En un edificio en esa esquina de Santa Fe, militantes Montoneros fueron abatidos por fuerzas militares y policiales en enero de 1977. Los uniformados tiraron 129 proyectiles de FAL, 115 proyectiles de Itaka y 345 proyectiles 9 mm, según el informe.
Un coronel conocido como "verdugo" tiene orden de captura y dos suboficiales retirados del Ejército quedaron presos esta semana en una investigación judicial por crímenes de lesa humanidad en la caída de la segunda cúpula de Montoneros en Santa Fe, en enero de 1977. La llaman la masacre de Ituzaingó y Las Heras, por el departamento que ocupaban en un edificio en esa esquina, donde un operativo militar ejecutó a cuatro jefes de la organización: el líder de la Columna, Osvaldo Pascual Ziccardi ("Cholo"), el secretario logístico Carlos Mario Frigerio ("Guido"), el secretario político Jorge Piotti ("Pelado Mario") y a la compañera de éste, Ileana Esther Gómez ("Negra"), responsable del frente sindical. Sólo sobrevivieron los dos hijos de Gómez: el mayor, de un año y un bebé de 30 días. Un testigo que declaró en la causa dijo que uno de los montoneros salió a la calle y se entregó con las manos en alto, pero el "verdugo" le ordenó a un soldado a su mando que dispare y éste cumplió la orden.
La quinta víctima del ataque es una maestra que vivía en el departamento de al lado, Elina Jagou de Carlen, a quien un informe de inteligencia de la Policía santafesina incluyó entre los "cinco sediciosos abatidos". Después, el ex jefe del II Cuerpo, Leopoldo Fortunato Galtieri, dijo que la había matado "uno de los subversivos". La familia de la docente lo desmintió. "A ella la asesinó uno de los tiros que hicieron desde afuera los del Ejército o la Policía", dijo el esposo.
El nombre del coronel buscado se mantiene en reserva, pero los detenidos son el sargento Jorge Alberto Balla y el cabo Luis Alfredo Gómez, quienes se negaron a declarar ante el juez federal Reinaldo Rodríguez hasta no conocer las acusaciones en su contra. Las pruebas se las leyeron en la indagatoria.
El juez Rodríguez ordenó también la detención de otros ocho policías del Comando Radioeléctrico, entre ellos el ex comisario Rodolfo Antonio Reible, quien operaba en la Brigada de Explosivos que dependía del Comando y se lo señala como "subjefe" en los libros de guardia de 1977. Reible ya cumple prisión domiciliaria por otro hecho: el "homicidio" de tres militantes montoneros, en octubre de 1976, en una causa en la que estuvo prófugo más de seis meses. En el gobierno de Jorge Obeid, llegó a sonar como jefe de Policía de la provincia, pero los corrillos sobre su pasado frenaron el ascenso.
La investigación dio un vuelco con el testimonio de 30 soldados que hicieron el servicio militar en 1977, en el Comando de Artillería 121, el enclave del terrorismo de estado. El jefe era el coronel Juan Orlando Rolón, quien estaba al mando del Area 212 y del Comando de Operaciones Tácticas (COT), que conducía los grupos de tareas.
Los testigos revelaron que allí operaba una fuerza especial: la Sección de Empleo Inmediato (SEI), que participó en el ataque de Ituzaingó y Las Heras, el 19 de enero de 1977. Estaba al mando de un oficial y dos suboficiales y la integraban doce soldados con fusiles FAL y cien proyectiles cada uno. El más robusto portaba "el FAP, un fusil automático pesado, que tenía más potencia de fuego", dijo uno de los testigos. "Los oficiales llevaban granadas y las ametralladoras se montaban en la parte de atrás de camionetas F100".
El fiscal que investiga la causa, Walter Rodríguez, logró probar que los tres militares imputados, entre ellos Balla y Gómez, operaban en la Sección de Empleo Inmediato (SEI), bajo las órdenes de otro coronel, Mario Víctor Fontana, ya fallecido. Había más oficiales y suboficiales que aún no fueron identificados.
Diez testigos mencionaron al coronel buscado por la Policía que en esa época era teniente. Uno dijo que era "un verdugo bárbaro" y otro recordó que "un soldado le comentó que por orden del oficial le disparó a un muchacho indefenso en el procedimiento de Ituzaingó y las Heras, que salió con los brazos en alto y que éste le gritó que le dispare". El soldado cumplió la orden.
El juez Rodríguez ya indagó a tres de los ocho policías imputados: José Rufino Martellini, Mario Daniel Aquino y Rolando Martínez. Y el martes, indagará a otros tres: Reible, Abel Romero y Carlos Albornoz, éstos dos ya presos en Las Flores por el "homicidio" de tres militantes montoneros, en octubre de 1976. Todos participaron en el operativo del 19 de enero de 1977 a bordo de ocho móviles que regresaron al Comando Radioeléctrico a las 18.35.
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