Los representantes de la mayoría en el radicalismo sellaron un pacto y marcaron el norte del partido en Córdoba: Ser oposición al gobierno peronista cordobés de Martín Llaryora y al de Javier Milei en Nación, apoyando la gobernabilidad de este último.
Por Carolina Biedermann.
El acuerdo entre los frentes “Generación X” y “Más Radicalismo” en la interna de la UCR se terminó de cerrar con la presentación de un documento firmado entre las partes, que resume las ideas base sobre las que caminará esta nueva gestión, de cara a los tiempos que vienen.
En el documento prevalece la idea común de fijar posición sobre la gestión provincial y consolidar al radicalismo como opositor al gobierno de Martín Llaryora. En segundo lugar, y más edulcorado para lo que pretendía el frente “Más Radicalismo”, determinaron desmarcarse de La Libertad Avanza otorgándole gobernabilidad a la gestión del presidente Javier Milei. El objetivo final, según establecieron, será encabezar las listas de las próximas elecciones con un nombre puro del radicalismo. Tanto en las Legislativas 2025 como por la gobernación en 2027.
“No al cordobesismo de Llaryora y no a La Libertad Avanza”, resume parte de la dirigencia radical como un mantra, frente a un panorama premonitorio de lo que serán las elecciones legislativas del 2025, que los empuja a pensar en posibles alianzas para no perder espacios de poder.
La interna, que terminó cerrándose en una mesa chica, dejó una larga lista de heridos y descontentos entre los integrantes de Generación X. Dirigentes de este espacio destacan a Mestre como ganador de la pulseada, quien representando a tan solo tres núcleos, frente a los siete que componían la lista que encabezó Marcos Ferrer, terminó quedándose con la Capital y con el Congreso partidario. Mientras que, los espacios de Generación X tuvieron que dividirse entre más integrantes, y esa lista de volumen y poder que se mostró al inicio de la campaña, tuvo que acomodarse haciendo ajustes puertas adentro.
Como contó Alfil ayer, la nueva conducción de la UCR queda en manos de Ferrer, quien tendrá el desafío de volver a juntar a las partes y reconstruir el tejido partidario luego de este proceso interno. Ferrer, sin dudas, fue el ala conciliadora que trabajó fuertemente en este período para unir a los extremos de Mestre y De Loredo, dos dirigentes con miradas distintas, dentro de un mismo espacio.
El intendente de Río Tercero apunta ahora a reflotar la discusión política en el partido, retomar los canales de diálogo, volver a la territorialidad que destacó a los boinas blancas y a la construcción de liderazgos que harán posible que la UCR pueda encabezar listas, como proponen en el documento firmado. En tanto, el interior es un terreno clave que seguirán potenciando para que los representantes vuelvan a construir el sentido de pertenencia que hizo grande a la UCR en Córdoba.
Caso cerrado
La discusión partidaria se cerró en un proceso político, no jurídico, pero la justicia sin dudas ayudó. Los frentes estaban citados hoy a una audiencia y esto aceleró los tiempos para acordar.
La justicia rechazó la presentación en Tribunales de lista de “Córdoba con Todos” por haberse presentado fuera de horario, un error en el que quedará la duda si fue adrede o por falta de conocimiento de los reglamentos jurídicos electorales.
Por otra parte, el mestrismo había presentado una cautelar sobre la que el juez no llegó a expresarse ya que, ante el acuerdo entablado entre las dos partes que seguían en juego, se bajaron las listas y avanzaron en el arreglo que contiene a diez de las once partes interesadas.
En la estructura partidaria, se abre paso nuevamente a la Junta Electoral propia, quien deberá notificar a la justicia sobre el acuerdo alcanzado. El cambio de autoridades, en la agenda radical, estaba establecido para el próximo 30 de septiembre, si iba a las urnas el 8 del mismo mes, pero hay posibilidades de que se corone a Ferrer antes de este plazo y así se le dé fin a la gestión de Marcos Carasso.
Comentá la nota