En 1994 durante un recital en la Plaza Moreno de La Plata, Andrés Calamaro dijo: "Qué linda noche para fumarse un porrito". Como nunca faltan faltan fiscales y jueces que bajan de alguna galaxia lejana el músico fue procesado. La causa no prosperó y, lógicamente, fue sobreseído.
Ayer, en un recital en Córdoba, tiró al público la frase: "Qué linda noche para...", y la gente contestó: "Fumarse un porrito". El Salmón rió y quiso dejar una humorada: ‘Si vamos imputados, vamos imputados todos". Pero un fiscal lo imputó a él. Así de absurdo y así de cierto.
Esta vez Calamaro va a tener que recorrer los tribunales federales. El origen de esta estupidez fue una denuncia presentada por el legislador vecinalista Aurelio García Elorrio, que acusó al ex Abuelo de la Nada de haber incitado al consumo de marihuana.
El aporte a la pavada, desde el ámbito judicial, estuvo a cargo de la fiscal federal 3 de la ciudad de Córdoba, Graciela López de Filoñuk, que resolvió promover la acción penal contra el cantante.
En su presentación, el legislador García Elorrio mencionó horrorizado que el sábado 14 de febrero Calamaro, “según cuentan registros periodísticos, entre los temas ‘Tuyo siempre’ y ‘Loco’, habría gritado la frase ‘qué linda noche para…’ a lo que la audiencia debía responder de acuerdo a los antecedentes y costumbres del músico ‘fumarse un porrito’, lo que sucedió en forma masiva entre aplausos y algazara".
“El músico replicó: ‘Si vamos imputados, vamos imputados todos’, provocando nuevamente las risas del público juvenil que idolatra al músico”, añadió luego la fiscal, dando a conocer al gran público el hallazgo que puso a trabajar a la Justicia Federal en estos grandes asuntos que hay que resolver.
Quizá si la fiscal Graciela López de Filoñuk investigara el contenido del 80 por ciento de las canciones del rock argentino habría una redada masiva de artistas, todos cómplices del apologista ruliento.
Muchos vecinos de esta región recuerdan aquel 19 de noviembre de 1994, cuando en el 112º aniversario de la Ciudad, Calamaro gritó ante la multitud: “Es una linda noche para fumarse un porrito”, y que lo que tuvo que fumarse fue una causa por “apología del delito”, aunque después, en un juicio realizado recién en 2005, terminara siendo sobreseído.
Astuto, esta vez el héroe denunciante García Elorrio hizo la presentación ante la Justicia Federal, porque quiere que al músico se lo sentencie por violar la ley nacional de estupefacientes 23.737, que reprime con prisión de 2 a 6 años a quien resulte culpable del delito de “preconizar o difundir públicamente el uso de estupefacientes, o indujere a otro a consumirlos”.
Por último, a la la gris fiscal Graciela López de Filoñuk y al el valiente legislador vecinalista que logró esta indecorosa notoriedad en la prensa nacional, Aurelio García Elorrio, les sugerimos que se relajen y gocen mirando el video de la canción en la que El Salmón repite la frase satánica:
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