El referente local de Proyecto Sur dialogó con REALPOLITIK sobre el proyecto de despenalización del consumo de estupefacientes presentado por la legisladora nacional Victoria Donda. En este sentido, Pablo Crisóstomo aseguró que el objetivo no es hacer apología a las drogas y fundamentó su posición.
Hay un pilar de la campaña que es la presentación de una modificación a la ley de Estupefacientes que está presentando la compañera Victoria Donda. Lo que se trata de lograr es que se despenalice la tenencia libre de estupefacientes, lo cual permitiría terminar de criminalizar el consumo de todas las drogas.
La particularidad que tiene la marihuana es que, a diferencia de otro tipo de drogas, permite el autocultivo. Esto no implicaría la necesidad de acudir al narcotráfico. Entonces, si despenalizás el autocultivo se terminarían las fuerzas del narcotráfico.
RP.- ¿Cómo es la recepción por parte de la sociedad de esta iniciativa?
Fundamentalmente estamos dialogando con espacios juveniles, los hemos invitado a participar de la campaña y la recepción es bastante.
Se ha logrado un nivel de repercusión mediática, el tema se ha instalado con la participación de otros sectores como la gente que está en la revista THC. Nos han acompañado en la campaña y formaron parte activa en la elaboración del proyecto.
También hubo movilizaciones importantes, una fue el mes pasado en la Capital con más de 25 mil personas y otras más chiquitas en todo el país.
Es decir, el tema está instalándose. En términos de posibilidades de incluirlo en la agenda de estos días, no acapara mucho la atención de todos los actores de la política porque están pendientes de otra cosa.
Igualmente, a nosotros nos parece que hay que hacer todo el esfuerzo por discutirlo porque los pibes se siguen muriendo. La penalización del consumo lleva a detener a estos chicos solamente por tenencia de marihuana para consumo personal y dentro de los lugares de detención más de uno ha sufrido torturas o consecuencias que los han llevado a la muerte.
Nos parece importante entonces instalar este tema en la agenda política. Un sector importante de la juventud ha sido muy receptivo.
RP.- Uno de los argumentos de quienes están en contra es que esta iniciativa fomenta el consumo de drogas, ¿por qué plantean que esto no es así?
No es fomentar el consumo de drogas porque lo que planteamos es que no hay que tratar como delincuente a quien consume una droga, que no es lo mismo.
Nosotros no estamos haciendo apología del consumo de ningún tipo de drogas. Hay sectores que lo hacen, están en todo su derecho, pero no es nuestra posición. Creemos que si hay alguna persona con problemas de adicción debe ser tratada en otros ámbitos y no en la Justicia penal. Ese es nuestro propósito.
El usuario de drogas tiene que ser tratado a través del Código Civil u otros mecanismos de intervención del Estado pero no por la Justicia penal, ya que no resuelve el problema y, en muchos casos, lo termina agravando.
RP.- Por otro lado, te manifestaste preocupado por el transporte en la ciudad, ¿a qué se debe esta preocupación?
Nosotros pedimos una intervención cuando se empezó a debatir el tema de la renovación de las empresas de colectivos.
Hace algunos años tenemos la propuesta de la implementación de un boleto social. Se trata de implementar mecanismos de abaratamiento del pasaje que permita que aquellos sectores que solamente tienen al transporte público, puedan acceder con mayor facilidad porque cada vez se está encareciendo más.
Hay que recordar que cuando asumió la gestión de Bruera teníamos dos tarifas, una de 1,20 y otra de 0,90. Hoy tenemos tres tarifas, una de 1,50, otra de 1,90 y otra de 2,40. Es decir, exactamente el doble. Esto implica un impacto en el bolsillo de los usuarios cada vez más alto.
Ante esta situación, planteamos la necesidad de abaratar el costo para los sectores sociales más vulnerados. Esta discusión la planteamos hace más de dos años y todavía está vigente. Este año volvimos a plantearlo pero tampoco se nos escuchó.
Cuando ahora salió la cuestión del combustible, nosotros empezamos a alertar que la solución final del problema no derive en un nuevo aumento, que es donde generalmente se resuelven las pujas entre los sectores empresarios y los conductores del Estado.
Nosotros alertamos que esto puede suceder, no en el corto plazo, por las coyunturas que hay en juego, pero sí en el mediano plazo
Comentá la nota