La temporada de verano empieza a despedirse y ya afloran los primeros balances sobre el poder de convocatoria de turistas que tuvo Junín. Y lejos de haber unanimidad de criterios, aparecen diferentes lecturas, muy disímiles entre sí, que resumen lo que provocó el período estival como un éxito o lo analizan cubriéndolo con un manto de preocupación.  

Desde el Municipio sostienen que el saldo veraniego es “exitoso” y se afirman en que hubo un aumento, de entre el veinticinco y treinta por ciento, en la cantidad de vehículos que entraron a la Laguna de Gómez (ver recuadro).

Menos positiva es la visión de algunos comerciantes y empresarios, quienes más allá de no desmentir ese dato estadístico, observan que el grueso de los visitantes a ese centro de esparcimiento son juninenses o gente de localidades vecinas que van y vienen en el día y que no mueven la aguja en materia económica para quienes dependen del turismo.

Sin ir más lejos, la propia presidente de la Cámara Hotelera y Gastrónomica de Junín, María Cristina Bozzone, le dijo días pasados a Democracia que el verano no venía demasiado bueno para los exponentes del sector.

“Venimos levemente más abajo que lo que estábamos a esta altura de la temporada anterior. ¿A qué se debe? A que la gente no viene”, se sinceró con una sonrisa de resignación.  

“Mucha gente de paso ya no tenemos porque hay autopistas que permiten realizar los trayectos entre grandes ciudades en menos tiempo. Por otro lado calculamos que se turnan para manejar y no cortan el viaje para pasar la noche en un sitio intermedio entre el punto de partida y el destino final”, comentó.

Para la dirigente, la causa del problema es que a Junín “le falta promoción”.  

Un eje central

Desde el sector político también salieron a cuestionar la gestión  del gobierno local en lo que refiere a la planificación turística. 

El turismo es un eje central a la hora de pensar en qué ciudad queremos construir. La ciudad de turismo que tanto se publicita se ha edificado en virtud de pequeñas inversiones, y si bien es cierto que en la Laguna de Gómez se han mejorado mucho los paradores, falta mucho por hacer. La atención no es del todo buena, hay visitantes que se quejan por el horario de apertura de los negocios, dicen que no están abiertos la cantidad de horas que ellos pretenden”, dijo el concejal Santiago Aguiar, de Junín para la Victoria 

A eso le agregó que existe “un gran problema de señalización de los puntos más importantes de la ciudad, como son el centro, el Hospital, entre otros”. 

“Uno va a otros lugares y se encuentra con un despliegue importante de señalética y de información que permiten llegar al destino puntual más fácilmente y eso acá no existe, quizás porque el intendente piense que el turista de la Laguna de Gómez no se merece esos servicios. Por otra parte,  la ciudad del pejerrey no ha sabido venderse de la mejor manera.  Desde el estado municipal se debe hacer una inversión mucho más grande para contar con una fiesta popular que convoque a gente de otras ciudades y de otras provincias. Con ese afán comenzaron los carnavales de Lincoln y hoy son aclamados por gente de todo el país”, completó.  

“Retroceso”

Otra de las que aportó una opinión crítica del asunto fue Laura Ricchini, concejal del PRO: “Más allá de que en los fines de semana ha aumentado bastante el turismo, vemos que el resto de los días no hay tanto movimiento, incluso los comerciantes y la gente que vive en el lugar ven que hay un retroceso con respecto a otros años. Esa fue la constante durante estos dos meses y medio, con muy pocas ventas realizadas entre lunes y viernes”, expresó. 

Ricchini consideró que “aunque se están tratando de llevar a cabo ideas”, no se ve un plan integral que transforme al turismo en generador de ingresos genuinos. “Por ejemplo, si una familia va  a la Laguna y quiere quedarse tres o cuatro días le falta una oferta de entretenimientos, para saber qué hacer, adónde ir. Creo que falta más conexión entre los sectores público y privado, primero para captar al público foráneo y lograr que venga a Junín, que no lo tomen más como una ciudad de paso, y que cuando el turista venga decidido que tenga una oferta variada de actividades que le permitan planificar una estadía aquí sin aburrirse”, opinó Ricchini.