Para anoche estaba previsto que los empleados corten del puente internacional que une nuestro país con Bolivia.
A la mañana hubo una tensa calma debido a que la intendencia abrió las puertas de la tesorería para que los empleados puedan percibir los haberes adeudados del mes de noviembre. Pero el malestar recrudeció al mediodía, cuando se informó que el dinero no alcanzó para los 75 empleados contratados. Los obreros, con la olla popular como estandarte, decidieron hacerse más fuertes y manifestaron su firme voluntad de potenciar la lucha.
"De aquí no nos movemos hasta que no nos liquiden todos lo que nos deben", expresó Rubén Darío Moreno, delegado de ATE. Dijo que van a exigir al intendente Carlos Villalba que hasta antes del 25 les tiene que pagar el aguinaldo. "Ellos anunciaron que van a pagar el 29, pero ese día no hay nadie en la Municipalidad, así que tenemos duda de que vaya a cumplir", advirtió Moreno.
De acuerdo con el plan de lucha dispuesto, lo que para anoche tenían previsto era cortar el puente internacional que une nuestro país con Bolivia. Al mismo tiempo, los dirigentes acordaron producir una toma de la garita donde se cobra el peaje a los visitantes. Moreno destacó que en los últimos días recibieron el apoyo del presidente del Concejo Deliberante, Alejandro Zapata; del vicepresidente, Alfredo Palacios (ambos del PJ) y de Nelva Méndez, de la UCR. A los efectos de destrabar la situación, Zapata viajó a Salta, donde se reunió con las autoridades del Ministerio de la Gobierno. "Nos dijeron que la Provincia ya giró al municipio el dinero para la liquidación de los haberes adeudados", declaró Zapata. Frente a esa situación solicitaron que el Ejecutivo envíe un adelanto de la coparticipación. "Nos contestaron, que lo van a estudiar y por lo pronto debemos esperar", manifestó el titular del cuerpo legislativo.
Mientras la huelga se acrecienta, nadie sabe dónde está el jefe comunal, como tampoco sus funcionarios de primera línea. Trascendió que Villalba se encontraría en la capital, realizando gestiones para ver de qué manera puede reunir todo el dinero que necesita para hacer frente al pagos de los haberes. Los más ofuscados son los contratados, que ayer se fueron con las manos vacías.
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