Crónica de cómo un reconocido abogado del fuero penal pasó de ganador a perdedor “de la noche a la mañana”
SALTA.- A horas de darse aires de triunfalista en el programa de TV del periodista que alguna vez demandó, el jueves pasado, el abogado René Gómez, defensor del intendente, Juan Rosario Mazzone, se dio de narices al ver al día siguiente las fotos recuperadas por dos peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales.
El jueves pasado por la noche, totalmente distendido y con una camisa azul Francia casi desabotonada hasta el pecho, Gómez pasó por la mesa de "Cara a Cara”, el programa periodístico de Mario Peña, oportunidad que no desaprovechó para dar por sentado su triunfo como defensor de Mazzone, quien lo acompañaba en la mesa con una camisa blanca, como intentado dar alguna señal de inocencia con ello.
Antes de entrar a hablar de política, Peña encaró a Mazzone por su situación ante la justicia, pues hasta ese momento estaba imputado por el delito de "corrupción de menores” a causa de las fotografías que trascendieron mediáticamente y en las cuales aparecía con el torso desnudo y acompañado de jovencitas con ropa interior.
Lejos de apresurarse por responder, Mazzone abrió el juego para su abogado, quien -relajado en su silla- sentenció que la causa penal en contra del intendente ya estaba ganada. "Para mi, sin que esto signifique, y que sea un triunfalista, para mí la causa ha terminado”, afirmó Gómez.
Posteriormente, se dedicó a sostener la supuesta inconsistencia de las pruebas y a destacar el testimonio de dos de las menores identificadas, quienes –por supuesto- habían favorecido a su cliente al prestar declaración en Cámara Gesell.
Así, en una noche donde las cámaras parecían favorecerlo en cada toma, Gómez se relamió de sus dotes y experiencia en el fuero penal, clima que aprovechó su cliente para darse por inocente y víctima de una "operación política”.
Al día siguiente, a casi doce horas de su paso por la pantalla de Cablevisión, Gómez llegó al juzgado de Garantías 4 para participar de la apertura de un sobre de pruebas remitido por el Cuerpo de Investigaciones Fiscales.
Se trataba de la pericia realizada al celular de una de las menores, aparato que fue utilizado por el remisero, Manuel Amador, otro de los imputados, para sacar fotografías de lo que sucedió en la casa del intendente en el paraje La Ramada.
Fuentes del juzgado cuentan sobre este momento que Gómez no se opuso a la incorporación de la prueba, tras lo cual se abrió el sobre y las fotografías recuperadas se robaron entonces todas las miradas, porque después de pasar algunas de las fojas, una de las tomas dejó a todos atónitos.
Es que en el centro del cuadro aparecía nada menos que Mazzone vestido solamente con un calzoncillo negro junto a una de las chicas y con una caja de vino en una de sus manos. Que tuviera una bebida alcohólica en una de sus manos, sin dudas, fue lo de menos, pues lo que impactó fue ver al intendente de El Bordo casi desnudo con ese calzoncillo, ya de varias lunas.
Según algunos presentes en ese momento, Gómez abrió y cerró los ojos no encandilado por las luces de las cámaras ni tampoco creído de que era un mal sueño, sino para intentar convencerse de que la situación que enfrentaba ya no era la misma de la que se jactó la noche anterior.
"¡Epa! ¿Y dónde están los pantalones?”, preguntó alguien, como si la escena necesitara una onomatopeya. Este, sin embargo, no fue el único trago amargo que tuvo que engullir Gómez, quien al salir del juzgado tomó conocimiento (minutos antes del horario de cierre de la feria judicial) que uno de los fiscales penales del caso había presentado el requerimiento de juicio contra su cliente.
Esa novedad fue el tiro de gracia de una mañana para el olvido para el abogado Gómez, quien se marchó con el rabo entre las piernas por el duro revés judicial que le tocó vivir, y por el cual renegó hasta ayer a la mañana. No sólo por las otras pruebas de las que se valieron los fiscales para hundir a Mazzone, sino porque extrañamente, Gómez no la vio venir.
Es que este letrado, ex jefe de policía y ex procurador general del romerismo, no se dio cuenta de la jugada de dos jóvenes fiscales, quienes lo dejaron hacer su actuación mediática para luego no sólo sorprenderlo con una prueba mortífera como la foto que su cliente habría intentado borrar, sino también lo dejaron sin chances de reacción al presentar el requerimiento de juicio. Una jugada, por cierto, inesperada para un abogado que venía de una noche triunfalista.
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