El gobernador recibió a Kirchner y a los alcaldes del conurbano. Uno muestra los números proyectados, los otros piden partidas y fondos para el año electoral.
Por José Maldonado
A menos de dos semanas de aquel primer encuentro que tuvo reproches, planteos y algunos pases de facturas, los intendentes peronistas del conurbano volvieron este lunes a la residencia del gobernador Axel Kicillof, que los recibió junto al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, donde volvieron a exponer sus reclamos de fondos y partidas para atender las necesidades en sus distritos pensando en el escenario electoral de 2023.
Esta vez, coinciden los asistentes, no hubo escenas tensas, como en aquel encuentro del 19 de octubre pasado, donde algunos de los alcaldes llegaron a exponer reproches en tono elevado, blanqueando los cortocircuitos que siempre existieron entre un grupo de ellos y el mandatario. Sí hubo un largo repaso por los recursos que la Provincia destinará a cada uno de los municipios, plasmados en el proyecto de Presupuesto que este lunes fue girado a la Legislatura. El de los fondos para las comunas es un tema de alta sensibilidad, eje de tironeos entre los alcaldes y Kicillof.
El encuentro también tuvo un largo capítulo político. En la previa del congreso que el PJ presidido por Kirchner hará en Mar del Plata el próximo sábado, el debate sobre las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) volvió a ganar protagonismo, sin que se llegue a una postura unificada. Sí hubo coincidencia sobre la necesidad de ordenar el Frente de Todos (FdT) e intentar acercar posiciones entre quienes proponen eliminarlas y quienes las defienden como una herramienta indispensable para definir postulaciones. “Si no son con las PASO, (las listas) se van a armar a dedo”, reclaman algunos.
Del encuentro participaron los mismos protagonistas que estuvieron en la cumbre anterior. Además de Kicillof y Kirchner, asistieron la ministra Cristina Álvarez Rodríguez (Gobierno), los ministros Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) y Leonardo Nardini (Infraestructura) y el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde. Del gabinete nacional estuvieron el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el titular de Hábitat, Jorge Ferraresi -en retirada, dejando su lugar a Santiago Maggiotti-; el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk; el diputado bonaerense Mariano Cascallares; el titular del Grupo Bapro, Gustavo Menéndez, y los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza); Federico Achával (Pilar) y Alberto Descalzo (Ituzaingó). A esa lista se sumó un massista: el jefe comunal de San Fernando, Luis Andreotti.
La novedad principal de la reunión fue el proyecto de Presupuesto 2023 que Kicillof giró a la Legislatura. Fiel a su estilo, el gobernador dedicó mucho tiempo a explicar los lineamientos de la iniciativa y cómo impactará cada ítem en los distritos, la principal preocupación de los intendentes.
“Apuntamos a trabajar con las necesidades de cada uno de los distritos con la mira en el año que viene. Repasamos los ítems del presupuesto y cómo se organizan en cada uno de los municipios”, dijeron voceros de Kicillof al terminar la reunión.
Después de la reunión pasada, en la que hubo reproches sobre cómo la gestión bonaerense llegaba a cada una de las intendencias, Kicillof busca un canal de contención con los jefes comunales para asegurarse no solo respaldo político al proyecto de Presupuesto que se debatirá en la Legislatura sino también para su proyecto reeleccionista.
De parte de los intendentes hubo planteos concretos por partidas y fondos para obras, para educación, para salud y especialmente para seguridad, uno de los temas que, junto con la inflación, son los que más les preocupan a los vecinos de los distritos donde tienen que salir a buscar el voto.
Además, hablaron de la inquietud por tener un fin de año “sin sobresaltos”. No preocupa tanto la situación social de los sectores más relegados, donde hay mecanismos de contención en marcha, sino el clima de fastidio y malhumor por temas sensibles como el consumo cada vez más golpeado por la inflación de los sectores medios y el aumento del delito.
En la reunión pasada, algunos de los jefes comunales habían planteado reclamos a viva voz para tener un mejor diálogo con la Provincia, sobre todo en la definición de las estrategias políticas, que pronto serán electorales. Pero desde el gobierno bonaerense se corren de esas críticas. “Cada cosa que hacemos en los distritos es consensuada con los intendentes. No salimos a asfaltar las calles que se nos ocurre a nosotros ni a sanear los arroyos que nos parecen. Es en coordinación con los municipios”, aclaran.
Por las dudas, y para atajar una situación que puede tornarse potencialmente conflictiva, Kicillof decidió establecer un mecanismo permanente de encuentros con los jefes comunales del conurbano. “El objetivo es tener una mesa de trabajo permanente para mantener la coalición lo más armoniosa posible”, dijeron en el entorno del gobernador. El lunes próximo volverán a verse las caras en La Plata.
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