Los gobernadores quieren reactivar la economía y negocian fondos con Nación. Aliados empezaron a recibir recursos. Las jubilaciones en el Congreso son innegociables. Macri se sumó un poroto para sacar los dientes cuando sea necesario.
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CARLA PELLIZA
La oposición "dialoguista" acompañó al gobierno en Tucumán, pero su presencia buscó llevar un mensaje: las negociaciones abiertas siguen su curso y las fuerzas políticas que supieron colaborar van a continuar con su agenda una vez finalizado el receso de invierno. La presencia de Mauricio Macri fue importante, no sólo para dotar de volumen a la flaca presencia de ex presidentes sino, en lo personal, para anotarse un poroto más a su favor y mostrar los dientes cuando sea necesario.
Mauricio ya dio los votos para que Javier Milei tenga sus primeras leyes y espera seguir colaborando con el gobierno a medida que pase el tiempo, dada la coincidencia ideológica y de rumbo económico planteadas por ambos proyectos políticos. Pero la presencia del ex presidente no fue gratuita. A Macri no le generó ningún interés asistir al pacto. De hecho, durante el fin de semana estuvo muy tranquilo de espectador en eventos deportivos en Europa. Pero sí le pareció importante concurrir para sacar las garras cuando él considere oportuno. La presencia de Mauricio funcionó más como un recordatorio que como una entrega.
Un recordatorio de que el gobierno necesita de su PRO para sacar leyes. Un recordatorio de que, sin él, no hubiera tenido ex presidentes en el pacto, pese a haberlos invitado. Mauricio quiere que el Poder Ejecutivo se de cuenta de que, aún con una gran elección el año que viene, los amarillos le serán clave a la hora de generar alianzas. Los mensajes de Macri durante el proceso de la ley Bases fueron en ese sentido, para destacar su desinteresada colaboración, y la asistencia el lunes a la noche, en Tucumán, sirvió para que Milei no quedara rengo con una foto de por sí flaca.
Un referente del macrismo recordó que cuando se hizo la reforma constitucional todos los sectores políticos llegaron a un acuerdo y arribaron a un consenso. Acá no. Una debilidad para el presidente que el PRO buscará aprovechar cuando sea la oportunidad.
El PRO que se referencia en Macri, desde su identidad amarilla, está comprometido con la agenda que planteó el presidente, según explicó un dirigente nacional que destacó que, de haber más coincidencias como las del lunes a la noche, “no debería ser inimaginable que nos vean trabajando juntos”. Un diputado reconoció que, con el correr del tiempo, aceitaron los vínculos, el trabajo y que seguirán caminando por el mismo sendero.
La gestión de Milei, destacó la fuente amarilla, tiene problemas concretos en áreas concretas. Más allá de eso, el desafío del presidente y sus aliados será llevar adelante las ideas y las leyes votadas. Gestionar. Sin embargo, la relación entre las dos fuerzas sigue siendo compleja. Nadie duda de que eventualmente, más temprano que tarde, puede que se encuentren en el mismo proyecto político, pero cerca de Macri no dejan pasar el hecho de que no se conformó ninguna mesa política para hacer realidad esa posibilidad.
Mucho de ese vínculo dependerá de la relación que pueda entablarse en el Congreso y, sobre todo, con las provincias. Jorge Macri logró que el Gobierno accediera a buscar una solución a la deuda nacional con la Ciudad por la coparticipación. El jefe de Gobierno desató, junto a todos los amarillos, una guerra pública contra la Rosada y el ministerio de Economía por los fondos adeudados. Instantáneamente, el Ejecutivo salió a llevar un mensaje resolutivo.
Hay aliados que ya empezaron a recibir fondos para sus provincias, lo que calma algunas aguas. Comenzó a llegar plata para las cajas jubilatorias y para algunas obras públicas. Pero otros dirigentes están endureciendo algunas líneas de negociación con la Rosada para que el gobierno cumpla con los compromisos asumidos. Otros se enfocan en los problemas de gestión de la nación con las provincias.
Acompañamiento sí, alineamiento incondicional no
La foto del lunes, más allá de la entrega a un proyecto como el de Milei, no evitará que estas pujas estén latentes y se marquen algunas diferencias. En las provincias hay preocupación por la caída de la economía interna y saben que es necesario inyectar dinero para empezar a dinamizar.
En Entre Ríos, Rogelio Frigerio se desmarcó de Nación y abrió líneas de crédito subsidiados con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y el Banco Entre Ríos para el campo y economías regionales. En Chubut, Ignacio Torres anunció que la provincia trabaja para declarar la emergencia agroganadera, derivando recursos propios para asistir a los productores afectados por el clima frío de la Patagonia. En Jujuy, en este caso radical, el gobernador Carlos Sadir anunció a principios de mes la la restitución del Fondo de Incentivo Docente (FONID), eliminado por la Rosada, con recursos propios.
La relación con el Gobierno no pareciera ir en camino a deteriorarse, sino que se mantendrán los vínculos en buenos términos pero sin olvidar las agendas propias, en la que la garantía de fondos es clave. Una de las figuras más cercanas a Nación es el mendocino radical, Alfredo Cornejo. El mandatario cuyano apoya al gobierno en sus iniciativas más lógicas porque considera que, si al Gobierno le va a bien, a las provincias les va a ir bien también. En especial a la suya, que depende bastante de la economía macro.
Los gobernadores son los que están negociando, cuerpo a cuerpo con el Ejecutivo nacional, el destrabe de fondos específicos, como el destinado a la educación obligatoria y las universidades. Eso “va de a poco”, pero está sucediendo, puntualmente en lo referido a las casas de altos estudios. El FONID también se hablará con las provincias, en un futuro próximo.
A finales de la semana pasada, la diputada radical Danya Tavela presentó un proyecto para declarar la emergencia presupuestaria de los salarios docentes y no docentes universitarios. En principio, la intención de la iniciativa es sumar presión en favor de las provincias en esas negociaciones. Lo que sí está en agenda, casi como algo que no debería negociarse, es el debate por las jubilaciones que espera en el Senado. Al menos desde la UCR, que la semana pasada no dio los votos para anticipar el tratamiento en el recinto, quieren que se apruebe antes de que llegue el Presupuesto.
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