Volvieron a aparecer roces entre el PRO y la UCR. Los libertarios de Milei también se enfrentan a una interna inesperada. Mientras tanto, en el Frente de Todos buscan apaciguar las tensiones
Por
Facundo Chaves
Mientras el Gobierno y el Frente de Todos parecen empecinados en disimular las diferencias que casi los llevan a la ruptura, dirigentes de la oposición volvieron a mostrar fisuras internas, peleas y gestos de desconfianza que podrían complicar la unidad de cara a las elecciones del año que viene.
“Hay que sostener la unidad. La amistad política es necesaria para mantener unificado a Juntos por el Cambio, pero algunos están ansiosos, otros apuestan al cuanto peor mejor y otros creen que la elección ya está ganada. Son tres errores peligrosos, sobre todo porque el peronismo sabe cómo hacer las paces para no perder el poder”. La reflexión la hace ante Infobae un dirigente encumbrado de la oposición que prefiere el ahora denostado off the record.
Si bien la pelea que genera más atracción es la que sostienen el PRO y la UCR -entre los partidos y también entre dirigentes del mismo espacio-, irrumpió en las últimas horas una interna entre los libertarios de Javier Milei, de incierto pronóstico. Y se agrega una discordia sorda e incipiente en el seno de los “no alineados” del Interbloque Federal que no estaba en el radar.
Los líderes de Juntos por el Cambio saben que no pueden romper la coalición, y que cualquier acción que precipite una ruptura implicaría un suicidio político, pero vienen jugando al fleje y coqueteando con la diferenciación. En el PRO, el tándem Mauricio Macri-Patricia Bullrich rivaliza con Horacio Rodríguez Larreta: los primeros quieren reforzar la identidad frente a la apuesta del jefe de gobierno porteño por ampliar y sumar masa crítica para encarar reformas de fondo. Es la disyuntiva entre el “qué hacer” ante el “cómo o con quiénes”. En resumen, la incertidumbre sobre qué hacer con la grieta.
“En el PRO la sangre nunca llega al río”, asegura uno de los dirigentes identificados con el eje Macri-Bullrich. La presidenta del PRO se verá en las próximas horas en Mendoza con el senador Alfredo Cornejo.
En el radicalismo se percibe que los límites están más ligados a las personas. El veto a Milei, el recelo con Macri y las negociaciones políticas con Rodríguez Larreta por un lugar destacado en el futuro gabinete o, incluso, la fórmula.
Escenario de la grieta
La última encuesta de Management & Fit brinda una pista de cuál es el escenario sobre el que actúan los políticos. De acuerdo con las conclusiones del monitoreo de opinión pública, los sentimientos predominantes de los argentinos sobre la clase política argentina son negativos: predominan la indignación (28,9%), el cansancio/hartazgo (25,5%) y la frustración (16,1%).
El 68,9% de los consultados considera que los dirigentes políticos contribuyen a ampliar la grieta, a la vez que un 69,6% menciona que le preocupa mucho o algo este tema. Son opiniones que no cambian según la ideología política o si votaron al Frente de Todos o a Juntos por el Cambio.
La claridad de esa mirada crítica con la grieta se pone espesa al consultar por la actitud que debería tener el próximo presidente de los argentinos. Según ese estudio, un 46,1% considera que debería ser un líder fuerte que imponga su plan de gobierno; mientras que un 45,3% considera que debería ser un líder moderado. Menos de un punto porcentual de diferencia: un empate. “Hemos llegado a un punto en el que ya no podemos soportar ni nuestros vicios, ni los remedios”, supo resumir el historiador romano Tito Livio en los primeros años de la era cristina.
Algo más que “chiques” o “todxs”
Como ocurrió la semana pasada con el titular de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con Mauricio Macri, esta vez el cortocircuito lo tuvieron otro presidenciable de la UCR, Facundo Manes, con otro presidenciable del PRO, Rodríguez Larreta. La excusa fue la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas, pero fue la cristalización de una tensión profunda entre dos rivales potenciales.
“Es fulbito para la tribuna”, dijo el diputado nacional sobre la prohibición del uso de lenguaje inclusivo en el aprendizaje y agregó: “Es un debate que no va a lo importante, que es la tragedia educativa que vive el país. No creo que prohibir sea la mejor manera de educar y dar el ejemplo. Así, se pone en agenda un tema que no es la causa de los malos resultados de los aprendizajes”.
Pero Manes no se quedó sólo en una diferenciación política o ideológica, sino que desplegó un fuerte cuestionamiento hacia la gestión porteña. “En la Ciudad de Buenos Aires se viene bajando el presupuesto educativo desde los últimos 14 años de gestión del PRO. El presupuesto cayó 14% en términos reales. Se redujo del 23,8% al 18,5% en el mismo periodo. CABA tiene uno de los mayores presupuestos de América Latina y su promedio en calidad educativa es menor al de Chile. El presupuesto cae un punto por año”, dijo.
Se trató de un diagnóstico impiadoso que el médico Manes hizo sobre el activo político central que tiene para mostrar Rodríguez Larreta.
La réplica vino de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, quien le advirtió a Manes que está “mal informado”. “No solo no cayó el presupuesto en los últimos 14 años, sino que en términos reales subió 12 puntos. Hoy el presupuesto de Educación dentro de la torta es el pedazo más grande: ocupa el 19,5%, son un poco más de 188 mil millones de pesos”.
Desde la Coalición Cívica
La otra protagonista de la oposición, Elisa Carrió, continuará con su prédica en favor de la unidad de Juntos por el Cambio en su gira por el interior del país, que realiza desde la semana -en automóvil, como siempre- con el objetivo de sostener y ampliar la Coalición Cívica. Partió desde Jujuy -donde tuvo la foto con Gerardo Morales- hacia Tucumán, donde se verá hoy con la mesa provincial de Juntos por el Cambio.
Allí se espera que vuelva a apuntar contra el parteaguas opositor, Javier Milei. Es que en esa provincia tendrá lugar un acto proselitista el próximo 23 de junio el libertario con Ricardo Bussi, diputado provincial e hijo de un ex gobernador condenado por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. La fundadora de Cambiemos ya lanzó la acusación de “genocida” contra el diputado, aunque fue en base a su posición sobre la venta de órganos.
El rechazo a Milei no es el único argumento que esgrime la Coalición Cívica para sostener la unidad del frente opositor. Como planteó su presidente, el diputado Maximiliano Ferraro, es prioritario “fortalecer el núcleo central” de la oposición, que son el PRO, la UCR, la CC y el Peronismo Republicano de Pichetto.
Elisa Carrió estuvo ayer en Purmamarca, en el marco de la gira por el interior del país que terminará en Sunchales, Santa Fe.
“Debemos bajar las tensiones, porque la gente nos pide unidad. Tenemos un gobierno que está a la deriva y empecinado con recetas que ya fracasaron y que no da respuesta a temas urgentes como la inflación, educación, empleo, situación cambiaria y monetaria”, aseguró el presidente de la Coalición Cívica.
Además, planteó una hoja de ruta: “Ocuparnos seriamente de elaborar un programa consistente para el 2023. Fortalecer el trabajo transversal que vienen haciendo las fundaciones y no lotear por partido. Este programa debe encarnarse con una narrativa que inspire y contenga el contrato moral”.
El frente libertario
El diputado por La Libertad Avanza se mostró ayer con Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente brasileño de más alto perfil; y con el ex candidato presidencial de Chile José Antonio Kast. Los tres compartieron un encuentro de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en San Pablo, Brasil. La CPAC fue organizada en 1973 por la Unión Conservadora Estadounidense y Jóvenes Estadounidenses por la Libertad y es uno de los eventos conservadores más grandes en EE.UU.
Se trató de un encuentro donde Milei buscó soporte internacional a su proyecto presidencial, en un país donde en octubre próximo Jair Bolsonaro tendrá que competir por su reelección con Lula Da Silva, ex mandatario de fuerte impronta progresista y de estrechos vínculos con Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
Pero esa victoria fue salpicada por la interna que, en Buenos Aires, se agravó en torno a la Libertad Avanza. “Tengo demasiados temas de los que ocuparme mientras viajo por el mundo para hablar sobre el liberalismo como para perder tiempo en marginales con necesidad de figurar”, publicó a medianoche en Twitter. Fue la reacción a una disputa que se abrió en torno a Carlos Maslaton, un financista que apoya la candidatura del dirigente libertario y que acusó a Karina Milei y Carlos Kikuchi, por los últimos traspiés.
La semana pasada, la encuestadora de Gustavo Córdoba había registrado por primera vez un retroceso en las mediciones de imagen. En las últimas horas apareció un segundo sondeo, de CB Consultores: “Javier Milei sufrió una caída generalizada en casi todas las provincias del país comparado a Mayo, presentando su imagen más alta en la Provincia de Salta (58,6%) y la más baja en la provincia de La Pampa (38,3%)”, señaló el último informe.
Tras la euforia de los meses donde las encuestas sólo mostraban números positivos y el crecimiento exponencial del fenómeno, el dirigente libertario empezó a sufrir los rigores que tienen que atravesar los políticos en su camino al poder.
El oficialismo, la contracara
En medio de esa sobreexposición de diferencias en la oposición, en el seno del Frente de Todos empezaron a ceder las señales de tensión y las confrontaciones. El giro del presidente Alberto Fernández a posiciones más identificadas con el kirchnerismo duro empezó a mostrar resultados.
La salida de Matías Kulfas fue el punto de quiebre de la escalada que quedó consagrada con el sketch de la lapicera. Antes y después, se multiplicaron los gestos y señales políticas de alineamiento a posiciones más cristinistas.
En sus actos públicos, Máximo Kirchner aflojó las críticas mordaces a la política económica y La Cámpora y el oficialismo en general elogiaron la postura adoptada por el presidente en la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles. No sólo eso, Alberto Fernández también amortiguó el malestar que había generado en Sergio Massa el ingreso de Daniel Scioli al Ministerio de Desarrollo Productivo.
“Hubo un balance muy positivo de la Cumbre. Para afuera porque más allá de la retórica se habló con Estados Unidos de temas estratégicos, como los recursos naturales y la seguridad alimentaria. Y para la política interna también fue bueno, porque se abrió una instancia para iniciar una nueva etapa de menor tensión, orden y pragmatismo”, explicó una fuente del oficialismo.
Como parte de ese nuevo clima -en los que no sólo están oficialistas, sino también algunos opositores-, en Diputados se tratará el proyecto que impulsó Massa de “alivio fiscal” para 4,5 millones de monotributistas y autónomos.
Y podría haber una novedad con el proyecto de renta inesperada: una redefinición de la redacción de lo enviado por el ministro Martín Guzmán, principalmente el destino específico de ese impuesto y la delimitación precisa de los sujetos alcanzados, podrían abrir una hendija para negociar con un sector de la oposición.
Comentá la nota