Legisladores e intendentes de la oposición evaluaron el primer año de gestión de Axel Kicillof, atravesado por la pandemia.
Axel Kicillof cumplió esta semana un año de gestión al frente del Gobierno de la provincia de Buenos Aires. El sucesor de María Eugenia Vidal heredó “tierra arrasada” y gobernó casi la totalidad del mandato bajo las restricciones que impuso en todo el mundo el coronavirus, que llegó a la Argentina en marzo. INFOCIELO pidió a intendentes y legisladores de la oposición una evaluación del desempeño, como el viejo boletín de calificaciones.
Los ítems consultados fueron: manejo de la pandemia, manejo de la economía, educación, seguridad, obra pública, diálogo político y relación con los municipios. Los consultados: Alejandro Cellillo y Walter Lanaro, senadores provinciales; Maximiliano Abad, Daniel Lipovetzky y Luciano Bugallo, diputados, y los intendentes Miguel Fernández, de Trenque Lauquen, y Julio Garro, de La Plata.
Como era de esperarse, el diagnóstico más duro provino de los representantes del PRO y de la Coalición Cívica. Los radicales, aunque desaprobaron la gestión, le dieron “changüí”, un poco por la pandemia y otro poco por tratarse del primer año de gestión.
El punto más bajo de la evaluación fue la educación, bajo la premisa de que no hubo -ni se intentó dar- clases durante el aislamiento social que impuso el coronavirus. El punto más alto fue la relación con los municipios, y se destacó en ese aspecto el rol de la Ministra de Gobierno, Teresa García.
El platense Julio Garro eligió no poner puntajes. Consideró que fue un año "de aprendizaje" y "distinto a todos". Y que si bien "hay cosas para corregir", se intenta "encontrar puntos de coincidencia". "Lo que no nos puede pasar nunca es que pongamos a los partidos politicos por encima de las necesidades de la gente. Y eso es en lo que trabajamos las 24 hs del día", señaló.
MANEJO DE LA PANDEMIA (Promedio: 4)
Desde el PRO le achacan a Axel Kicillof el haber confrontado discursivamente con Horacio Rodríguez Larreta, a pesar de que admiten que en un primer momento hubo “buena coordinación”. “Rápidamente, rompió con esa armonía atacando a los vecinos de la ciudad cuando los números de la pandemia en la Provincia empezaron a crecer”, observó Walter Lanaro, que le puso un 2 al Gobernador. Más adelante, señaló que hubo “improvisación y falta de respuestas concretas para manejarla”.
Desde la UCR, Alejandro Cellillo consideró que hubo una “reacción tardía en los inicios de la pandemia. Luego, a los pocos testeos se le sumó una cuarentena poco efectiva”.
Mientras que el diputado lilito, Luciano Bugallo, eligió un aplazo y puso foco en “el abandono total de los pacientes oncológicos”. Y le apuntó especialmente al ministro Daniel Gollán: “fue vergonzoso desde donde se lo mire. Tiene mucho futuro en el rubro circense si quisiera incursionar el día de mañana. Pero la salud pública evidentemente no es lo suyo”, disparó.
MANEJO DE LA ECONOMÍA (Promedio: 3)
La economía bonaerense sufrió, como la de todo el mundo, los efectos de la cuarentena. El aislamiento se impuso como la principal política pública para evitar el contagio masivo del coronavirus y la saturación de los hospitales. La dicotomía salud versus economía ordenó el debate de oficialistas y opositores, y la gestión de Kicillof no se salvó.
Para el diputado Daniel Lipovetzky, del PRO, hubo un aprobado en ese ítem. Destacó como positivo que se haya evitado el colapso del sistema de salud. Y como negativo “el mal manejo de datos”, que, señaló, atraviesa todo el Gobierno provincial.
“Sin duda los aplazos a la gestión se dan en Educación, Economía y Obra Pública, que es donde más se necesita de tener un proyecto a mediano y largo plazo. Sobre las urgencias, tampoco hubo un gran desempeño”, reflexionó Maximiliano Abad, diputado marplatense, jefe del bloque opositor.
En el mismo sentido opinó Lanaro, para quien “no ha habido una sola señal para reactivar la producción en la provincia de Buenos Aires”. Bugallo, por su parte, objetó que hubieran “miles de pymes cerradas, por una decisión política de llevar adelante una cuarentena eterna, incluso en localidades que durante meses no tuvieron un solo contagiado”.
Cellillo, en tanto, objetó el “manejo poco transparente” de la asistencia recibida en el marco de la pandemia por parte de la Nación.
SEGURIDAD (Promedio: 3)
El ministro del área, Sergio Berni, gran protagonista de polémicas en 12 meses de gestión, fue el foco de las críticas opositoras. “Existe una grave falta de coordinación entre Frederic y Berni”, advirtieron los senadores Cellillo y Lanaro. Bugallo fue más duro: “como actor de cine en películas de acción, un 8 (ocho). Su desempeño en el rol protagónico de ficción, al frente de la seguridad de los bonaerenses, en una imaginaria serie de Netflix, la verdad que sobresaliente. Ahora, como ministro, un charlatán”, cuestionó. Lipovetzky secundó esa caracterización: “Lo que no se puede hacer con la seguridad es marketing, que es lo que hace Berni”, sentenció.
EDUCACIÓN (Promedio: 2)
El punto más cuestionado por la oposición a lo largo del año, y se hizo sentir en el “boletín” de Kicillof. “Un año sin clases presenciales habla por sí mismo”, sostuvo Lanaro. “El esquema Zoom se ha agotado por completo. La falta de clases presenciales está hipotecando el futuro de millones de chicos”, ahondó Cellillo.
Bugallo compartió culpas entre el Gobierno y los gremios, a los que tildó de “grupo de militantes rentados que dicen defender el derecho de los docentes, pero que solo se preocupan por seguir viviendo del Estado sin preocuparse por una real educación pública y de calidad”.
OBRA PÚBLICA (Promedio: 4)
Raramente, fue uno de los ítems mejor valorados, aunque no por eso aprobó. Bugallo opinó que en el Gobierno “tuvieron la suficiente inteligencia para continuar con las obras que la gestión de María Eugenia Vidal había empezado”; Lanaro otorgó el “beneficio de la duda” porque la pandemia obligó a la parálisis, pero denunció una “dinámica de látigo y billetera donde los fondos sólo aparecen para los amigos”. Para Cellillo, en este punto hubo “más promesas que hechos concretos”.
Lipovetzky, en tanto, reconoció que hubo un “funcionamiento limitado” por la pandemia y señaló como “déficit” las “limitaciones burocráticas” que mostró el Gobierno.
DIÁLOGO POLÍTICO E INSTITUCIONAL
La oposición legislativa caracteriza al gobierno de Axel Kicillof como "cerrado". Al menos, "no tan abierto" al diálogo. Los intendentes tienen una visión distinta. “Es un gobierno al que le cuesta dialogar”, sostuvo Abad, aunque señaló que “el rol de la oposición que siempre buscó construir y colaborar; y la necesidad de coordinación de políticas sanitarias con los intendentes, los obligó a tener que sentarse y consensuar en algunos temas”.
Lanaro fue más allá: opinó que la oposición tendió puentes y que “las respuestas siempre fueron ataques, sobre todo, de parte del gobernador y su gabinete”. Bugallo acompañó y aseguró que en lugar de diálogo, hubo “monólogo político”.
Entre los intendentes, Miguel Fernández, de Trenque Lauquen, le puso 5 puntos al diálogo legislativo y 6 al relacionado con los municipios. Cellillo, por su parte, consideró que en la Legislatura el diálogo fue “indetectable”, pero ponderó la relación con las comunas. “Mérito de Teresa García”, se sinceró.
Lipovetzky estuvo en sintonía con el planteo: destacó la relación construida con los intendentes y cuestionó el vínculo entre el Ejecutivo y la Legislatura. “El planteo de trabajar juntos que hizo Alberto Fernández, Kicillof nunca lo tomó. Ni siquiera hubo mesas de trabajo, a pesar de que lo reclamamos”, subrayó. Hizo una salvedad: “el bloque oficialista tendría un aprobado”, destacó.
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