Explicó que realizó su tarea en la Villa 21 y que no regresará allí. Afirmó que su misión en Bs. As. es más necesaria que en la ciudad santiagueña.
Según manifestó: “Desde hace bastante tiempo, junto con un grupo de sacerdotes estamos trabajando para sacar a los niños y jóvenes de las drogas y yo creo que ese es el camino para pulir”. Además, sostuvo que el padre Joaquín Giangreco “vino en febrero de este año para que comparta conmigo esta experiencia y él va a ser quien continúe esta misión”. Aseguró que “ésta no fue una decisión imprevista, sino que fue consensuada y evaluada. Yo creo que hace falta muchísimo trabajo en las diferentes villas de Buenos Aires, por eso quiero regresar”.
Sobre su experiencia en la ciudad del departamento Alberdi, Di Paola la calificó de “extraordinaria” y agregó: “Fue un regalo de Dios haber estado en esta comunidad y para mí son muy valiosas las vivencias que me llevo”. La comunidad tendrá al padre “Pepe” hasta la Navidad venidera. No obstante aclaró: “Siempre voy a estar ligado a Campo Gallo porque lo que viví aquí fue único y pienso regresar en forma permanente para ayudar en lo que haga falta”.
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