El jefe comunal destacó que respeta el derecho al paro de los trabajadores, pero se mostró sorprendido, ya que en una reunión con los gremios les adelantó que en breve se otorgará un aumento que rondará el 30 %, y ahora se realiza el paro. “Ahora el gremio pide un aumento de $ 3.000, y si hago eso, vacío de contenido económico al municipio”, dijo Páez. Recordó que el aumento a los empleados se traducirá en unos 1.200 pesos aproximadamente, más la recategorización de la planta de empleados municipales, que impactará de manera significativa en el bolsillo de los empleados. Seguramente, el empleado entendió el punto y por eso se mantiene expectante, y no ha dado su total apoyo a la huelga. Añadió: “El paro es un derecho de los trabajadores, pero algunos no entienden la situación del municipio”.

El intendente también reconoció: “Es cierto que la inflación existente ha sido muy fuerte, pero es lo que podemos dar en este momento, y no es culpa del municipio el aumento de la luz o el gas, nuestro propósito es dar lo que más podamos a nuestros empleados”.

Asimismo, defendió la política de becados que trabajan para el municipio, y cuestionó a algunos afiliados y dirigentes gremiales que piden que se corte el pago de becas para poder dar un aumento mayor a los empleados, a lo que respondió: “Esta situación exige ser solidarios también con aquellas madres o jóvenes que reciben una pequeña ayuda mensual, para llevar alimentos o medicamentos a sus casas, por lo que estamos decididos a continuar con este programa, porque entendemos que el municipio es la institución madre y debe dar respuestas a todos, no sólo a los empleados propiamente dichos”.