El juez federal Sergio Torres ordenó que los recapturados hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, alojados en la Unidad I del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en Ezeiza, estén aislados y sin tener contacto con Mario Segovia, alias "el rey de la efedrina", y con un ciudadano ucraniano identificado como Yuri Kepich, condenado por homicidio ligado a un ajuste de cuentas del narcotráfico.

Además, según informaron fuentes oficiales, los hermanos Lanatta hicieron una presentación para poder verse en el penal de Ezeiza. Los voceros consultados dijeron a LA NACION que es un derecho que tienen los internos cuando hay familiares alojados en la cárcel. Ahora será el juez Torres quien tendrá la última palabra.

A su vez, calificadas fuentes judiciales informaron a LA NACION que el ucraniano Kepich también fue investigado por el juez Torres y su equipo en una causa donde se siguió los pasos de una organización narco liderada por ciudadanos ucranianos con base en la Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Brasil que traficaba cocaína a Europa.

El juez Torres, junto con los fiscales Jorge Di Lello y Diego Iglesias, este último a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad, investigan si durante la fuga, los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez tuvieron colaboración y apoyo de una organización narcocriminal.

Ayer también se conoció la noticia de que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, le ordenó a su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, que eleve a 2 millones de pesos la recompensa por datos que permitan arrestar a Ibar Esteban Pérez Corradi, acusado de ser el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez por el que fueron condenados los hermanos Lanatta y Schillaci.

Ritondo anticipó que en las próximas horas firmará el decreto para incrementar "al máximo de lo que permite la ley" la recompensa ofrecida por Pérez Corradi, que permanece prófugo desde 2010. "Estaba en 100 mil pesos", explicó el funcionario provincial en una entrevista con radio Mitre.

Sobre Pérez Corradi, la gobernadora había dicho: "Hace 41 meses que está prófugo. Lo vamos a buscar, igual que buscamos a estos tres, con la misma firmeza y enfrentando dificultades, que las hay".

Segovia y Kepich cumplen condena en la Unidad I del SPF, donde en las últimas horas fueron trasladados los recapturados hermanos Lanatta y Schillaci.

Es más, fuentes judiciales afirmaron a LA NACION que años atrás, gente de Inteligencia del SPF informó que Kepich, una vez por mes, organizaba comidas donde asistía Juan Jesús Martínez Espinoza, un ciudadano mexicano condenado por la justicia argentina que se lo encontró culpable de integrar una organización narco que producía droga sintética en una casaquinta de Ingeniero Maschwitz, en Escobar.

También estaba Marco Estrada González, un ciudadano peruano sindicado como líder de una banda narco que operaba en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, y Miguel Ángel Villalba, alias "Mameluco", condenado a 23 años de cárcel por narcotráfico.

Segovia y Martínez Espinoza fueron condenados en agosto de 2012 por el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 4 de San Martín a las penas de 14 años de prisión. Al primero lo encontraron culpable del delito de contrabando agravado de sustancias que pudieran afectar la salud pública en 91 hechos, y a Martín Espinoza por ser el organizador del delito de producción de estupefacientes,

Kepich también es un interno conocido por numerosos planteos que presentó en la Justicia que le permitió a los presos obtener beneficios en las condiciones de detención como el derecho a la comunicación con sus familiares y a recibir encomiendas.

Mientras el juez Torres ordenó que los Lanatta y Schillaci no tengan contacto con "el rey de la efedrina" y con Kepich, la defensa de Martín Lanatta presentó un escrito donde se queja de las condiciones de detención.

Según fuentes judiciales, el abogado Humberto Próspero sostuvo que su cliente "está aislado en una celda tipo «buzón» y que eso provoca un agravamiento de las condiciones de detención".