Cuando se creía que el lío con los docentes se estaba aplacando, dos palabras del magro ministro Ariza parecen destinadas a reavivarlo. Para colmo de males para el Gobierno, justo antes de las elecciones.
Ayer reapareció en el espacio público el ministro de Educación, José Ariza, para sostener que tras los días perdidos por el paro docente, la posibilidad de extender los días de clases está siendo analizada.
Tal vez corresponda que los alumnos reciban esos contenidos curriculares que no recibieron por el paro de los docentes; corresponderá a expertos el análisis de la mejor oportunidad.
Lo que seguramente no corresponde es que a la salida de un escándalo mayúsculo, a días de una elección importante, un funcionario del Gobierno instale otra vez un nuevo motivo de escándalo, cuando no otro escándalo propiamente dicho.
Podría decirse que Ariza lo hizo; instala un nuevo motivo de conflicto, a días de una elección importante, casi impunemente. Por eso corresponde preguntarse: ¿para quién juega?, seguro que para el kirchnerismo no.
Comentá la nota