Es la primera vez en 12 años que dos bloquistas lucharían entre sí en las urnas por una Intendencia.
Hay que escarbar hasta principios de la década pasada para encontrar una situación similar: dos bloquistas enfrentados en una elección general por un cargo de intendente. Ese es el escenario que perfila en el departamento Iglesia por ahora, en un fiel reflejo de la profunda división interna que hay en la fuerza que vio la luz de la mano de los hermanos Cantoni. Los orgánicos, es decir los que tienen el sello partidario y quieren mantener la alianza con el giojismo en el Frente para la Victoria (FpV), son dueños de la jefatura municipal y barajan tres nombres para pelear por la sucesión de Mauro Marinero. Los disidentes, que no quieren saber nada con el PJ y se enrolan en el frente opositor Compromiso Federal, resolvieron esta semana llevar un candidato para pelearles a sus correligionarios o quien surja del oficialismo y debaten entre dos figuras.
Iglesia no es un departamento más y menos para el Partido Bloquista (PB). Históricamente ha sido uno de sus bastiones, actualmente es el único distrito que gobierna y el resto de los partidos reconocen su fortaleza en ese territorio. A eso se suma el atractivo de conducir un municipio que cuenta con una importante inyección de recursos extra gracias a las regalías que deja la minería.
El intendente Marinero, uno de los que sostiene con uñas y dientes el acuerdo con el PJ, no puede repetir e impulsará un hombre cercano para que lo reemplace. La pulseada es entre su hermano Marcelo Marinero, el hoy diputado departamental Jorge Espejo y Gustavo Deguer, el secretario de Gobierno del municipio.
En la vereda de enfrente están los que se fueron del PB, cansados de la sociedad con el PJ. Son liderados por Enrique Conti, el candidato a vice de Roberto Basualdo en Compromiso Federal, quien ayer aseguró que “vamos a llevar a un bloquista en Iglesia”. Los que cuentan con chances son el exdiputado Ramón “Tino” Anes y Gustavo Varela, que está distanciado de Marinero a pesar de ser parientes.
Sería la primera vez en las últimas décadas que dos bloquistas encabezan lista y pelean cara a cara por un cargo electivo. La anterior fue en 2003, cuando Conti ganó la intendencia de la Capital para su partido teniendo enfrente, entre otros, a su correligionario Humberto Sierra, que en una arremetida solitaria se presentó por otra fuerza política.
Las divisiones internas empezaron a hacer mella en el bloquismo a partir de 2007, luego que la conducción que encarnaba Leopoldo Alfredo Bravo (fallecido) atara el acuerdo con el peronismo. Desde entonces, algunos pegaron el portazo y jugaron por afuera, pero nunca les tocó cruzarse con un correligionario.
En suelo iglesiano dicen, incluso, que podría haber hasta tres postulantes de raíz bloquista. Fuentes calificadas aseguraron que si Espejo no es el candidato oficial, podría aceptar algún ofrecimiento ajeno.
Para medir fuerzas en la general de octubre deberán atravesar las PASO de agosto, en donde se exige un mínimo de 1,5 por ciento de los votos. En el FpV, el bloquismo tendría que vencer a la lista que quiere armar el PJ. Y los disidentes podrían tener que medirse con el basualdismo, aunque hay conversaciones para armar una boleta única.
Por el momento, no hay otro lugar donde haya encaminada una lucha directa entre facciones bloquistas. O porque el oficialismo irá con un candidato justicialista con muchas chances de ganar las PASO o porque Compromiso Federal ubicará hombres de otro color político. Y si asoman postulantes del partido de la estrella, no sería en los mismos distritos.
A todo esto, el proceso electoral es también una puja indirecta por la conducción partidaria. Si le va bien en las urnas, el sector de Conti piensa pelear la Presidencia el año que viene.
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