El gobernador habló ante el Círculo Rojo reunido en la Bolsa de Comercio. Evitó críticas al presidente Milei, pero dijo que “no esperaba” la restricción financiera que aplicó a las provincias. En vísperas del encuentro con el resto de los mandatarios provinciales mañana en Casa Rosada, rechazó restaurar Ganancias y pidió acelerar medidas para reactivar la economía.
Por Bettina Marengo.
El gobernador Martin Llaryora consideró que si el presidente Javier Milei no hace cambios en la ley ómnibus que ya fracasó en la Cámara de Diputados, el resultado en una nueva negociación con los mandatarios provinciales será el mismo. En una declaración que enciende la víspera de la reunión en la Casa Rosada prevista para mañana a las 15 de funcionarios nacionales con todos los gobernadores y donde se desconoce si estará presente o no Milei.
“Escuché que no va a ser la misma (el proyecto de la ley Bases)”, dijo. “Si volves a presentar lo mismo, si no haces pequeños cambios, puede no caminar”, sostuvo, en su exposición ante el círculo rojo que se reunió en la Bolsa de Comercio de Córdoba para la presentación del nuevo think tank de la entidad que conduce Manual Tagle, Ecosur, que será presidida por el extitular del Banco Central, Guido Sandleris. Las versiones sobre lo que el oficialismo nacional enviará al Congreso no aclaran el panorama. La diputada nacional de La Libertad Avanza María Cecilia Ibañez dijo que el Ejecutivo enviará el proyecto previo al primer recorte de temas, de unos 600 artículos, y también expresó que el pacto fiscal en el que se está trabajando para discutir con las provincias incluye el cobro provincial de impuestos que hoy de recaudación nacional, como el IVA.
El jefe del Panal pidió que el gobierno de Milei diga “la verdad” sobre el esquema de coparticipación que busca negociar con las provincias, y dijo que antes que debatir porcentajes y cuotas, hay que establecer qué impuestos se van a repartir la provincia y la Nación. En su momento, Córdoba pidió coparticipar una parte del impuesto País y ahora también mira con buenos ojos que se instaure el reparto del gravamen al Cheque. En ese sentido, el mediterráneo advirtió que no está de acuerdo con volver a aplicar el impuesto a las Ganancias en salarios que no sean altos -no dio un piso que le parezca prudente- porque se trata de un tributo que si bien es progresivo, “favorece la recesión y se traslada a la discusión paritaria”. Lo mismo dijo en relación al aumento a las retenciones a las exportaciones, disposición que estaba presente en el capítulo fiscal de la primera versión de la ley ómnibus y a la que se opuso él y sus pares de la Región Centro. “La ExpoAgro de San Nicolás no hubiera sido lo mismo con el 15% de retenciones a todo lo que se exporta”, enrostró. En tren de reclamos que marcan tonos de negociación con Nación, incluyó la movilidad jubilatoria y el Fonid como “lo que hay que resolver”.
Con el problema de la recesión presente durante todo su discurso, como producto de un plan de equilibrio fiscal nacional que dijo apoyar, el sanfrancisqueño subrayó que hasta que el parate económico se revierta y haya un rebote en la actividad, el estado provincial se dedicará a contener a los sectores afectados en Córdoba con diferentes medidas sociales. Consciente del auditorio pro Milei que enfrentaba en la Bolasa, el jefe del Ejecutivo cordobés evitó críticas al presidente, habló de la “pesada herencia” que recibió del anterior gobierno, pero pidió que el mandatario nacional que acelere un paquete de leyes que favorezcan la producción y dé exenciones impositivas a sectores del trabajo. “No es todo o nada, podemos ir avanzando”, sugirió, mientras en Buenos Aires su ministro de Economía, Guillermo Acosta, tenía el primer acercamiento con su homólogo nacional Luis Caputo, en el inicio de las negociaciones que supuestamente terminarán en el “pacto del 25 de mayo” a firmarse en Cordoba.
Llaryora también le dedicó tiempo al discurso a explicar la capacidad financiera de Córdoba para soportar el ajuste, aunque admitió que luego de la primera reunión con el jefe de la Casa Rosada, cuando parecía que las relaciones iban por el carril de la alianza, como Juan Schiaretti con Mauricio Macri, se sorprendió por el nivel de restricciones que impuso el libertario a las provincias. “Yo no hice con los municipios lo que hizo Nación con las provincias, no corté fondos, al contrario”, remarcó, y mencionó el Fofindes destinado a educación. En una de las mesas centrales, el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, a cargo del vínculo con los gobiernos locales, aplaudió. “Evitemos que empeore la recesión que solo trae más dolor a la gente”, reclamó, y mencionó el impacto en el Estado: 8000 chicos de escuelas privadas pasaron a la pública, otra tanto se cambió de una privada a una escuela parroquial, hay un 30% más de demanda en el sector salud del Estado. “Todo eso estresa al estado”, señaló.
En relación a los recortes, subrayó que la Nación no puede sostener el envió de fondos cero para la Caja, y estimó que cuando la Corte Suprema falle en el reclamo por la deuda de Anses con Córdoba y Santa Fe por fondos previsionales, el impacto para el tesoro nacional será de “dos déficits”, en alusión al logro que es el principal orgullo del jefe de Estado. Sin transferencias no automáticas, Llaryora admitió que la Caja de Jubilaciones de Córdoba paga los haberes mensualmente porque hizo los “deberes” a tiempo: el aumento del aporte de los estatales activos al sistema y la ampliación del diferimiento de los aumentos salariales en los pasivos “y sin crear nuevos impuestos”. En cambio, con los docentes con los que aún no cerró las paritarias, manifestó que su administración tendrá que hacer una nueva oferta, pero que el diálogo está atravesado por el cese del Fonid, que pagaba la Nación y que significaba un diez por ciento del ingreso de los educadores.
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