Por Osvaldo Bayer
No, no se solucionó nada luego de nuestra contratapa de hace dos semanas sobre Grecia y Quilmes. Vayamos primero al país europeo. Todo se decidirá mañana cuando el pueblo griego vote por el Sí o por el No con respecto a la solución que propone la troika a la deuda que tiene Grecia con Europa. El joven primer ministro griego Alexis Tsipras apeló al método del voto popular para resolver el problema casi sin solución. Una vez más, Europa queda al desnudo porque no tendría que haber reaccionado como lo hizo contra un gobierno griego recién elegido, que no tuvo nada que ver con la enorme deuda acumulada por los anteriores gobiernos griegos reaccionarios.
Haber recurrido a un plebiscito demuestra el verdadero valor democrático que le da Tsipras a su gobierno. Porque el resultado del plebiscito puede llevar a la caída de su propio gobierno recién instalado. Y todo demuestra que Europa se ha comportado en contra de los principios que debe sostener. Su principal papel debe ser ayudar a los países necesitados en su conformación y no el castigarlos en la forma como lo ha hecho Europa con Grecia. Grecia es un país. ¡Y qué historia de país! Pues bien, ayudarlo a pagar las deudas contraídas por los gobiernos anteriores y no poner el nuevo gobierno ante el pelotón de fusilamiento. Encima, con la sospecha de que lo hace porque ese gobierno es de izquierda. Europa rechazó la propuesta griega de establecer un impuesto especial para empresas que ganen más de 500.000 euros por año. A cambio, Europa propuso que Grecia, para pagar sus deudas, alce del 4 al 5 por ciento el descuento a los jubilados para la salud, lo que significa una baja en el pago de las jubilaciones. Increíble leer esto en tiempos modernos.
Tampoco fueron tenidas en cuenta palabras pronunciadas por el gobernante griego Tsipras; con nosotros volvió la democracia a Grecia, el lugar donde nació la democracia. “Con nosotros volvió el diálogo.” Los representantes de Europa no le respondieron. Por su parte, el diputado alemán Gysi, de la izquierda, acusó a la primera ministra alemana Merkel de “querer hacer caer al gobierno griego, por ser de izquierda”. El periodista alemán Daniel Baumann se pregunta “¿quién promete algo?, ¿quién exige algo?, ¿quién miente a quién? El caos con respecto al futuro de Grecia es perfecto. En la opinión pública se habla de griegos espantosos, de alemanes crueles y de otros culpables, el problema es si Grecia después de tantas negativas abandona la formación europea. Sería un golpe muy duro para la confederación continental”.
El diario alemán Frankfurter Rundschau titula “Vencidos por todos lados”. La crisis griega cuesta dinero e ilusiones. En el pueblo griego reina una gran inquietud. El primer ministro, por radio, dijo: “Las jubilaciones y los sueldos están asegurados. Pero en la caja de los bancos sólo se puede sacar hasta 60 euros por día”.
Es muy difícil encontrar en la historia un caso así. Que un gobierno recién entrado a gobernar deba soportar y resolver tal situación. Menos dentro de un conglomerado de países que dicen llamarse “la Unión Europea”. Un muy mal ejemplo. Después de estas experiencias, creemos que cada país se encargará primero de resolver sus propios problemas antes de pasar a los intereses continentales. Un flaco favor al futuro. Más, llevado a cabo por los países poderosos contra uno de los miembros más débiles de la comunidad europea.
En el caso de Grecia todavía es más abrupto. Porque se trata de poner contra las cuerdas a un gobierno que heredó las más grandes deudas y recibe exigencias.
Sí, hasta calificaríamos de obscena la actitud europea. Ojalá esta semana que comienza se encuentre la verdadera solución al problema.
Como también en este otro capítulo importante en la historia del ser humano: el empleo de la tortura. En Estados Unidos se ha tratado este tema en Amnesty Internacional. En su informe del 26 de junio se mencionan nada menos que 141 países del mundo donde se utiliza la tortura en todo tipo de investigaciones. Señala textualmente el informe: “A pesar de la prohibición mundial, hay gobiernos que torturan o entregan a detenidos a países donde se tortura. Entre ellos Estados Unidos”. La comisión investigadora trabajó nada menos que cinco años en el estudio y revisó seis millones de documentos. El informe señala: “Estados Unidos, en su lucha contra el terrorismo, ha perdido toda medida. En esa lucha, Estados Unidos empleó métodos terroristas”. Y agregó: “El estado de derecho sólo puede defenderse con los medios del derecho y no con los métodos del terrorismo”.
El presidente de Alemania, Joachim Gauck, en su última visita a Africa del Este, señaló que “quien causa herida a los derechos humanos debe ser llamado a la responsabilidad, tanto en Europa como en Africa”. El periodista Wolfgang Nescovic le salió al paso para decirle: “Tiene derecho de decirlo. Pero también tiene el deber de mencionar las torturas que se realizan en Estados Unidos. ¿No es increíble que el presidente alemán haga este llamado de atención en Africa del Este y no en Washington? Es una alcahuetería obscena que da indignación y que impulsa a que en las próximas elecciones se llame la atención a estos responsables por sus hipocresías.”
Hipocresía, ésa es la palabra. Pero volvamos a nuestro propio país, la Argentina. Hace dos semanas habíamos hablado de “los jardines de Quilmes”. Sí, los así llamados jardines de infantes de esa localidad, que son un verdadero orgullo en esa sociedad, porque los jardines de Quilmes atienden a niños de las villas miseria cercanas, además de a sus madres. Solidaridad. La palabra clave. Pues bien, en esa contratapa contamos que las autoridades habían cortado la ayuda del Estado en un ciento por ciento. Ante la gran protesta popular se les devolvió el ochenta por ciento de sus gastos. No puede ser que a una institución de bien público se le quite una parte del apoyo poniéndola en peligro de grandes dificultades. Pues bien, se pidió una entrevista a la directora de Diprecep, pero ésta señaló que el Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires lo había resuelto así. Un dolor muy grande ante esa respuesta. ¿No se piensa en los niños pobres? ¿No hay nobleza en nuestra sociedad?
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