logística y distribución de productos que allí se almacenan o fraccionan con un mínimo agregado de valor y de trabajo.
También hay talleres mecánicos y firmas comercializadoras de gas, premoldeados, repuestos y manufacturas que no se elaboran en el promocionado núcleo fabril del sudeste de la ciudad de Salta.
Basta un vistazo a ese universo de firmas favorecidas con terrenos baratos, exenciones impositivas y créditos fiscales para ver que hay menos humo en sus chimeneas que en las rudimentarias cortadas de ladrillo de los asentamientos San Alfonso y Gauchito Gil.
Carlos Zenavilla, un emprendedor que acaba de denunciar penalmente los desmanejos en el Parque de la avenida Durañona, sostiene que hay más esencia industrial en esas ladrilleras que en la mayoría de las empresas beneficiadas por el ente administrador que encabezan el ministro de Ambiente y Producción Sustentable, Alfredo De Angelis, y el secretario de Comercio, Industria y Servicios de la Provincia, Gerardo Márquez.
Zenavilla es un técnico en minería que desarrolló una novedosa propuesta para producir cerámica esmaltada en base a boro. Con dos premios nacionales, su iniciativa se adjudicó apoyos técnicos y económicos de parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la cartera nacional de Industria y las universidades locales.
Los respaldos, sin embargo, están en el aire desde hace un año y medio, porque Zenavilla no pudo acceder a un terreno en el Parque. Tras sus insistentes reclamos, prometieron que se lo darán en breve, pero él decidió avanzar de todos modos con su denuncia por administración fraudulenta. En la presentación, Zenavilla afirmó que el Parque está plagado de empresas que no son industriales y que el ente autárquico desestima proyectos industriales genuinos porque funciona “como un negocio inmobiliario”.
La versión oficial
El pasado 1 de abril, ante la Asamblea Legislativa, el gobernador Juan Manuel Urtubey aludió a la actualidad del sector industrial de la provincia con cifras que el ministro De Angelis repitió en la última Ferinoa: “Salta trabaja con el objetivo de promover el desarrollo industrial y transformar la materia prima local en productos finales con alto valor agregado. Fruto de este trabajo creció en los últimos años un 197% la apertura de empresas en parques industriales y 172% los puestos de trabajo estables”, dijo el titular de Ambiente y Producción.
A los inicios de la actual gestión de gobierno, a fines de 2007, había radicadas en el parque fabril de la Capital cerca de 80 empresas, entre las que se destacaban la fábrica de colchones de Zozzoli SA (en etapa de ampliación), las plantas de Temet (fabricación de cargadores de baterías, máquinas de soldar, arrancadores de avión y fuentes de energía alternativas) y cuatro cerámicas: Argentina, Santos, Coquena y Alberdi (esta última en proceso de apertura). En 2008 se sumaron 16 empresas y al año siguiente otras 16, entre las que se contaba cerámica Andina, hoy concursada. En ese rubro industrial solo muestran actividad por estos días Alberdi y Coquena (tinajas y macetas).
Según los últimos registros publicados en el Anuario Estadístico de la Provincia (con avance a 2012), hay radicadas actualmente cerca de 130 empresas. Muchas tienen sus plantas a medio construir y con obras paradas, como Luxem, la empresa constructora que pertenece a Nilda De Angelis y Mario Eduardo Nahum, hermana y cuñado, respectivamente, del ministro de Ambiente y Producción.
Otras firmas cerraron sus puertas y alquilaron sus galpones a empresas de servicios y organismos públicos. Así, las instalaciones que ocupara Ricardo Guzmán para reciclar cartones pasaron a Agrotécnica Fueguina, la prestadora de los servicios de higiene urbana de la capital salteña. Del mismo modo, los galpones de una de las plantas de producción papelera de Roberto Bello funcionan hoy como depósitos de la Secretaría de Acción Social y de la Cooperadora Asistencial del Municipio capitalino. Y, a baja voz, en el Parque se ofrecen galpones en alquiler por valores que van desde $15.000 mensuales para arriba.
Sin cambios en el
perfil productivo
Los datos del Ministerio de Industria de la Nación revelan que en Salta no hubo una “asombrosa” expansión manufacturera durante el primer mandato de Urtubey, como se afirma en los discursos oficiales.
El gobernador centró sus últimos dos mensajes ante la Asamblea Legislativa en el crecimiento de la radicación de empresas en los parques industriales. Y evitó de esa forma, con una lectura sesgada, ampliar la lupa a toda la provincia.
En medio una fuerte recuperación económica nacional, con tasas chinas de entre un 7% y 8%, la cantidad de compañías industriales en Salta solo se incrementó un 12% entre 2008 y 2011 (de 628 a 703 plantas). A su vez, el incremento global (fábricas, emprendimientos agropecuarios, mineras, comercios y servicios) fue del 13%. En 2008 eran 9.413 firmas y 2011 cerró con 10.677. Aún no fueron procesados ni publicados los resultados del año pasado.
¿Fue viento de cola el crecimiento del 11% en la radicación de empresas? Las estadísticas dejan en evidencia que las promociones y los millonarios créditos fiscales cedidos no lograron una provincia con mayor peso en valor agregado ni en la aplicación de tecnologías en los procesos productivos.
La radiografía del sector privado muestra que el porcentaje de las plantas manufactureras se mantuvo casi invariable desde 2008. En ese año las industrias representaban el 6,6% del total de empresas. Para 2011, pese a los incentivos fiscales que impactaron en la recaudación de impuestos provinciales, el sector industrial no ganó terreno por sobre la producción primaria ni el tercer sector.
De las 10.677 empresas establecidas en la provincia en 2011, solo eran consideradas industrias 703, o sea el 6,5%. La realidad de los números deja ver que, en Salta, las plantas fabriles perdieron décimas en la torta empresaria y que el perfil productivo sigue amarrado a cadenas sin valor agregado y a la actividad mercantil.
Deuda en los servicios
“A la tarde cortan el agua”, se quejó un empresario que pidió reserva de su nombre. La radicación de empresas en el Parque Industrial de Salta no tuvo el mismo ritmo en obras de infraestructura ni servicios básicos.
Si bien se pavimentó la avenida Durañona, se parquizaron algunos espacios verdes y se inauguró la Comisaría Cuarta hace dos semanas, frente al predio fabril, hay varias asignaturas pendientes.
Las empresas radicadas en el Parque carecen, ante todo, de un suministro regular de agua potable.
Navegar en internet, algo que hoy resulta indispensable para los negocios, suele complicarse allí más de la cuenta. Los empresarios experimentan una deficiente conectividad y piden que el Gobierno provincial gestione ante las prestadoras privadas redes con mejor desempeño.
Además, en la zona esperan que se instale una subestación transformadora de energía y que haya mayor iluminación y seguridad, sobre todo en las calles más apartadas. Estos servicios también están pendientes en las nuevas superficies que se apunta a anexar en las cercanías de los asentamientos San Alfonso y Gauchito Gil.
Comentá la nota