Toda una definición marcada desde el título de la ponencia: “La improvisación como garantía del fracaso”. Planteando experiencias de liderazgo y qué hacer para que no deje se resultar atractivo trabajar y explotar un tambo en nuestro país.
El empresario y productor lechero Alfonso Ahedo Fernández, de España, compartió en el panel de cierre (y tal como se planteó en la génesis del Simposio) una observación crítica “para entender la falta de profesionalismo y la carencia de estrategias para encausar una gestión exitosa en la explotación lechera.
“Sabía que era un evento importante, que nuclea a la mayoría de los protagonistas más destacados del sector”, dijo Ahedo Fernández elogiando a la organización de Mercoláctea, sorprendido luego de recorrer los stands y las cabañas expuestas.
El visitante forma parte de Rancho Las Nieves, un establecimiento que produce 21mil litros de leche por día y donde se recrían más de 8mil vaquillonas para reposición de ganado lechero. Sobre lo que pudo aportar a los empresarios y productores argentinos sostuvo que “no es mucho más lejos de lo que ya está dicho y escrito: que es hacer las cosas muy bien”.
Sugirió, a modo de aporte, que “los empresarios deben revisar lo que tienen en su entorno”, tomando algo de cada uno. “Los entornos económicos y financieros no son muy distintos en ningún lado; en todos los sitios hay oportunidades y dificultades, cada uno tiene que revisar lo que lo rodea y aprovechar las oportunidades. No hay más”, sostuvo con énfasis.
Ponderó la actitud de abrir el juego más allá de los actores o las partes que forman la cadena de la lechería, considerando que es ahí donde puede hallarse la solución o la veta necesaria. “Los empresarios tienen que mirar, financieramente, dónde están las oportunidades. Seguro que las encuentra, porque existen”, concluyó.
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