El concejal del Frente para la Victoria–PJ, Rogelio Iparraguirre, se sumó al planteo que su par del Frente Renovador, Beatriz Fernández, realizó al presentar un pedido de informes en el que demanda datos sobre las cuentas de los fondos afectados, plazos fijos, intereses y su destino, y cuestionó la falta de consideración del Ejecutivo hacia el Concejo Deliberante.
“Hay un menosprecio del rol y de las posibilidades de trabajo del Deliberativo por parte del Departamento Ejecutivo, y lo lamentamos porque siempre apostamos a que cambie”, resumió el edil en diálogo con el magazine televisivo “La ciudad”.
En la oportunidad se mostró en sintonía con las declaraciones de la referente local del massismo, quien en función del proyecto presentado reclamó que se respete al Legislativo en su facultad de elaborar iniciativas y mostró la molestia ante la “costumbre” del oficialismo “de que todos los proyectos que vienen de la oposición no los debate en el recinto y directamente los envía al Departamento Ejecutivo”.
“Menosprecio”
En esa misma línea se pronunció Iparraguirre, que además expuso en detalle las iniciativas impulsadas desde el arco opositor y que no lograron avances. “El respeto a las instituciones no es algo para andar declamando”, dijo y remarcó que se trata de una “construcción diaria, una práctica política constante”.
Desde su perspectiva consideró que existe un “menosprecio del Departamento Ejecutivo, del Intendente y de su equipo por el Deliberativo, por su función y naturaleza y por cada uno de los concejales que tenemos por función legislar, tomar temas de preocupación de la ciudadanía, sectores productivos, de la salud, educación, trabajarlos exhaustivamente, convocar a autores de la ciudadanía”, y que posteriormente debe pasar por la administración comunal “porque es una opinión que nos importa y mucho”.
A modo de opinión sostuvo que lo que sucede es que el Ejecutivo adquirió como una “práctica corriente” que “cuando enviamos los proyectos de ordenanza no vuelven más”, y lamentó que se trata de una “maniobra dilatoria”.
Tras hacer referencia a algunos de los casos que sustentan su postura, Iparraguirre centró sus críticas al expresar que “coartar la posibilidad de trabajo atenta no solo contra aquellos que formamos parte de los espacios políticos que hoy integran la oposición sino también en el bloque de concejales del radicalismo”.
En su lectura agregó que la bancada oficialista, integrada por “grandes concejales, hay cuadros políticos y técnicos”, también “ve menoscabada su posibilidad de hacer aportes porque las cosas van en piloto automático al Ejecutivo”.
También se quejó que “ningún proyecto de la oposición”, que implique alguna política pública o la erogación de partidas de dinero con determinado destino “fue aprobado”.
Y a modo de explicación sugirió, con cierta ironía: “O somos los diez concejales de la oposición muy malos concejales, y trabajamos muy mal y somos muy incapaces al punto de que no vale la pena ni un solo proyecto o el Ejecutivo está cerrado a la posibilidad de que aquellos que no integran su propio espacio puedan hacerle aportes”.
Algunos casos
Así se centró en algunas de las iniciativas elevadas y que pese al tiempo transcurrido no lograron avances ni la devolución esperada. En esa línea citó el proyecto presentado hace más de dos meses que declara la emergencia social en violencia de género, propuesta que calificó de “importantísima” y en la que “trabajamos un montón, haciendo consultas para enriquecerlo y mejorarlo”.
El expediente bajó “directamente” al Ejecutivo para su estudio pero “ni siquiera con un proyecto que tiene incluida la palabra ‘emergencia’ tuvieron la deferencia de evaluarlo”.
También expuso la molestia en torno al proyecto de resolución por la suspensión del servicio de trenes entre Plaza Constitución y Tandil, que fue impulsado por su compañera de bancada María Eugenia Poumé.
En ese caso particular el expediente tomó estado legislativo e ingresó a la Comisión de Transporte para su tratamiento, y en acuerdo se decidió el envío al Ejecutivo. Después, el presidente de la comisión, Gabriel Bayerque, presentó una iniciativa similar durante la sesión que terminó nuevamente en estudio hasta que se alcanzó un dictamen en conjunto que fue aprobado por unanimidad.
También puso como ejemplo el caso del GEN, que hace unos meses hizo uso de la Banca XXI para presentar un proyecto que apunta a prohibir la entrega de bolsas de polietileno en supermercados y comercios de la ciudad.
Se trata, según el edil, de una iniciativa “fenomenal” que se respalda en antecedentes de otras ciudades en términos de factibilidad y que además es “progresista”.
Lamentó que el expediente “lo podríamos estar trabajando en la Comisión de Producción del Concejo Deliberante”, pero en lugar de eso “se envió directo al Ejecutivo y no tuvimos más noticias”.
Al esquema sumó cuestionamiento en función de las dificultades para acceder a la información pública al citar los reiterados pedidos al por entonces secretario de Gobierno, Matías Civale, para conseguir una copia del pliego de licitación del Balneario del Sol. “Insistimos durante nueve meses, por la vía institucional a través del presidente del cuerpo Juan Pablo Frolik”, remarcó.
Luego recordó que el primer proyecto que presentó en 2013, a poco de asumir su banca, apuntó a la creación de la comisión de administración y distribución de los recursos del Fondo de Financiamiento Educativo, “que en estos tres años se vio que es un problema serio”.
La iniciativa contempla la formación de un espacio “plural, transversal y democrático” para darle al Intendente “mayor espalda” para que pueda hacer un uso “más efectivo y eficiente”.
“Y no lo hizo porque provino de la oposición”, advirtió el edil sobre una actitud que termina perjudicando al conjunto de los tandilenses.
Sin participación
Tras el pormenorizado repaso Iparraguirre planteó que “llama la atención cómo un proyecto político, que es el que encabeza el doctor Lunghi, que tiene evidentemente muchas cosas buenas y muy buenas, sobre todo porque además ha sido refrendado en cuatro ocasiones por el voto popular, con tanta potencia política, no permite que aquellos de su propio partido o la ciudadanía misma tengan participación”.
Y en esa línea, a modo de cuestionamiento, expuso que “la confianza que la ciudadanía tandilense le tiene, al Intendente le cuesta retribuírsela”.
A su vez Iparraguirre objetó que el jefe comunal solo sube al Concejo una vez por año, tal cual se lo demanda la Carta Orgánica de las Municipalidades, para cumplir con el acto de apertura de las sesiones ordinarias. “Salvo en esa ocasión, nunca más se lo ve al Intendente por el Legislativo, ni cita a ningún concejal para conocer más detalles de determinado proyecto”, renegó.
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