El argelino dijo en conferencia de prensa que la tortura es una práctica cotidiana y que el conflicto se puede desbordar a Medio Oriente, pero al mismo tiempo señaló que cree posible un avance en las negociaciones.
Mientras los jefes de Estado se aprestaban para tomar turnos para hablar ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Siria pasó al centro de la atención mundial luego que el enviado internacional Lakhdar Brahimi advirtió que el conflicto en ese país se agrava y que amenaza con desbordarse a todo Medio Oriente. Brahimi explicó que la tortura es una práctica cotidiana y la situación de los niños y refugiados es cada día peor. El país sufre además escasez de alimentos y muchos bienes culturales fueron también víctimas del conflicto que sacude al país desde hace un año y medio.
Brahimi, sin embargo, también dejó abierta la perspectiva de esperanzas, al afirmar que cree posible un avance a pesar del estancamiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras rendir un informe al Consejo –por primera vez desde que reemplazó a Kofi Annan el 1 de septiembre como enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria–Brahimi dijo a la prensa que comenzó a examinar con los miembros "el camino hacia adelante".
Subrayó que la situación en Siria está estancada y que es "extremadamente difícil", sin perspectivas de progreso "ni hoy ni mañana".
Al mismo tiempo, Brahimi informó que también manifestó al Consejo que "paradójicamente, ahora que he indagado un poco más sobre lo que ocurre en el país y la región, creo que encontraremos una apertura en un futuro no muy distante".
"Hemos comenzado a discutir el camino a seguir. No hubo desacuerdo entre los miembros del Consejo", señaló. "Una reforma no es suficiente, lo que necesitamos ahora es el cambio", enfatizó Brahimi.
"Me rehuso a creer que la gente razonable no vea que es imposible un regreso a la Siria del pasado", apuntó. Brahimi informó que carecía de "un plan completo" pero informó que tenía algunas ideas que a su parecer se ampliarán con otra visita a la región.
El Consejo de Seguridad, la única instancia de Naciones Unidas que puede imponer sanciones globales y autorizar una acción militar, está profundamente dividida en torno a la crisis en Siria.
Rusia, el principal protector de Siria, así como China han vetado tres resoluciones auspiciadas por Occidente dirigidas a apremiar a Assad a que ponga fin a la violencia y emprenda conversaciones con sus opositores hacia una transición de poder.
Según un diplomático que asistió al informe privado al Consejo y que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a difundir detalles, Brahimi dijo que cree que el objetivo de Assad es regresar al país a "la antigua Siria" en la que él y su padre gobernaron como dictadores durante cuatro décadas. «
AP y dpa
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