En Francia se suceden las revelaciones sobre las aguas minerales comercializadas por Nestlé. Un nuevo documento de ANSES confirma la contaminación de las fuentes de agua mineral natural del grupo suizo. El pasado mes de enero, nuestros colegas de Le Monde y France Info revelaron que Nestlé había utilizado efectivamente tratamientos de purificación prohibidos.

La constatación de la ANSES es muy clara: "No existe confianza suficiente para garantizar la calidad sanitaria de los productos acabados de Nestlé". Presentado al gobierno el pasado mes de octubre, el informe señala la presencia de contaminantes químicos en el agua analizada.

Los famosos PFAS, los llamados contaminantes "eternos", también están presentes y a veces pueden superar el umbral reglamentario. Pesticidas, bacterias fecales y microcontaminantes completan la lista.

¿Las marcas afectadas? Hépar, Vittel, Contrex, pero también Perrier. Para los expertos, todos estos incumplimientos no deberían conducir a la producción de agua embotellada.

Fue una investigación de nuestros colegas de Radio France y del diario Le Monde, publicada a finales de enero, la que reveló el asunto a los consumidores. Los periodistas señalaron que la multinacional suiza utilizaba tratamientos no conformes a la normativa para tratar su agua mineral.

Se supone que el agua mineral es agua naturalmente "pura", que no necesita ningún tratamiento. La normativa, derivada de una directiva europea, prohíbe cualquier desinfección del agua mineral, ya que debe tener una calidad microbiológica naturalmente elevada, a diferencia del agua del grifo, que se desinfecta antes de ser potable.

Tras la publicación del informe, el sindicato CGT de Nestlé convocó una reunión extraordinaria del Consejo Económico y Social del grupo suizo, con el fin de obtener explicaciones de la dirección lo antes posible.