Encontraron droga en el auto del director del Régimen Correccional cuando conducía su hijo. El funcionario fue apartado del cargo, al igual que su esposa, jefa de la cárcel de mujeres.
Primero fueron los narcopolicías del 911 de Orán, ahora los narcopenitenciarios. El hijo del director del Régimen Correccional del Servicio Penitenciario, prefecto mayor Wilfredo Orellana, fue hallado con 225 gramos de marihuana en su poder. La droga, que estaba separada en tres ladrillos, fue secuestrada del auto particular del funcionario el 2 de mayo pasado por personal policial.
Pese al decomiso, el hijo de Orellana estuvo detenido solo una noche en la Alcaidía Judicial, ya que, según el ministro de Seguridad Alejandro Cornejo D''Andrea, "la Justicia debe haber considerado que la droga era para consumo personal".
La información llegó a El Tribuno vía WhatsApp (el número para contactarse con el diario es 3874-749-361) y fue confirmada ayer a la tarde por el ministro.
"Efectivamente se trata del hijo de Wilfredo Orellana (Gonzalo Wilfredo Orellana, de 20 años) y la marihuana estaba debajo del asiento del auto", señaló el funcionario provincial a este diario.
El procedimiento policial se realizó en la ruta nacional 51. Al observar a los efectivos, el joven intentó escaparse de un control de rutina que se realiza sobre esta vía.
Según el ministro de Seguridad, el jefe del Servicio Penitenciario y su esposa, Cristina Reyes, directora de la Unidad N§4 de Mujeres, fueron "apartados" de sus cargos.
El hijo de Wilfredo Orellana se encontraba con dos chicas menores de edad en el vehículo Volskwagen Bora.
Cornejo D''Andrea señaló que al momento de la detención se le realizó una audiencia al hijo del funcionario del Servicio Penitenciario.
La información había llegado días atrás a El Tribuno, a través de un usuario de WhatsApp que no quiso identificarse.
Sin embargo, solo después de varios días y consultas, autoridades del Gobierno provincial confirmaron el hecho.
"Mantengo mi reserva de identidad por temor a represalias, pero soy miembro del personal policial y testigo del procedimiento al hijo de Orellana", señaló la fuente en el mensaje dejado en el número 3874-749-361.
El lector sostuvo que el tema no había trascendido porque "el Servicio Penitenciario dio la orden de arriba de que no se filtre nada, bajo amenazas de despedir y trasladar al personal que realizó el procedimiento".
Algunas dudas
En diálogo con El Tribuno, el director del Servicio Penitenciario de Salta, César Rodríguez, sostuvo ayer que se trató de "un caso aislado" y que "a cualquier padre le puede ocurrir lo que le pasó a Orellana".
No obstante, algunos aspectos del caso generaron dudas. Uno de ellos fue la presencia de las dos chicas que acompañaban al hijo de Orellana.
Ayer, una fuente extraoficial sugirió que se trataría de dos jóvenes que suelen concurrir a la unidad carcelaria de Villa Las Rosas como visitas de los internos. El dato no pudo ser confirmado; además, sus identidades no se conocieron.
También llamó la atención el escaso tiempo que el joven hijo del funcionario estuvo en la Alcaidía luego de que se lo hallara con 225 gramos de marihuana, una cantidad considerada ya para comercialización y no para consumo personal.
Se estima que un cigarrillo de marihuana (más conocido como porro) pesa aproximadamente 1 gramo.
Dos hechos muy cercanos
El hallazgo de droga en el auto del jefe del Régimen Correccional del Servicio Penitenciario ocurrió el 2 de mayo, aunque recién ayer fue confirmado oficialmente. Este caso, llamativamente, ocurrió cuatro días después de que un cabo del Servicio 911 de Orán fuera detenido con 74 ladrillos de cocaína de máxima pureza en el barrio Autódromo de la ciudad de Salta. En efecto, el 28 de abril, el cabo Ángel Urzagasti fue detenido tras ingresar a la ciudad en un móvil oficial de la Policía, en el que se encontró la droga acomodada en el asiento de atrás. En ese momento el ministro de Seguridad, Alejandro Cornejo D'Andrea, admitió que la fuerza policial está "infiltrada" por el narcotráfico.Tanto ese hecho como el del Servicio Penitenciario ponen en el debate público el avance de las organizaciones criminales en las fuerzas de seguridad.
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